(Reuters)
En un nuevo frente en la guerra tecnológica entre Estados Unidos y China, la administración del presidente Joe Biden se enfrenta a la presión de algunos legisladores para impedir que las empresas estadounidenses trabajen en una tecnología de chip disponible gratuitamente y ampliamente utilizada en China, una medida que podría poner patas arriba cómo la industria tecnológica global colabora a través de las fronteras.
Lo que está en juego es RISC-V, pronunciado "riesgo cinco", una tecnología de código abierto que compite con la costosa tecnología patentada de la empresa británica de diseño de software y semiconductores Arm Holdings (O9Ty.F) . RISC-V se puede utilizar como ingrediente clave para cualquier cosa, desde el chip de un teléfono inteligente hasta procesadores avanzados para inteligencia artificial.