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Autor Tema: La bolsa española se come un ciclo de bonanza  (Leído 458 veces)

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La bolsa española se come un ciclo de bonanza
« en: Febrero 28, 2009, 09:39:25 am »
La bolsa española se come un ciclo de bonanza

Publicado en Expansión por A.Antón

Los expertos no descartan que la crisis actual lleve al í­ndice hasta los niveles registrados tras el pichazo de las 'puntocom', de los 5.300 puntos.

La bolsa se ha convertido en un pozo sin fondo desde el que apenas se vislumbra algo de luz. El desplome que han sufrido los í­ndices europeos, desde los máximos conquistados en noviembre de 2007, ya supera el 52%, una cifra que, aunque sobrecogedora, podrí­a incrementarse en los próximos meses.

Y es que, ante este incierto panorama, la pregunta del millón permanece sin respuesta: ¿Ha descontado ya la renta variable el impacto de la crisis en la economí­a real? Los expertos consultados por EXPANSIí“N coinciden en que, ante la actual falta de visibilidad, habrí­a que sacar brillo a la bola de cristal para responder con tino a esta cuestión.

No obstante, puntualizan que, si el peor de los escenarios se confirmase, el Ibex podrí­a retroceder hasta los mí­nimos marcados en la crisis de las puntocom, cuando, en octubre de 2002, tocó los 5.386 puntos. Ello supondrí­a una caí­da adicional del 40%.
Francisco J. López Lubián, profesor del Instituto de Empresa, asegura que la bolsa no ha hecho suelo y que veremos recortes adicionales. «Teniendo en cuenta que la situación económica es mucho más compleja y grave ahora que en 2000, no es descartable pensar que el Ibex podrí­a volver a los 5.000 puntos», señala el experto.

Otras fuentes del mercado, relativamente más optimistas, consideran que volver a este nivel serí­a desproporcionado, pero sí­ auguran nuevos recortes de entre el 10%y el 20% con respecto a las cotas actuales, lo que dejarí­a al í­ndice cerca de los 6.000 puntos. Por otro lado, destacan que, aunque la bolsa ya refleja en gran medida la recesión que atraviesan los paí­ses industrializados, podrí­a no haber descontado todaví­a el menor ritmo de crecimiento de los paí­ses emergentes, cuya contracción podrí­a suponer otro guijarro en el zapato de las economí­as desarrolladas.

Con estas cartas sobre la mesa y algunas otras sin levantar, aventurarse a lanzar predicciones sobre cuándo el Ibex podrí­a reconquistar los 15.945 puntos que lucí­a orgulloso en noviembre de 2007 es hacer un brindis al sol. Eso sí­, la espera va a ser larga.

Según un informe de Banco Urquijo, en el que se analizan las crisis bursátiles desde 1930 y su reflejo en el S&P500, son necesarios 26 meses de media para que se recuperen los máximos que preceden a periodos bajistas que coinciden con una recesión. Cuando el crecimiento negativo de la economí­a dura doce o más meses, el plazo de recuperación se eleva hasta 34, mientras que si la recesión se prolonga durante menos de un año, borrar los estragos causados en la bolsa se reduce, de media, a 20 meses.

Como muestra, un botón. Entre marzo de 2000 y octubre de 2002, el Ibex cedió un 58%, pasando de los 12.816 puntos a los 5.368. En esta ocasión, el foco de las turbulencias, aunque salpicase a otros sectores, se concentraba en las compañí­as tecnológicas, lo que hací­a más sencillo tomar las riendas de la situación. Aun así­, no se reconquistaron las cotas de 2000 hasta septiembre de 2006.

El panorama es borrascoso y algunas fuentes del mercado otorgan cada vez más probabilidades a que la actual recesión derive en una depresión. Así­, las tesis que señalan que la economí­a real podrí­a comenzar a levantar cabeza en el segundo semestre de 2009 parece estar cediendo ante la posibilidad de que no se vean sí­ntomas de mejorí­a hasta 2010 e, incluso, 2011.

Predicciones al traste
La bolsa, como termómetro adelantado de la salud de la economí­a, deberí­a mostrar con una anticipación de alrededor de seis meses este cambio de tendencia. Sin embargo, los expertos advierten de que, en periodos de elevada incertidumbre, la teorí­a se va al traste y, como ya sucedió durante la Gran Depresión, la bolsa pierde su capacidad de predicción. No obstante, sí­ parece claro que sólo cuando Wall Street renazca de sus cenizas –ayer el S&P cotizaba a 747 puntos, el mismo nivel que hace siete años– los parquíés europeos saldrán a flote.

Descartada la posibilidad de poner fecha a la recuperación, Juan Ramón Caridad, socio director de Atlas Capital, sostiene que ciertos factores nos indicarán que estamos en la antesala del fin de la crisis. «Cuando el diferencial TED –mide la diferencia entre la tasa del bono que emite el Tesoro Estadounidense y el tipo al que los bancos se prestan dinero en dólares– se reduzca y los inventarios de vivienda de EEUU comiencen a caer se marcará un punto de inflexión. Y entre seis y nueve meses despuíés, se darán los primeros pasos hacia la recuperación», explica.

Cuestión de confianza
Cómo recuperar la confianza para conseguir que se normalicen los mercados de críédito y, entre ellos, el de las titulizaciones, es la asignatura pendiente de las instituciones económicas y polí­ticas.

Para ello, los expertos subrayan que es imprescindible poner precio a los denominados activos tóxicos, es decir, a aquíélla financiación estructurada cuyas garantí­as son dudosas. Según Caridad, «si el mercado no pone precio a estos productos tendrí­a que hacerlo el Gobierno o bien sacarlos a subasta». Por otro lado, propone la creación de una cámara de compensación en la que el Gobierno actúe de contrapartida para reactivar el críédito. La otra opción serí­a la tan discutida propuesta de crear un ‘Bad Bank’ que adquiera los activos contaminados de las entidades financieras.

Pablo Fernández, profesor del IESE, defiende la transparencia como única ví­a para revertir la situación. «Mientras se fomente la opacidad no habrá inversión y la bolsa, única fuente de liquidez inmediata, seguirá depreciándose», explica. Opina que, «salvo las financieras, las empresas cotizadas ya han descontado una profunda contracción de la economí­a» y, aunque reconoce que volver a los niveles máximos del Ibex requerirá mucho tiempo, considera que una vez que la bolsa comience a repuntar alcanzará el nivel de los 13.000 puntos con relativa facilidad.

López Lubián, del IESE, aconsejarí­a «invertir en renta variable en estos momentos siempre que se cuente con un horizonte temporal a medio o largo plazo, ya que los fundamentales son muy atractivos».

Mientras tanto, los indicadores económicos siguen dejando mal sabor de boca entre los inversores. El miíércoles, la caí­da de las ventas de vivienda de segunda mano en Estados Unidos se situó en niveles de hace doce años, y el jueves las peticiones semanales de subsidio de desempleo alcanzaron los 667 millones, un nuevo máximo histórico.

Junto a ello, los resultados empresariales, lejos de cumplir las expectativas del consenso del mercado, muestran un deterioro sin precedentes. En los últimos dí­as, grandes grupos como General Motors, Royal Bank of Scotland o Allianz han confesado ante el mercado los irremisibles pecados de sus balances. Paralelamente, las revisiones de beneficios a la baja no cesan y la coordinación entre bancos centrales y gobiernos no termina de cuajar.
En 2009, el consenso de analistas estima que el BPA (Beneficio por acción) del Ibex se contraiga un 7,3%, el del DJStoxx 600, un 3,1%, y el del S&P 500, un 3,2%.

En busca del tiempo perdido
La actual crisis financiera sorprendió a todos cuando menos lo esperaban, tambiíén a los economistas, que fueron incapaces de predecir la magnitud del cambio de ciclo. Aunque los profesionales consideran que se están tomando las medidas oportunas, disienten sobre la celeridad al aplicarlas. «Hasta diciembre, los gobiernos no se tomaron en serio la situación y los agentes económicos y polí­ticos no consensuaron una acción coordinada. Se ha perdido mucho tiempo que corrí­a en contra», opina López Lubián, profesor del IE.

¿Sostener las bolsas?
Los parquíés se han convertido en el caldo de cultivo del miedo, una situación que ha llevado a algunos gobiernos, como el japoníés, a plantearse medidas drásticas para «sostener» las bolsas de modo artificial. El ministro de Finanzas nipón, Kaoru Yosano, señaló hace unos dí­as la posibilidad de adquirir directamente acciones para reanimar la salud de la bolsa japonesa, en niveles de hace 26 años. Aplicar medidas similares en los parquíés occidentales es, según Josíé Luis Rodrí­guez Campuzano, estratega de Citi, «por el momento descartable», aunque señala que su viabilidad «depende del margen de maniobra que aún exista en polí­tica económica tradicional, y del grado de deterioro y profundidad de la crisis».

Pedro Cubillo, de MG Valores, opina que esta iniciativa no soluciona nada mientras no se sanee el sistema financiero y añade que, puestos a intervenir el mercado, serí­a más fácil suspender la cotización de compañí­as que cayeran a un precio determinado».



Voy del oro a Squirrel Media y tiro porque me toca.