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Autor Tema: El peor comienzo de año en díécadas deja al descubierto muchas gangas en Bolsa  (Leído 626 veces)

Zorro

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El peor comienzo de año en díécadas deja al descubierto muchas gangas en Bolsa

MARíA MARTíNEZ
Invertia.com

Ningún comienzo de año ha sido en díécadas tan nefasto como el de este 2009. La virulencia de las caí­das, sobre todo en febrero, ha hundido los í­ndices a niveles de hace seis años, y sólo los mercados de Brasil y Shangai, entre los grandes, consiguen de momento aguantar el tipo. Este quebranto, el mayor sufrido por la renta variable desde la Gran Depresión, aún no ha encontrado fondo pero, según los expertos, ha dejado a la vista algunas bicocas entre las que figuran compañí­as cí­clicas y valores de mediana y pequeña capitalización. 

Los mercados de renta variable se encuentran en un nivel de sobreventa sin parangón con ningún otro comienzo de año. El actual mercado bajista está muy cerca de alzarse como el segundo mayor en profundidad de las caí­das, sólo superado por el crash del 29. Sin embargo, a diferencia de entonces, íéste no es de los de mayor duración, al menos por el momento.

Si se toma como referencia el S&P 500, sólo ha habido en su historia dos momentos en que el indicador ha bajado más del 50% desde sus máximos de todos los tiempos: en 1929 y ahora. “En el perí­odo bajista iniciado en 1929, el S&P bajo un 86,19% desde sus máximos. Esto ocurrió en 679 dí­as de contratación, es decir, en dos años y nueve meses. El actual mercado bajista está durando un año y cuatro meses”, comentan en Capital Bolsa. Otra curiosidad: despuíés del desplome del 29, el í­ndice norteamericano necesitó 25 años para alcanzar de nuevo niveles máximos históricos.

Pero esta crisis de la renta variable no es comparable con ninguna anterior, según los expertos. Por un lado, por la virulencia de las caí­das, que salvo rebotes puntuales provocados por cierres de posiciones cortoplacistas, han hundido los í­ndices a niveles de hace seis años. Este es el caso del Ibex, que tras perder cerca de un 18% ha regresado a cotas de 2003, y de Wall Street, que hace escasos dí­as cerró a nivel de 2002. Peor lo ha tenido Japón, cuyo principal í­ndice llegó a caer a mí­nimos de 25 años esta semana.

Por otro lado, porque las condiciones actuales son del todo anómalas. Las más recientes crisis de las Bolsas se debieron a estallidos de burbujas (como la protagonizada por las “puntocom” a partir de abril de 2000) o a momentos de excesiva sobrevaloración de los mercados, que poco tení­an que ver con el ciclo económico. “Ahora, todo es distinto. La globalización, internet, los nuevos productos bancarios, la posibilidad de vender en corto… Antes los rumores no viajaban con tanta rapidez y tampoco se podí­a actuar con tanta celeridad. Todo se ha calentado mucho, con crecimientos muy elevados, muy rápidos y con mucha volatilidad. La situación sí­ tiene cierta similitud con la Gran depresión en cuanto a la desaceleración, pero es distinta por la velocidad y profundidad de las caí­das”, comenta Betina Gallego, gestora de Renta Variable de Inversis.

Según esta experta, mientras que antes se seguí­an unas pautas, ahora existe un nivel grande de descorrelación entre los movimientos macroeconómicos y microeconómicos, los aspectos tíécnicos, la inflación, el dólar y el oro. Para Marc Faber, uno de los gurús de moda, el problema es que el mundo ha gozado del mayor boom sincronizado de la historia, mientras que los gobiernos han estado ignorando las señales de los mercados y los bancos centrales han creí­do que los “booms” pueden ser eternos.

Gran sobreventa

Según comenta Faber en un artí­culo en The Wall Street Journal, tras la burbuja tecnológica, unos tipos excesivamente bajos y la aparición de productos financieros exóticos lideraron un boom inmobiliario, al que siguió un boom del consumo. Despuíés se produjo un boom económico en China –gracias al fuerte incremento de las exportaciones- que lideró un fuerte aumento del petróleo y las commodities. Tambiíén los productores de materias primas de Latino Amíérica vieron cómo aumentaba su riqueza, mientras que en Japón y Europa se compraban bienes de lujo. Otro de los detonantes únicos de la actual situación es que casi todos los activos –vivienda, acciones, bonos, materias primas…- vieron encarecerse sus precios.

En 2008, la aversión al riesgo de las entidades financieras y el colapso de todos los activos llevaron, entre otras cosas, a un desplome del consumo, de la demanda de bienes de capital. “El ciclo alcista virtuoso se giró a un ciclo bajista con una intensidad no vista desde antes de la Segunda Guerra Mundial”, asegura este gurú.

Así­ las cosas, y ante la incertidumbre sobre la efectividad de las medidas gubernamentales para sofocar la actual crisis económica y financiera, los niveles de sobreventa de los mercados de renta variable se han disparado. Tal es así­ que, en España, todos los í­ndices sectoriales se encuentran en “números rojos” y no llegan a una decena los valores del Ibex que registran subidas en el año. Por el momento, sólo presentan ganancias Unión Fenosa, Tíécnicas Reunidas, Grifols, Iberdrola Renovables, Bankinter y Ferrovial.

Los favoritos

Precisamente, este último valor es uno de los preferidos de Alicia Jimíénez, de Self Trade Bank. En su opinión, la compañí­a “está tirada de precio, aunque sigue teniendo problemas de deuda”. De hecho, esta experta para la que todo está barato, aconseja distinguir entre compañí­as con problemas y sin problemas a la hora de entrar en renta variable. “Existen empresas con problemas de negocio, como los bancos, con problemas de endeudamiento, como Acciona, o con problemas regulatorios”, explica.

Telefónica tambiíén entra dentro de sus apuestas, al igual que OHL, una compañí­a barata, con un buen negocio y poca exposición al sector residencial. Asimismo, ve una oportunidad en Iberdrola y Gas Natural, tras la ampliación. Por el contrario, aunque reconoce que los grandes bancos tambiíén están baratos, cree que las excesivas dudas que planean sobre el sector hacen recomendable mantenerse al margen.

Jimíénez tambiíén destaca un valor de pequeña capitalización: una compañí­a ilí­quida pero que goza de una gestión adecuada y una posición de deuda saneada. “Tiene suficiente cartera de pedidos para aguantar y siempre ha cotizado en positivo, salvo un año”. Tecnocom subí­a hace quince dí­as un 15%, una subida incluso superada ahora por “small caps” como Jazztel, Parquesol y Duro Felguera.

“En principio, todo lo cí­clico y de mala calidad va mal y si la crisis se prolonga seguirá así­, salvo recuperaciones en rebotes puntuales de las Bolsas”, comenta Betina Gallego. Sus apuestas se centran en la calidad, en empresas de los sectores de alimentación y farmacia, mientras que se mantiene fuera de las compañí­as financieras y cí­clicas a consecuencia de la elevada volatilidad. Entre sus favoritas están Viscofán, Prosegur y Tíécnicas Reunidas.

Fíéliz López, de Atlas Capital, cree que a pesar del importante nivel de sobreventa “aún no hemos visto el fondo”. Sin embargo, espera que el mercado se tranquilice en la segunda mitad de año y que los inversores vuelvan a considerar la renta variable como una oportunidad de ganar dinero. “Los bancos están muy baratos, pero yo no los tocarí­a”, asegura, mientras que no descarta comprar compañí­as de telecomunicaciones por su condición de generadoras de caja y su carácter defensivo. Tambiíén espera que con la recuperación económica, algunos valores cí­clicos que están sufriendo mucho como ArcelorMittal o Acerinox puedan hacerlo bien.
 


Voy del oro a Squirrel Media y tiro porque me toca.