el camino más rápido hacia la iluminación no son las drogas, ni lo es
el vino. No es nada que esté fuera de lo que somos. El camino más rápido hacia la maestría es el camino del desapego. Y lo que eso
significa es separar la
culpa de todas las actitudes mentales limitadas —tiempo, gente,
lugares, sucesos—, porque
cuando tomas la carencia y la dejas sola, no se puede sostener sin la culpa. ¿Cuántos entendéis eso? Y el odio no puede vivir —no se puede sostener— si no tiene una víctima. Quita a la víctima y no hay odio. ¿Cuántos de vosotros
entendéis? Separa de la carencia tu trabajo, el lugar donde vives, cuánto dinero ganas. Separa de la carencia cualquiera de
tus facultades percibidas que evitan que la abundancia ocurra. Si
quitas todo esto y ves
simplemente la carencia, ella no podría existir en tu realidad, porque en un estado de puro desapego tenemos el momento
presente y puro, que es el poder más imponente que existe.
E L ASPECTO SOMBRÍO DEL YO
Vamos a
profundizar un poco más en esto. Muchos de vosotros tenéis lo que en este grupo comúnmente se ha llamado un carácter con un lado
oscuro; y lado oscuro significa tu aspecto sombrío, un hilo o
filamento que es áspero y
crudo. Y yo más bien diría que ese hilo es un mapa de la red neuronal; y que codicias esta cara de ti mismo tan deliciosamente que nunca dejas que nada la penetre. Porque este hilo, o este Yo sombrío, es el Yo que lleva la carga a la vez que el poder del victimismo —reacción, odio, resentimiento, amargura, celos, ira, todas esas emociones lamentables
que no hacen nada sino destruir la salud del cuerpo— y hace que tengas que regresar de nuevo y corregir esos problemas con la misma gente en una situación futura. Eso no es algo que debiéramos anhelar. Tú tienes
este lado de tu carácter que proteges, lo saboreas y lo usas como un látigo y un aguijón. Y es un aspecto tuyo feo, muy feo, y yo lo veo en ti.
Ahora,
todo eso no es más que un mapa específico que tienes ahí arriba al que amparas y proteges. Y sólo un maestro puede ver lo que hay
realmente detrás de esa dulce carita, porque la mayoría de la gente
va de aquí para allá
tratando de poner buena cara para esconder este aspecto sombrío de
su personalidad. Así pues, como todos lo están haciendo, nadie
ve que todos son así ¿Entiendes?
Esta expresión se refiere a la red neuronal del cerebro, la cual conforma la base nuestra personalidad humana.
Ahora déjame hablarte de ese pequeño personaje. Esa obstinada faceta del
ego alterado en el cerebro — esa parte de ti mismo que rehusas
soltar— está muy bien protegida al tener una vida propia, ya que
puede señalar
circunstancias en su vida que la hicieron así: traición, abandono, ser objeto de mentiras, ser objeto de uso y abuso, de descuido, todas
esas palabras que usas normalmente en tus conversaciones con otros.
Y, sabes, este pequeño y
feo ego alterado que posees ha sido la entidad más difícil de
cambiar en esta escuela. ¿Y sabes por qué? Porque tú no quieres cambiarlo, y yo te he dado las claves para hacerlo. ¿Y por
qué no lo quieres
cambiar? Porque te permite tener una pila de protección contra la gente que crees que busca meterse contigo o aprovecharse de ti. Así
que provee el aguijón, el veneno, la fealdad, la manipulación, el
resentimiento, la
astucia, y todas las cosas que descubriste que necesitas para tu
propia supervivencia.
Pero déjame hablarte de esta criatura pequeña y oscura. Por su causa vas
a perderte el mensaje más importante de esta escuela, el que tu alma te trajo aquí para que aprendieras; y ese es que cuando
vemos el demonio
interior, esa criatura sombría dentro de nosotros, —como yo lo
hice: entregué mi espada— nos volvemos vulnerables. Pero nos volvemos vulnerables sólo en el primer momento que sentimos miedo a
las represalias por
haberlo hecho. Y ese es un miedo inútil a la luz del
conocimiento.
Entonces,
¿qué es lo que mantiene unido a tu pequeño demonio? Bueno, tu temperamento
desagradable. Puedes decir: «Yo tengo mal carácter por esto, por
eso, y por aquello8 ».
Pero qué tal si quitamos esto, eso y aquello, ¿existiría aún el mal
carácter? No, no existiría. Entonces, ¿qué hacemos con la energía del mal carácter? Está liberada, es espacio libre.
nuestros demonios, tus demonios -digo nuestros
porque aquí estoy, en medio de todo ello, y no me gusta
se tratan, en realidad, de tu necesidad de mantener tus actiudes
para poder sobrevivir y,
sin embargo, son las mismas actítudes que te incapacitan
completamente de la vida. ¿Cuál es el otro lado de esto? Bueno, tú sabes,
yo reconozco a un hombre valiente.
Todo lo que tengo que hacer es mirarlo y puedo ver en él la substancia de
esa cualidad que yo sé que forma la valentía. La valentía no consiste en ser grande, malo e intrépido. La valentía es la fuerza
impecable de separar de
uno mismo el pensamiento canceroso que debilita al individuo y su
desempeño en cada aspecto de la vida. Eso es fuerza, y es también valentía.
Y puedo saber, al mirar a una mujer, si dentro de ese seno descansan el
amor sincero y el afecto, porque el amor sincero y el afecto son la
máxima personificación de Dios en la diosa, que es, en verdad, quien nutre a la vida y nunca quien le roba —y es la dadora del amor, nunca quien lo mutila— y en la mujer encontramos la flor más dulce de Dios. Y puedo mirar a una mujer y decirte si ese amor habita ahí o no. Y lo que hace a
una mujer hermosa no es
la piel, los ojos o la edad. Lo que hace a una mujer hermosa es su
capacidad de amar sin rendirse y de amar sin condiciones.
Ahora, eso es lo que yo considero una mujer hermosa. ¿Y por qué?
Porque cuando separas de
la carencia la asociación que la mantiene apuntalada —verás, la carencia se podría ver como una bola de cristal sostenida
por aquello que se llama una tríada con patas, y lo que se ve realmente no es la bola de cristal, sino la tríada con patas que la sostiene— podríamos ver
entonces la carencia como una bola de cristal transparente que en
realidad no podemos ver. Pero lo que sí vemos son los puntales que
la mantienen en su
posición. Y si removemos esos puntales de asociación, no hay bola
de cristal. Solo existía la asociación. La asociación
—permíteme recordarte de nuevo— es decir que eres como eres a causa
de algo que te pasó
cuando eras un niño o una niña, y luego llevarlo contigo toda la
vida, coloreando con eso cada día de tu vida, pues esa es la única
manera de vivir que conoces; aquel suceso, aquel momento, aquella
gente, y aquel lugar son
los puntales de la carencia. La carencia ni siquiera existe, es incapaz de existir en un reino de absoluta abundancia.
¿Sabes por qué eres inseguro? Porque alguien —quien quiera que desees
nombrar— te lo dijo y te hizo sentir inseguro. Y continúas regresando a ese momento; te sigues lastimando por ello. ¿Qué
pasaría si miráramos a la
inseguridad sin los puntales? No existiría nada llamado inseguridad. ¿Entiendes? ¿Y sabes que lo que existe donde no hay espacio es amor? Bueno, ¿qué es el amor? El amor es el pegamento que mantiene
todo unido. Ese es el poder
el amor incondicional habita en el seno de la diosa. ¿Y por qué yo
encuentro que eso es lo más hermoso que hay? Porque significa que
esa mujer tiene más amor que asociación, y en el lugar de la
asociación vive solamente
el amor, porque eso es lo que queda cuando te deshaces de los
puntales del victimismo en
todos los niveles de tu vida. Y ahora digo que la diosa está sana y
salva, porque de su seno fluye solamente amor. No es artificial;
ella es, porque ahí no hay nada más que eso. ¿Y por qué es esto tan importante? Porque esa es la cualidad que constituye a un Cristo. Ese es el amor que
cura; ese es el amor que une; y ese es el amor que alimenta. Y
el amor no puede existir en un estado de apego. ¿Cuántos de
vosotros entendéis? Date la
vuelta y explícale a tu compañero.
Ahora, una
de las razones por la que dejas intacto a ese demonio al que estás
empezando a entender un poco más, es que —veámoslo de esta
manera— si neutralizaras al Yo sombrío dentro de ti, te asustaría lo que serías sin él. En otras palabras, ¿cuál sería entonces el estímulo de tu conversación? ¿Cuántos de vosotros entendéis? Y también te asusta el que no tendrías una razón para levantarte cada mañana y culminar tu
día con sangre, sudor y
lágrimas sin tener un ataque de nervios. Piensa en esto. La gente
está aterrada de desnudarse hasta llegar al límite del desapego, porque eso significa que hay un verdadero miedo a lo
que puedan ser o en lo
que se puedan convertir, pues han compartido una amistad verdadera
y provechosa con aquello
que se llama el Yo sombrío. Están ligados a los apegos. ¿Cuántos entendéis?
Ahora,
ese es un concepto que acobarda. Sin ir más lejos, en este monólogo, que esta declaración — porque yo no quiero que pierdas los
estribos y crees entonces un apego a la enseñanza que te acabo de
dar, lo cual es siempre
un riesgo—, ¿por qué no piensas entonces que quizás la razón por la
que no quieres renunciar a tu pasado es que ha sido un muy buen compañero en tu presente, y ello significaría realmente tener
que ser una persona
diferente? Y al ser tú la persona que siempre quiere estar en control de tus apegos, eso te pone un poco fuera de control. ¿Cuántos de vosotros entendéis? Yo te digo: los santos nacen a raíz de este
fuego — en verdad lo
hacen— y también los maestros, gente auténtica y genuina que está
en una misión divina para encontrar esa falla que ha inhibido su progreso durante milenios. La están buscando, la quieren de
verdad
no hay nada más y todo lo que existe ahí es amor. Esa es la cualidad de Dios
que estamos buscando
aquí. Ese es el poder que mueve montañas. Bueno, tomó todo este
tiempo traerte a este pequeño lugar para que escucharas
este simple mensaje; y es así de sencillo.
¿Qué tan difícil será entonces desprenderte de tus apegos? No es difícil en
absoluto, mi querida gente, porque con un enfoque aplicado a la carencia sin personas, lugares, momentos y sucesos, ésta no se puede sostener como
carencia, no existe. Y cuando esa iluminación ocurra, el cerebro se
revolucionará para reconectar sus circuitos
exactamente de acuerdo con ese entendimiento. ¿Y qué ocurre cuando
te das cuenta de que no
existe tal cosa en ti como la carencia o el miedo o la enfermedad o
la maldad o la ignorancia, o cualquier otra cosa que quieras nombrar? ¿Qué pasa en ese momento cuando sabes eso? Todo el espacio de esa contemplación se
desvanece, porque no se puede sostener a sí mismo. Y se limpia, y
un poder toma posesión de
él. Es un poder de espacio libre, es amor. Y es en ese lugar donde
sucede lo milagroso. Lo milagroso no sucede en el pasado ni en el futuro; sucede en el momento que estás presente, en
contemplación; es ahí
cuando sucede el milagro. Es el único espacio donde puede ocurrir.
¿Cuál es el milagro? El
milagro es abolir la mentira; y en su lugar aparece la abundancia.
Siempre estuvo ahí, siempre ha estado ahí.
Y aquellos de vosotros que no oís muy bien, continuaréis protegiendo
vuestra pequeña y sucia conciencia, y vuestro pequeño y sucio modo de
pensar. Y seréis los poseedores de vuestro pasado, porque os da una
razón para quejaros y algo
por lo que trabajar, pues vosotros no creéis en mí, sino en vuestra
carencia.
Y aquellos de vosotros que os aferráis a vuestro tormento —vuestro tormento imaginario, vuestra traición imaginaria, vuestra ilusoria reacción
desagradable—, aquellos de vosotros que os aferráis a él, vuestra
vida no será más que un
infierno, no sólo por el resto de esta vida, sino por todas las vidas que vendrán. ¿Y cuál es el salario que recibimos por estar
apegados a este Yo sombrío? Es que el amor por este ser erróneo se
vuelve más seductor que el
amor a la vida —y sus oportunidades, que nos permiten que cada día
el amor a esta bestia sea
más importante que el amor a la vida— y la participación en ese
amor en cada aspecto, cada acción y cada pensamiento es tal que podríamos decir que estamos realmente vivos y que, en verdad, hemos vivido. Tu manera de pensar equivocada y pequeña nunca te permitirá experimentar la vida, pobre
de ti.
Y nunca serás un maestro en esta escuela, porque el sueldo de la maestría
es muy estricto. Demanda la conquista de uno mismo; más que eso,
demanda la absolución de lo divino en nosotros. Eso significa la liberación de nuestra divinidad. ¿Y dónde está esa divinidad? Está justo en el lugar
donde crees que está tu carencia. Y nuestra divinidad es la
voluntad. Es la espada de la voluntad la que nos permite, como
legisladores, determinar
qué clase de vida queremos. Yo digo que no hay enemigo que no hay
hombre ni mujer ni hay padre tan poderoso que me pueda robar mi
vida y mi poder de hacer de mi vida lo que quiera. Nunca hubo nadie
tan poderoso en mi vida.
¿Por qué tendría que haberlo en la tuya?
Mi ocupación en estos momentos es llevarte más allá de tu fase
humana hasta esa conciencia que es sublime y hasta el pensamiento que es inmortal; llevarte más allá de tus pequeñeces
que funcionan muy bien
por todas las razones por las que deberías permanecer como esclavo.
Eres estúpido e ignorante
y en todo lo que piensas es con quién te vas a acostar esta noche,
cuánto vas a engullir mañana por la noche y qué aspecto tienes. ¿No
crees que ellos saben eso? No seas tan pequeño como para presumir
que a los ojos de la
frialdad, como el acero, no eres digno de consideración; tus
acciones te han delatado.
En este momento en mi pensamiento, tras el ensueño agridulce del dolor,
estaba el llevarte más lejos de lo que nunca has ido en la mente —más
allá del mito, más allá del hipnotismo—, el llevarte más lejos en el proceso de desarrollo de la conciencia perpetua de lo que ningún ser humano ha ido en
mucho tiempo. Ese es mi
trabajo. Yo tengo legiones haciendo otras cosas. Esto me concierne
por la emoción de la cual se creó este momento.
Yo nunca tuve una ciudad que pudiera ser atacada. Mi gente —mis mujeres, mis
niños, mis hombres maduros, y mis amadas mujeres maduras—marchó conmigo, y ellos estaban en el centro del ejército de a pie mas poderoso que nunca ha existido,
pues ellos eran el premio. Vuestro asunto, tras mi consejo, tras lo
que os he dicho no hace
muchos días en vuestro tiempo y cómputo, es vuestra elección,
preservaros a vosotros mismos. Es mi trabajo que superéis el ser esclavos mortales. Y un día, vosotros supervivientes, vais a
ver quién os ha estado
enseñando. Y en algunos momentos de mucha consideración -pues esto
también se ha visto— os
vais a preguntar realmente por qué este se propuso como tarea
encargarse de vosotros y de los de vuestra condición y llegar a tales
niveles de discusión y lenguaje. Y os vais a asombrar, porque
verdaderamente el mundo es como una mota de polvo. Y entonces entenderéis, pero os
preguntaréis por qué.lo veo.
Toma mi sabiduría y aplícala inmediatamente, pues te digo esto sin
ningún otro motivo. Un día,
el vestido y la capa dejarán de visitar este tiempo extraño y,
porque te has elegido a ti mismo a través de un emisario de
pasión, heredarás este lugar muy diferente a como lo ves hoy.
Tendrás las habilidades y
la conciencia para restaurar y para sanar. Y como el pez que vive
subterráneo y la rana, la abeja y la hormiga, nacerás un día y
tendrás la oportunidad de cumplir un sueño