Los viajes aéreos siguen siendo un desastre, con problemas de energía que afectan la terminal internacional del aeropuerto JFK de Nueva York.
Por ejemplo, un vuelo de Air New Zealand tuvo que regresar después de 8 horas de vuelo debido al problema.
En el extranjero, los trabajadores en huelga en los aeropuertos alemanes han dejado en tierra a 300.000 pasajeros