Como parte de un esfuerzo más amplio de ahorro de agua, la compañía con sede en San Francisco, que inventó los jeans azules en 1873, se convirtió en pionera de un método conocido secamente como "objetivos de agua contextuales". La idea es que ahorrar un litro de agua donde abunda es menos importante que ahorrar un litro donde escasea. Significa que Levi Strauss debe moverse con más fuerza para frenar el uso de agua en sus fábricas egipcias, digamos, que en sus plantas estadounidenses, aunque ahorrar agua en los EE. UU. puede ser más fácil de lograr.
La escasez de agua está apareciendo en todo el mundo. El río Colorado se está secando , los niveles de lluvia se desplomaron en la provincia china de Yunnan este enero y los científicos predicen otra sequía ruinosa para Europa este verano. A medida que el planeta se calienta y la población crece, las Naciones Unidas prevén un déficit del 40 % en el suministro mundial de agua en tan solo siete años.
Ese sombrío resultado afectará directamente a miles de millones de personas. También desafiará a una franja de industrias. Alrededor de las tres cuartas partes de las empresas que cotizan en bolsa dicen que están expuestas al riesgo del agua que podría alterar significativamente su negocio.
Para una multinacional, el primer paso es identificar en qué parte de su vasta y extensa cadena de suministro acecha el peligro. Luego debe encontrar formas inteligentes de reducir el uso del agua sin afectar los objetivos de producción.
Para establecer objetivos de agua locales para decenas de proveedores, Levi Strauss primero mapea las ubicaciones de sus molinos y fábricas contra el Atlas de Riesgo de Agua de Acueductos del Instituto de Recursos Mundiales. Al hacer esto cada dos años, puede controlar qué proveedores locales enfrentan el mayor estrés hídrico. Luego, las instalaciones más vulnerables se ven obligadas a innovar reutilizando el agua durante la producción o ideando nuevos acabados con bajo consumo de agua. La idea tardó un tiempo en filtrarse.
“Cada vez que una idea es radical, se necesita tiempo para cambiar la mentalidad”, dice Jennifer DuBuisson, directora sénior de sustentabilidad de Levi Strauss. “Pero una vez que las instalaciones se dieron cuenta de que estas técnicas no solo ahorraban agua, sino también dinero, la gente se unió rápidamente”.
Una idea fue deshacerse del uso de detergentes y en su lugar usar un dedal de agua y gas ozono. Otra era suavizar los jeans volteándolos con tapas de botellas y pelotas de golf, en lugar de usar suavizante de telas y agua. La compañía dice que también presionó para reutilizar y reciclar el agua, una importante fuente de ahorro.
Muchas empresas de ropa están reduciendo su huella hídrica utilizando métodos establecidos, como el cultivo de algodón con agricultura regenerativa, el reciclaje de aguas residuales y el cambio de productos químicos de teñido. Pero debido a que muchas empresas dan a cada fábrica en la cadena de suministro el mismo objetivo (reducir el uso de agua en un 20% durante cinco años, por ejemplo), hay pocos matices en el proceso. A las empresas les ha llevado tiempo considerar el contexto.
