En Bloomberg Opinion esta semana, Allison Schrager dice que la hipoteca a 30 años está apuntalando el mercado inmobiliario de EE. UU., lo que puede no ser del todo bueno:
Las tasas de interés están altas, lo que significa hipotecas más caras, lo que debería hacer bajar la demanda. Pero en los EE. UU., los precios apenas se han movido.
Una década de tasas bajas llevó las tasas hipotecarias a mínimos históricos en 2020 y 2021. Muchos estadounidenses compraron casas nuevas o las refinanciaron en los últimos años. Alrededor del 62% de los propietarios de viviendas tienen una tasa hipotecaria inferior al 4% y el 23,5% paga menos del 3%. Ahora las tarifas son más del doble, lo que plantea la pregunta: ¿Quién puede permitirse el lujo de mudarse? Eso restringe la oferta y evita que los precios caigan mucho.
Todo lo cual plantea otra pregunta: si la hipoteca de tasa fija a 30 años puede salvar a la economía de EE. UU. de un colapso inmobiliario y permitir que más propietarios permanezcan en sus casas, ¿no están todos los estadounidenses mejor? A corto plazo, la respuesta puede ser sí. Pero a largo plazo, el mercado inmobiliario estadounidense será mucho menos fluido porque la gente está atada a sus hipotecas.