Por... Petra Sorge
Las aguas bajas son cada vez más frecuentes y obligan a soluciones alternativas costosas y engorrosas para mantener abiertas las líneas de suministro
El río Rin ha sido una ruta de navegación confiable durante siglos, ayudando a generar gigantes industriales a lo largo de sus orillas. Pero esos días están llegando a su fin, y la lucha se vuelve aún más urgente ya que el gobierno de Alemania no logra seguir el ritmo.
Con el agua retrocediendo regularmente a niveles que impiden el envío desde finales del verano hasta el otoño, las empresas de la ruta comercial más importante de Europa se apresuran a adaptarse, lo que subraya cómo la crisis climática está afectando incluso a las economías industriales avanzadas.