Las nuevas regulaciones exigirán que los fondos privados proporcionen a los inversores estados de cuenta trimestrales que detallen métricas estandarizadas como comisiones, gastos y rendimiento de los fondos.
También se prohibirá a las empresas dar un trato preferencial a ciertos inversores para retirar dinero si esa práctica tiene un efecto negativo en otros inversores (a menos que se incluyan términos como derechos de reembolso favorables).
Además, se requerirá que los fondos realicen auditorías anuales, mientras que se exigirá la divulgación o el consentimiento explícito de los inversores cuando los fondos quieran traspasar los costos de cumplimiento.