Los mercados de renta variable siguen zumbando al son de los chismorreos de los bancos centrales, a falta de visibilidad económica suficiente para apostar por una vuelta al crecimiento de los beneficios empresariales. Hay bastante ruido en Asia para empezar la semana, como veremos en breve.
El 11 de septiembre es una fecha muy emotiva. Especialmente desde 2001 y la serie de atentados terroristas que golpearon Estados Unidos. También es la fecha del golpe militar en Chile, hace ahora 50 años. Estos acontecimientos, que han configurado el mundo en que vivimos, nos recuerdan que las sacudidas de la historia crean regularmente situaciones inesperadas o imprevistas que cambian las reglas del juego. La invasión de Ucrania por Rusia es evidentemente una de ellas, con consecuencias cuyo alcance aún se desconoce, pero cuyas repercusiones inmediatas en nuestra vida cotidiana, por ejemplo a través de la explosión de los precios de la energía, son dolorosamente visibles.
El conflicto ruso-ucraniano fue uno de los temas abordados el fin de semana por el G20 en India, junto con muchos otros. Los países presentes alcanzaron una declaración conjunta que, como suele ocurrir, frustró a algunos y satisfizo a otros. Sobre todo, demostró que los grandes países del Sur y del Este han aumentado su influencia.