Uno de los últimos capitalistas de riesgo en respaldar tecnologías más limpias tiene un nombre familiar pero sorprendente: OTAN.
La alianza militar está apoyando a nuevas empresas innovadoras a través de su primer Acelerador de Innovación de Defensa para el Atlántico Norte, o DIANA, y un fondo de mil millones de euros para invertir en tecnología, con dinero recaudado de docenas de países miembros. Si bien el Pentágono ha lanzado programas similares, este es el primero para los ejércitos europeos.
La OTAN invitó a empresas emergentes que trabajan en ciberseguridad, vigilancia y resiliencia energética. La mayoría de las empresas de la última categoría pertenecen al sector de la energía limpia y trabajan para hacer que las redes eléctricas sean resilientes o respaldar las microrredes.
Deeph Chana, director general de DIANA, dijo que apoyar dicha tecnología es lo mejor para la OTAN. “En el momento en que piensas en el cambio climático y la batalla por los recursos naturales, todos estos problemas sistémicos globales que podríamos enfrentar, los estamos enfrentando. Está muy claro que si empeoran, entonces surgirá el conflicto”, afirmó.