Las bombas de calor están diseñadas para funcionar "bajo y lento", trabajando durante períodos de tiempo más largos que una caldera o un horno, que pueden encenderse y apagarse un par de veces al día para proporcionar una ráfaga de calor más intensa. Las casas diseñadas para calentarse a esa temperatura más alta necesitan algunas modificaciones, como un nuevo aislamiento, para garantizar que todo se mantenga cómodo.
La novedad es que las bombas de calor utilizan cada vez más propano como refrigerante para absorber el calor del aire exterior y liberarlo al interior. El propano se puede comprimir más que otros refrigerantes y una mayor compresión significa temperaturas más altas. Estos tipos de bombas de calor pueden tener sentido cuando no es fácil realizar mejoras en la eficiencia.
Sin refrigerantes
Una idea aún más innovadora es eliminar por completo los refrigerantes convencionales. Este es el plan de Magnotherm, una startup alemana que utiliza una tecnología llamada efecto magnetocalórico, que calienta el metal magnetizándolo.
La compañía aún no está apuntando al espacio de calefacción doméstica (su primer producto es un enfriador comercial), pero podría usarse para ese propósito, dice Max Fries, cofundador y director de operaciones de la compañía, y eso podría ser algo que puedan mirar en el futuro.
Hay otras formas de fabricar una bomba de calor sin refrigerantes convencionales. Las bombas de calor termoacústicas utilizan el sonido para comprimir y expandir el helio, mientras que las bombas de calor barocalóricas aplican presión a ciertos tipos de materiales sólidos. Sin embargo, estos pueden estar destinados a un uso específico.
