¿Puede demostrarse el viaje astral?
Entramos sin duda en el campo mas complejo y políémico de este curioso tema: la demostración. Sobre esto se han apuntado multitud de opiniones. Intentaríé exponer la visión crítica y la menos crítica para que ustedes juzguen y elijan la que proceda.
Por un lado tenemos a quienes catalogan la experiencia astral como subjetiva y que, por tanto, se trata exclusivamente del testimonio en primera persona de los que realizan el supuesto viaje. La salida sutil se produce cuando los principales mecanismos de la conciencia se encuentran a unos niveles muy bajos. La Psicología apunta a lo que llaman estado "alfa profundo", lo que impediría en todo momento certificar la realidad del acontecimiento y la distinción de lo real de lo púramente sugestivo, imaginable, etc. Los sueños son confundidos con bastante frecuencia como viajes astrales.
Por otro lado, personas de gran credibilidad y prestigio acadíémico, han intentado objetivar el desdoblamiento realizando previamente una metodología que han puesto en práctica durante la salida. Se dice que dos personas han quedado previamente en un lugar determinado y que una vez terminado el viaje a aquel lugar, días más tarde, han coincidido en los testimonios aportados en la visión.
La ciencia oficial intentaría explicar todo esto a travíés de otras posturas más racionalistas que se dirigen a la actividad mental que se pone en funcionamiento durante el sueño. Lo cual invalidaría la proyección astral como tal por falta de pruebas más que evidentes.
Por otro lado es importante destacar que, auque dos personas decidan quedar en un lugar determinado, este es previamente conocido. Por lo tanto en los testimonios lanzados tras el intento de objetivar la experiencia entre dos o más individuos irían precedidos de una base informativa que cada uno de ellos tiene sobre el lugar. Como deducción a esto último, los individuos generarían una información en el testimonio que no sería nueva sino una clara reproducción de lo que ya sabían sobre el lugar elegido.
En resumidas cuentas. Yoguis, ascetas, bonzos, lamas, monjes, etc... son quienes han conservado el fenómeno del viaje astral a lo largo de su existencia. Cierto es que no todos los componentes de la ciencia universitaria tiran por tierra la experiencia. Ejemplos han habido en nombres como Hornest Hart o Charles T. Tark que terminaron por aceptar la realidad del fenómeno. Pero que duda cabe que para la comprobación de estas experiencias extracorpóreas se necesita mucho más que unos simples testimonios aunque ellos están ahí para ser estudiados.
Lo que realmente prima para que el viaje funcione son lo que muy bien saben realizar estos yoguis, lamas, etc...:la relajación, la meditación, el conocimiento interior. Conocimiento y experiencia que está al alcance de todos pero que es aplicada con conocimiento solo por unos pocos. De esta deducción podríamos sacar en conclusión que muchos de los testimonios que han surgido al respecto del viaje astral no son más que ilusiones producidas en el indivio que han generado en íél erróneas interpretaciones.
No obstante es importante no ignorar todos estos testimonios puesto que de ellos podremos sacar unas acertadas pseudoconclusiones que nos permitan avanzar en la investigación de este tipo de experiencias individualistas.
A continuación les ofrezco el míétodo que algunos autores recomiendan para poner en práctica el viaje astral:
"Acostados de espaldas con los ojos cerrados con naturalidad, las palmas de las manos hacia arriba y los pies ligeramente inclinados hacia su exterior, comience a sentir la inmovilidad de todo su cuerpo: la autíéntica relajación. Deje que su respiración actúe por si sóla, sin que exista forzaje por su parte. Notará una vez relajado, que usted forma parte del habitáculo y que todo le envuelve. En este momento su sensación se traducira como si hubiese desaparecido de allí. Tras estos minutos su pulso decrecerá y notará como si estuviera extinguiíéndose aunque la sensación es placentera y armoniosa. Vaya recorriendo uno a uno todos los miembros de su cuerpo notándolos y relajándolos todavía más, desde los pies a la cabeza. Sienta como cada uno de ellos se desliga del resto conforme usted se lo ordene. Su cuerpo ahora es totalmente pesado, no puede moverlo bajo ningún concepto.
Imagínese entonces que está frente a una puerta y que tras ella hay una escalera. Bájela lentamente, peldaño a peldaño, sintiíéndo relajación y bienestar conforme se desliza por ella. Al final de la escalera usted imaginará una playa. En su orilla hay una barca. Subirá a ella y se introducirá en el mar dándole la espalda al horizonte. Su objetivo, aunque sin prisas, será llegar a la otra orilla. Vaya contando lentamente las veces que usted rema: 1...2...3... No se preocupe por el tiempo que tarde. LLegará un momento el que notará que ha llegado a la otra orilla. Como usted sigue de espaldas a esta es incapaz de ver lo que allí existe. En este momento es en el que usted se levantará para descender de la barca. Lo que se levanta no es su cuerpo físico sino su cuerpo astral. Encontrará una visión diferente de las cosas.
El resto del viaje es cosa suya...