:017: :017 de eso nada
Lo siento Laura, pero anpami tiene razón. Hoy en día los sindicatos están tan podridos como los partidos tradicionales, pero al igual que esos partidos son un mal necesario mientras la gente los siga votando si queremos que haya democracia, los sindicatos son de la misma manera un mal necesario ante el riesgo de que las empresas deseen exprimir a sus obreros. Por supuesto, hay empresarios honrados, que por norma general suelen ser más honrados cuanto más pequeña es la empresa, y aunque estoy seguro que tú formas parte de ese tanto por ciento de empresarios honrados, seguro que sabes de muchos casos que no es así.
Mi padre ha tenido la suerte de ir encadenando cobros del fogasa, gracias a que supuestos empresarios con los que todo iba sobre ruedas, cuando venían mal dadas, los primeros en no cobrar los obreros; ellos no obstante se compraban chalet, todoterreno y continuas comidas fuera de casa. Está muy bien que el que arriesga su capital, cuando gana mucho, sea para su disfrute, que para eso se lo merece; pero cuando se vive de una nómina, con la que mantienes a tu familia, es bastante indecente que justifiques el impago de las nóminas dando largas de que la cosa va mal y de que "estamos esperando un pago", "tal día vamos cobrar cierto trabajo y os pagamos", y sin embargos tu sigas con un ritmo de vida padre, por supuesto poniíéndolo todo a nombre de la mujer y los hijos. Es lo que hay.
El trabajador, pues aguantar unos meses, creyendose las buenas palabras que quien cuando los tiempos eran buenos iba "en plan colega" más que jefe. Cuando ya llevas más meses sin cobrar de los que te puede pagar fogasa, pues sindicato y a los juzgados de lo social, para poder cobrar de fogasa, tarde y poco, y el empresario de rositas porque supuestamente no tiene casi nada para embargarle. Cuando no cambiaba la empresa su nombre cada dos años para dejar empantanados a los proveedores que no les había pagado.
No es justo que se tenga que estar trabajando sin cobrar, pero el trabajador tiene que estar viendo como pasan los meses sin ver un duro, hasta que la cosa es denunciable. Y si te vas, te quedas en la calle sin derecho a cobrar paro.
Algunos hemos optado por otras alternativas nuevas a los grandes partidos y sindicatos. Si algún día esas alternativas se vuelven añejas como los de ahora, es casi seguro que se corromperán, pero mientras tanto habrá una renovación y un poco de aire fresco entre tanto podredumbre.
Tanto los grandes sindicatos como los grandes partidos tradicionales en España son para echar al cubo de la basura a día de hoy, pero son un mal con el que de momento hay que cargar mientras la gente no se decida a darles su castigo; sin su existencia, el panorama pintaría aterrador.