Ni "actuación preventiva", ni "problema puntual de liquidez". La explicación oficial del Gobierno para la intervención de Caja Castilla-La Mancha (CCM) ha saltado por los aires. El demoledor informe con el que el Banco de España justifica su actuación deja bien claro que la entidad que presidía Juan Pedro Hernández-Moltó no era solvente, como ha repetido el Ejecutivo hasta la saciedad, sino todo lo contrario: no cumplía los mínimos de solvencia y, si no era intervenida, amenazaba con acabar en quiebra.
Pedro Solbes ha peregrinado esta semana por las principales cadenas de radio y televisión para repetir una y otra vez la doctrina oficial lanzada en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros extraordinario del domingo: que CCM no tenía ningún problema de solvencia ("tiene fondos propios positivos" era el argumento de autoridad), que se trataba de una carencia de liquidez a corto plazo que no afectaba al futuro de la firma y que la intervención era una medida preventiva para evitar males mayores.
El presidente de Castilla-La Mancha, Josíé María Barreda, ha insistido tambiíén en que la caja "no tiene un problema patrimonial, sino de liquidez coyuntural", provocada tras una "caída abrupta" del sector de la construcción por la crisis, así como a una "campaña de descríédito, de acoso y derribo de algunos sectores"; se refiere al PP, naturalmente, al que acusa de provocar la salida masiva de depósitos de la entidad. Barreda tambiíén acusó a Unicaja de llevar a CCM al abismo por sus "pretensiones excesivas".
Estas explicaciones no habían convencido a casi nadie, ni siquiera a los medios más afines al PSOE. Era demasiado llamativo que, por un problema puntual de liquidez, se tuvieran que inyectar 9.000 millones nada menos a la entidad y, además, destituir al consejo de administración en pleno, empezando por el destacado ex diputado socialista. Resultaba evidente que tenía que haber algo más, como ya señaló el propio domingo El Confidencial al llamar la atención sobre estas contradicciones.
El Banco de España no deja lugar a dudas
Ahora, es el mismísimo Banco de España el que da la razón a los escíépticos y pone la cara colorada al Gobierno, que ahora queda en una situación muy embarazosa tras haber sido pillado en este renuncio. Porque el informe del supervisor que dirige Miguel íngel Fernández Ordóñez no deja lugar para la duda: CCM presentaba un díéficit regulatorio de recursos propios de 157 millones al cierre de 2008, con un ratio de solvencia (que incluye todos los compartimentos del capital) del 7,2%. Es decir, aunque es cierto que los fondos propios todavía son positivos, se encuentran por debajo de lo exigido por la normativa para que una entidad se considere solvente.
Es más, el informe utiliza exactamente esas palabras cuando afirma que la "fuerte relajación de los criterios de concesión" (de críéditos, se entiende) es lo que "ha desembocado en la situación actual, socavando de forma muy grave la solvencia y la viabilidad de la entidad". Además, las cosas amenazaban con ponerse mucho peor todavía: "La situación empeorará sensiblemente si se tienen en cuenta los 600 millones de euros de ajustes al patrimonio neto que, previsiblemente, se derivarán de la inspección en curso". Lo cual significa que, si el Banco de España no la hubiera intervenido, la caja amenazaba con llegar a la quiebra.
La cuestión de los fondos propios positivos
Pero es que todavía hay más. Sólo se puede sostener que tenía fondos propios positivos "valorando los activos de la entidad a valor nominal, sin ajuste alguno derivado de la evolución de los mercados, tanto financieros como inmobiliarios", en palabras de nuestro analista S.McCoy. Y todos sabemos lo que ha ocurrido en los mercados en el último año y medio. De hecho, la manga ancha del propio Banco de España con las tasaciones de los activos inmobiliarios es lo que había evitado que CCM tuviera que anotarse unas enormes píérdidas y que sus fondos propios estuvieran en situación crítica.
Por descontado, la caja tenía un problema de liquidez, que es previo al de solvencia. Según el citado informe, el cierre de los mercados interbancarios se agravó todavía más en el caso de CCM a raíz de la bajada de rating decidida por Standard & Poor's en febrero. Además, señala que CCM carecía de activos aptos para descontar en el BCE, es decir, que no podía utilizar la vía favorita de financiación de la banca española. Ante esta situación, la fuga de depósitos de los últimos meses volvía insostenible la situación de la entidad, que no era capaz de hacer frente a sus obligaciones -es decir, era insolvente a corto plazo- y tuvo que solicitar una provisión urgente de liquidez de 900 millones.