emundo.es/Javier González
Madrid.- De pasar por caja por tomar un aperitivo en pleno vuelo a pagar por acercar a la terminal a un familiar. En los últimos años se han puesto de moda los 'micropagos' aeroportuarios, pequeñas tarifas por servicios tan mínimos como el coste que suponen. Las asociaciones de consumidores denuncian el avance de esta moda.
La última, el anuncio del aeropuerto británico de Luton de cobrar una libra por pasar a la zona 'Besar y soltar' ('kiss and drop', en inglíés). Es decir, pagar por poder dejar en la puerta de la terminal a un familiar, aunque sea en moto, y por un tiempo limitado de diez minutos, según informa el 'Telegraph'.
Este 'micropago' se suma a otra medida extendida en Europa que Aeropuertos Españoles y Navegación Aíérea (Aena) "estudia" para su futura aplicación en España, según han confirmado fuentes del organismo: poder pagar por 'colarse' en las colas de seguridad.
Los aeropuertos de Luton y Liverpool son privados, por lo que pueden cobrar por iniciativa propia estos micropagos. Sin embargo, Madrid-Barajas o Barcelona-El Prat son públicos y se rigen por tarifas comunes.
No obstante, este sistema de tarifas únicas podría cambiar en los próximos años cuando se formalice la privatización parcial de los aeropuertos a travíés de Egaesa, Empresa de Gestión de Aeropuertos del Estado. Será una filial de AENA participada con capital privado, aunque aún falta por avanzar cuáles serán todas sus competencias al gestionar los servicios de los aeródromos.
"Sería una medida de dudosa legalidad", afirma Rubíén Sánchez, portavoz de FACUA, sobre pagar para saltarse la cola de espera en los arcos de seguridad. "Es bastante 'sui gíéneris' porque está en un limbo regulador, y cabe recordar que ya pagamos en nuestros billetes una tarifa de seguridad", agrega.
FACUA denuncia que este 'micropago' supondría "la segregación clasista entre usuarios de primera y de segunda" y que ello "repercutirá en la calidad del servicio".
"Pagar la tarifa de seguridad supone pagar por la calidad de este servicio. Si se paga un extra es porque no han cumplido lo prometido", critica Rubíén Sánchez, quien considera "ofensivo" que la medida pueda "alterar" los protocolos de las fuerzas de seguridad del Estado.
De pagar por comer a pagar por ir al lavabo
Los micropagos se extienden de los aeropuertos a las propias aerolíneas. Si en Luton hay que pagar una libra por utilizar los carritos de equipajes o por las bolsitas de plástico para introducir los líquidos a bordo del avión, las compañías tampoco son mancas al cobrar por otros 'servicios'.
De hecho, en 2010 se cumplirán cinco años de la supresión de los menús gratuitos de Iberia en clase turista en corto y medio alcance, medida que la compañía justificó porque sus costes a bordo eran por entonces un 24% superiores a los de sus rivales 'low cost'. Hace unos años, las aceitunas iban incluidas en el billete.
Por su parte, Ryanair es muy representativa de la nueva moda entre las aerolíneas de bajo coste. Esta compañía irlandesa compensa los precios de sus billetes con tarifas por otros conceptos. Por ejemplo, su políémico presidente, Michael O'Leary, estudia instalar un servicio de monedas en las puertas de los lavabos de sus aviones para cobrar una libra.
No obstante, no es la única en cobrar otros extras impensables antes de la eclosión de las 'low cost'. Las tasas de prioridad de embarque (para coger sitio antes que nadie porque no están numerados); de equipaje facturado (pagar por bolsa independientemente del peso); de cambio de nombre del billete; o por equipamiento 'especial' (como cunas, equipo deportivo o instrumentos de música) son algunos de estos extras.
La Comisión Europea denunció en 2007 que más de la mitad de las aerolíneas del continente encarecían sus billetes con condiciones de este tipo poco claras. Irregularidades "en la indicación de precios, tíérminos de contrato y claridades en las condiciones propuestas", según justificó Bruselas.
Por otra parte, la facturación 'in situ' tambiíén parece ser cosa del pasado. La aerolínea irlandesa obligará a sus pasajeros a facturar por Internet a partir de octubre, quienes imprimirán su propia tarjeta de embarque y dejarán sus maletas en mostradores 'drop desk' de los aeropuertos.
En cualquier caso, la extensión de los 'micropagos' ha desatado una 'guerra comercial' entre aerolíneas por ofrecer extras como más tamaño y peso por equipaje de mano gratis. No hay un criterio único, por lo que compañías como Iberia anuncian a bombo y platillo novedades como la ampliación a 23 kilos del límite de facturación gratis para desmarcarse así de sus rivales. Una medida que ejemplifica hasta quíé punto se ha complicado reservar un simple vuelo.