La actual crisis ha puesto en el punto de mira a los especuladores bajistas en Bolsa, que venden títulos que toman prestados para luego recomprarlos más baratos. En ocasiones han contribuido a tumbar las cotizaciones, especialmente de los valores financieros. La Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) ha tomado tímidas medidas para aumentar la transparencia de dichas operaciones, pero estudiará si hace falta acotarlas más.
Para ello, la CNMV ha cursado este mes invitaciones a representantes de sociedades cotizadas, rectoras de los mercados y otras partes interesadas, así como expertos independientes para que se integren en un grupo de trabajo que debata las implicaciones de las llamadas ventas en corto, según anunció ayer su vicepresidente, Fernando Restoy.
Restoy admite que "el comportamiento desordenado de las cotizaciones puede contribuir al deterioro de la confianza", lo que justifica que se puedan restringir "operaciones que puedan generar efectos desestabilizadores de la suficiente gravedad", según un discurso difundido por la CNMV. La decisión se tomará teniendo en cuenta los análisis del nuevo grupo de trabajo.
Restoy tambiíén advirtió que la caída de la actividad bursátil puede dar lugar a un exceso de capacidad "que deba ser corregido a travíés del oportuno proceso de reestructuración" de las empresas de servicios de inversión.