La bolsa subiendo, y yo con estos pelos
Publicado en Expansión por Josíé Antonio Fernández Hódar
Día a día se incrementa el número de valores que van recuperando el nivel al que cotizaban al cierre del pasado ejercicio. Para llegar ahí, las revalorizaciones han sido espectaculares. Ahora toca consolidar lo ganado y confiar en que Wall Street aguante.
Los comentarios más sensatos y fundamentados que se van introduciendo en el blog La bolsa de cristal, apuntan todos en la misma dirección: no dar credibilidad a la subida de las bolsas. En todos los casos se parte de las mismas premisas: la situación de la economía.
Y si desde una visión general se pasa al análisis de la situación de nuestro país, nadie puede entender que la bolsa suba, y es normal que así sea. Si miramos el presente y las "no soluciones" de futuro que se plantean, es para vender lo que se tenga en bolsa, sacar el dinero de los bancos, e irnos a otro país hasta que tengamos un Gobierno que gobierne. O si no gobierna, que tenga la humildad de preguntar a Nicolás o a íngela, quíé tengo que hacer, y hacerlo. De esta forma, en lugar de caer la ventas de automóviles en picado, subirían como la espuma, tal como está ocurriendo en Francia y Alemania, por sólo citar el ejemplo más reciente.
La bolsa española, cuyos pesos pesados son empresas internacionales y no nacionales, no se para a mirarse el ombligo
La bolsa española, cuyos pesos pesados son empresas internacionales y no nacionales, no se para a mirarse el ombligo; mira a Wall Street, en donde tambiíén cotizan estas empresas y actúa en consecuencia. Lo que sorprende es que un buen número de analistas tíécnicos, en lugar de interpretar lo que le dicen los gráficos y centrarse en sus velas, candelabros y recuentos esotíéricos de ondas, se metan en camisas de once varas y dejen de ver lo que tendrían que ver. Pero en el pecado llevan la penitencia.
Las bolsas para subir, al margen de fundamentales en los que apoyarse, necesitan creer, como mínimo, que la situación ha dejado de empeorar, que se han puesto en marcha medidas necesarias para frenar el deterioro, y que hay voluntad y capacidad para hacer lo que toque en cada momento, aunque no sea lo más ortodoxo ni lo que recomienden los manuales de economía al uso; en una palabra, necesitan recuperar la confianza. Y en eso están los principales líderes políticos.
El decorado bursátil está mejorando a marchas forzadas. Hemos pasado de tener problemas para encontrar entre los 35 del Ibex valores destacados, a tener exceso de ellos. El sector financiero, el malo de la película, sigue siendo, una semana más, el motor que tira de la bolsa española. Es cierto que le crecerá la morosidad, que van a caer los beneficios, que alguno tendrá que recortar el dividendo.
Pero lo que no es menos cierto, es que no cejan en la búsqueda de negocio para invertir el pasivo, ya sea apoyando a aquellas pymes con visibilidad en su línea de negocio, o facilitando la adquisición de vivienda a personas con capacidad para hacer frente a la hipoteca. Se acabaron las alegrías de ayer, pero no el negocio bancario.
Sería pretencioso por nuestra parte decir hasta dónde va a subir la bolsa, porque no lo sabemos. Lo que sabemos es que está subiendo prácticamente todo y hay que estar o tener, como mínimo, un pie dentro. Luego, tocará corregir y bajará todo, pero seguro que menos de lo que ha subido.