Las instituciones financieras internacionales no saldrán indemnes de esta crisis. Y el Banco Central Europeo (BCE) es una de ellas. Las entidades critican que el presidente de esta institución, Jean-Claude Trichet, "se ha puesto de perfil" mientras perdura el desastre y no funcionan los mercados.
Las tuberías del dinero siguen casi secas. En las últimas semanas parecía que la solvencia de la banca era el único problema (y lo será a largo plazo), pero hay más. Las entidades están muy preocupadas porque 20 meses despuíés del desastre, no fluye el dinero. Las entidades creen que es imposible que haya críéditos y mejore la situación económica si no hay liquidez a largo plazo y esto tambiíén es responsabilidad del BCE.
El miíércoles pasado, los pesos pesados de la banca europea mantuvieron una reunión en Francfort con Trichet, otros gobernadores de bancos centrales, como el de Holanda e Italia, y altos cargos de la institución. Los presentes reclamaron que el BCE cambie de actitud y eleve el plazo de príéstamo del dinero. Hasta ahora, el Banco Central sólo da críéditos a seis meses como máximo. Se ha comprometido a seguir así hasta diciembre, despuíés de aceptar una prórroga en la fecha límite, fijada para marzo pasado.
Los banqueros pidieron a Trichet críédito a uno, dos o tres años y que esta medida se amplíe al año que viene. El objetivo es quitar la presión que ahora sufren muchas entidades que no tienen críédito por el enorme recelo de los grandes inversores institucionales a los activos dañados o la morosidad encubierta. La próxima reunión del banco europeo se celebrará el 7 de mayo. Según diferentes fuentes, podría aceptar alguna de las sugerencias para relajar los mercados.
Los Gobiernos europeos han intentado engrasar el mercado avalando emisiones de entidades privadas o financiándolas a cambio de activos de gran calidad. Sin embargo, no se ve el final de la sequía y los Ejecutivos empiezan a tener problemas de grandes díéficit y rebaja de calificaciones del rating que podrían agotar estas medidas. "Los Gobiernos no pueden estar eternamente con la manguera enchufada. Es una labor del BCE", comentan fuentes financieras.
La reunión se produjo en el marco de los contactos periódicos que tiene Trichet con los grandes de la industria financiera. La novedad de la cita fue que no sólo el Santander y el BBVA realizaron esta petición, como en ocasiones anteriores, sino que los grandes colegas presentes se unieron a la reclamación. Entre ellos estaban los primeros ejecutivos de Críédit Agricole, BNP Paribas, Unicredito, SanPaolo Intesa, Commerzbank, Deutsche Bank y otros.
La argumentación de los presentes fue que el Banco Central debería asumir "como una función propia facilitar liquidez porque es la única manera de que haya financiación estable a medio y largo plazo y se recupere la economía", según fuentes conocedoras de la reunión.
En opinión de los banqueros, el BCE tiene, entre otras funciones, "fomentar una eficiente asignación de recursos, así como promover el buen funcionamiento de los sistemas de pagos y contribuir a la estabilidad del sistema financiero".
En las circunstancias actuales, cumplir estas funciones exige garantizar que el sistema va a seguir disponiendo de mecanismos de inyección de liquidez extraordinaria hasta que se normalice la situación de los mercados. En ningún momento se pidió al BCE que rebajara las exigencias de calidad de los activos.
Hasta ahora, el BCE no ha entrado de lleno en el problema de la liquidez "porque el mandato que tenemos de la Comisión Europea es preservar la estabilidad de precios, con una inflación que se sitúe cerca del 2%", aseguran fuentes del BCE. Este organismo sostiene que su responsabilidad es fijar el tipo de los príéstamos a un día, "y el mercado interbancario es un asunto de las entidades privadas".
Los grandes bancos creen que "la situación es excepcional" por lo que no es válido este argumento. Recuerdan que en las crisis bancarias es clave la contundencia y anticipación para minimizar el coste de los rescates. Tambiíén dicen que es importante la liquidez para que "empresas y ciudadanos no pierdan la confianza" en el BCE con una política errática.