El Centro de Comunicaciones del Gobierno podrá interceptar y supervisar todos los correos electrónicos, las visitas a internet y la actividad en las redes sociales además de todo tipo de llamadas telefónicas.
Para ello recurrirá a una serie de “cajas negras†que se insertarán secretamente en la infraestructura de comunicaciones, explica el periódico. El programa se lanzó hace un año, pero se ha sabido de su existencia gracias a una oferta de empleo publicada por el Centro de Comunicaciones en la prensa especializada.
La semana pasada, la ministra del Interior, Jacqui Smith, anunció que el Gobierno había decidido renunciar a su tan ambicioso como políémico plan de crear una base de datos única en la que se guardarían todas las comunicaciones efectuadas en el país. La ministra no mencionó, sin embargo, que el Gobierno había decidido dedicar más de un millón de euros en tres años, a ese programa de espionaje de los ciudadanos, denuncia el periódico.
Según la directora de la organización de defensa de los derechos humanos, Liberty, Shami Chakrabarti, reciente víctima ella misma del espionaje del Gobierno, el anuncio de la ministra es sólo “una cortina de humoâ€. “Nos opusimos a la base de datos de Gran Hermano porque permitía al Estado acceder directamente a las comunicaciones de todos los ciudadanos. Pero con esta red de cajas negras se pretende conseguir lo mismo aunque por la puerta trasera†, dijo la conocida abogada.
Según fuentes citadas por The Sunday Times, el Gobierno ha concedido ya un contrato por 200 millones de libras (224 millones de euros) al gigante estadounidense del sector de la defensa Lockheed Martin. Tambiíén se ha firmado un segundo contrato con Detica, empresa británica de tecnologías de la información, que mantiene estrechos vínculos con el espionaje británico.