El Banco Santander retiró 276,5 millones de dólares de sus fondos gestionados por Madoff en los 90 días anteriores a la detención del gurú, de los que va a devolver 235 millones a cambio de no sufrir una demanda por parte de las autoridades estadounidenses. Esta es la historia que subyace en el acuerdo alcanzado ayer por el banco que preside Emilio Botín con el administrador judicial (trustee) que tramita la liquidación de los fondos de Madoff, Irving Picard, según fuentes conocedoras de la situación.
La Ley de Bancarrota de EEUU establece que el dinero retirado 90 días antes de una quiebra se considera un pago indebido, lo cual no presupone mala fe. El Confidencial ya alertó en diciembre de que haberse salido de estos fondos antes de la quiebra no garantizaba haber salvado el dinero. Por tanto, el administrador judicial tiene derecho a reclamar las cantidades retiradas en ese plazo para sumarlas al patrimonio total de Madoff que se distribuirá equitativamente entre todos los afectados por el fraude. Para ello, el citado Irving Picard está presentando demandas contra fondos que tambiíén habían cedido su gestión a Madoff.
Ahora bien, Botín ha vuelto a adelantarse a la jugada al alcanzar un acuerdo con Picard que evita la presentación de una demanda contra el banco español. Según las fuentes consultadas, es la única entidad que ha llegado a un pacto, puesto que otras gestoras de fondos se han negado a pagar y están recibiendo ya las demandas. Ahí está el quid de la cuestión, porque en ellas se les acusa de que tenían que saber que pasaba algo cuando retiraron el dinero en los días previos al estallido del escándalo.
Por ejemplo, en la demanda contra J. Ezra Merkin y su gestora GCC, a la que ha tenido acceso El Confidencial, se acusa a este fondo -que había invertido más de 1.000 millones de dólares con Madoff- de tener conocimiento de que la operativa era fraudulenta. Aparte de las rentabilidades "demasiado buenas para ser ciertas", Picard identifica más de 500 operaciones realizadas a precios "imposibles", fuera del rango en que los valores supuestamente comprados o vendidos cotizaron en el día de cada operación. En otra demanda contra el fondo Harley International -que tenía 2.000 millones gestionados por el estafador- se citan argumentos similares.
Evitar acusaciones incómodas
Con el pacto alcanzado, el Santander evita que se haga pública cualquier acusación de este estilo. En el texto del acuerdo se incluye una exoneración de responsabilidad del banco español, aunque las fuentes consultadas aseguran que estas cláusulas se pactan entre las partes una vez que hay acuerdo sobre el fondo de la cuestión. Por otro lado, el Santander ha conseguido una rebaja de la cantidad reclamada, puesto que sólo abonará el 85% del total supuestamente reembolsado en los 90 días anteriores al escándalo.
Otra cuestión que plantea este acuerdo es de dónde salen los 235 millones. Caben tres posibilidades: por un lado, que el dinero estuviera todavía en el fondo sin devolver a los partícipes que solicitaron el reembolso (hay tres demandas admitidas en España contra el banco por este motivo) en previsión de tener que hacer este pago; por otro, que el dinero se hubiera devuelto a los partícipes que solicitaron el reembolso, en cuyo caso ahora el Santander tendría que reclamárselo o bien poner íél mismo ese importe; finalmente, cabe la posibilidad tambiíén de que fuera dinero de la propia tesorería del banco invertido en estos fondos, los famosos Optimal Strategic US Equity y Optimal Arbitrage.
El Confidencial se puso en contacto ayer con el banco para aclarar estos extremos, sin recibir respuesta. Por otro lado, sigue adelante la class action (demanda colectiva) contra el Santander en Nueva York y Miami, en la que tambiíén es previsible un acuerdo extrajudicial con los afectados, clientes de la banca privada internacional de la entidad.