Como un guión todavía no escrito, Martinsa-Fadesa vende activos inmobiliarios a los bancos para aligerar su abultada deuda. Los administradores concursales, a propuesta de los responsables de la compañía, han planteado al titular del Juzgado de lo Mercantil número 1 de A Coruña la enajenación de diferentes promociones previamente acordada con Banesto, que le reportarán unos 28,6 millones. A finales del año pasado, estos inmuebles se valoraron en 30,8 millones, un precio ya inferior al de anteriores tasaciones. Las promociones están en Ayamonte, Oviedo y Fuerteventura y todas están financiadas por Banesto.
Los administradores concursales de Martinsa, protagonista de la mayor suspensión de pagos de la historia de España con un pasivo de más de 7.000 millones, argumentan que la operación permitirá la entrada inmediata de 3,1 millones de euros y la disminución del pasivo por 25,4 millones. Tambiíén dicen que si no se lo venden a Banesto ahora "esta venta resultaría difícil en el delicado momento del mercado inmobiliario actual". "Tambiíén permitirá que dichos activos no se dediquen en exclusiva al pago de acreedores con privilegio especial sobre las fincas objeto de transmisión".
El visto bueno
La venta de activos acordada con Banesto sigue las líneas marcadas por La Caixa y Caja Madrid, que ha recibido el visto bueno de los administradores, aunque falta el pronunciamiento del titular del juzgado que tramita el concurso.
En ese convenio se establece el pago de la deuda íntegra, sin quitas, pero a cambio de que la compañía presidida por Fernando Martín se convierta en un operador de suelo y abandone prácticamente el negocio de la promoción inmobiliaria. Tambiíén plantea la devolución de la deuda a partir de 2012 y en siete años.
Martinsa-Fadesa plantea esta operación al juez la misma semana en que su tercer accionista deja el Consejo de Administración por fuertes discrepancias con el entorno del presidente. Juan Carlos Rodríguez Cebrián, que junto a su mujer, Dolores Ortega, controla el 6,9% de la inmobiliaria, se había negado a firmar las cuentas de 2008 alegando falta de tiempo para analizar los estados financieros.
Una vez mostrado ese desacuerdo, Rodríguez Cebrián, ex director general de Inditex, señaló la semana pasada que ni siquiera estaba de acuerdo con la propuesta de convenio de acreedores y el plan de viabilidad diseñados por Fernando Martín a finales de 2008. En sus últimos consejos, otros de los accionistas significativos de Martinsa, los hermanos Salazar, tampoco firmaron las cuentas.
Rodríguez Cebrián y Dolores Ortega, accionistas a travíés de la sociedad patrimonial Aguieira de Inversiones, entraron en 2007 en Martinsa para constituir un núcleo duro en torno a Martín. Es previsible que el matrimonio, en procesos concursales de otras inmobiliarias como Hábitat no inicie acciones legales contra los máximos accionistas de Martinsa.