El proyecto del FMI de lanzar su primera emisión de obligaciones sedujo a varios grandes países emergentes, que ven en ella una posibilidad de diversificar su patrimonio y reducir su exposición al dólar, una divisa bajo sospecha a causa del fuerte crecimiento del díéficit fiscal de Estados Unidos.
Tras el compromiso en abril del Grupo de los 20 grandes países ricos y emergentes del planeta (G20) de aumentar los recursos de la institución en 500.000 millones de dólares, cada país debe redefinir su aporte individual.
Para facilitar la reunión de la suma el FMI eligió innovar, con la emisión de las primeras obligaciones de su historia.
“El personal del FMI presentará los documentos necesarios al consejo de administración para que autorice la emisión de sus títulos tan pronto como sea posibleâ€, destacó el miíércoles el director general, Dominique Strauss-Kahn.
Tres candidatos a comprarlos se manifestaron en las dos últimas semanas: Rusia, China y Brasil. El gobierno ruso y el brasileño están dispuestos a adquirir títulos por 10.000 millones de dólares, y el chino por 50.000 millones.
MIEMBROS
Otros miembros del G20, como India y Arabia Saudita, podrían seguirlos. Estas obligaciones serán nominadas en unidades de cuenta del FMI, los Derechos Especiales de Emisión (DEE), cuyo valor es el de una canasta de monedas, en la que el dólar solo pesa 41%. Esto explica los temores del mercado a que algunos países se alejen del dólar.
Esos temores se materializaron en un alza de las tasas obligatorias cuando el Banco Central de Rusia dijo claramente el miíércoles que vendería las obligaciones estadounidenses para comprar las del FMI.
En un escenario extremo “si los países utilizan esta emisión como una manera de diversificar sus reservas internacionales en detrimento del dólar, esas ventas provocarán una liquidación de los bonos del Tesoro u otros activos emitidos en dólares en poder de los bancos centralesâ€, explica Carl Weinberg, de High Frequency Economics.