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Autor Tema: El Tercer Ojo Y La Glándula Pineal  (Leído 3173 veces)

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El Tercer Ojo Y La Glándula Pineal
« en: Junio 19, 2009, 08:50:29 pm »
Todos hemos escuchado cuentos desde niños de la gente que puede comunicarse teniendo visiones, de los que se comunican con los espí­ritus, de los que tienen habilidades que la vasta mayorí­a no tiene.  Incluso aquí­ en el monasterio contamos con dos compañeras que tienen habilidades similares.  Al clarividente se le conoce como aquel que tiene el arte de “ver” con los sentidos, más allá de los cinco tradicionales.  A la clarividencia se le llama a veces el sexto sentido.  Esta relacionado a las imágenes que siempre están presentes en la mente pero no conectada a ellas.  Los que cuentan con tal habilidad expresan que ven con lo que se llama “el tercer ojo”.  He indagado mucho en este mundo para encontrarme con unas teorí­as bastante interesantes.

Algunas personas en el mundo de habilidades sí­quicas, hablan de cómo la glándula pineal es ese tercer ojo.  La glándula pineal, localizada aproximadamente en el centro de la cabeza, es del tamaño de un garbanzo, pero según ellos antes era del tamaño de una bola de ping pong.  Según cuentan, la glándula tiene una apertura, con un lente para distinguir luz, es hueco y tiene receptores para distinguir colores y tiene una visión de 90 grados.  Para único donde no puede mirar es hacia abajo.  Dicen que dentro se encuentran todas las geometrí­as y entendimientos de cómo la realidad fue creada, en todos nosotros, grabado pero en nuestra caí­da lo olvidamos y sin nuestras memorias comenzamos a respirar diferente.  Ahí­ me preguntíé, que rayos tení­a que ver la respiración en todo esto.

Resulta que según explican, la energí­a pránica, víéase la energí­a de la vida, circulaba por el centro de la glándula pineal.  Entonces al dejar de usar esta, el prana, víéase la energí­a vital del universo según el hinduismo, dejó de pasar por la glándula y así­ circular por todo nuestro sistema, y empezamos a respirar por la nariz y la boca.  Al nuestra energí­a vital no pasar por el tercer ojo, dejamos de ver las cosas como eran y lo que se nos presenta ahora es una realidad alterna, ó quizás mejor dicho una interpretación diferente, la cual se le conoce como conciencia polarizada.  Los resultados de esta nos hacen pensar que estamos dentro de un cuerpo mirando hacia fuera, de alguna manera separada de lo que hay afuera. 

Sin embargo la humanidad esta evolucionando a una frecuencia donde la clarividencia será parte del dí­a a dí­a.  Para algunos esto es un regalo que viene natural, especialmente con los niños.  Para otros es un viaje.  Se requiere de una experiencia cerca de la muerte, encuentro con otro ser, fiebre alta, accidente serio, golpe a la cabeza o la apertura de energí­as kundalini, víéase otra forma de conocer el prana.

Despuíés de leer todo esto y aun reacio a adoptarlo por completo, me decidí­ a investigar un poco más sobre esta glándula pineal y lo que me encontríé fue asombroso.  Resulta que por siglos, esta ha sido estudiada y caracterizada por ser tema de debates sobre su propósito.  La primera visión fue de Galen, famoso míédico y filósofo griego (130-210AD), y en su octavo libro titulado “On the usefulness of the parts of the body” la describió como otra glándula más que serví­a para apoyar los vasos sanguí­neos.

En el siglo cuarto, Posidonius de Byzantium (final del siglo IV AD), teorizó que la imaginación se debe a la parte del cerebro, localizada en el ventrí­culo del medio.  Muchas más personas teorizaron al respecto, pero fue Reníé Descartes (1596-1650), famoso filósofo y matemático, quien en su libro “Treatise of man”, no describió al hombre, sino una especie conceptual del hombre, una criatura creada por Dios, que consistí­a de dos ingredientes, un cuerpo y un alma.  En su teorí­a, la glándula pineal formaba parte importante ya que envolví­a las sensaciones, imaginación, memoria y la causa de movimientos corporales.  Además, aun cuando sus teorí­as sobre el cuerpo diferí­an de lo que los míédicos contemporáneos escribí­an, Descartes expresó que el rol de la glándula pineal, en adición de lo ya mencionado, era el de albergar, espí­ritus de animales que brindaban poder a una persona y llegaban allí­ a travíés de las arterias (cosa que se probó no era totalmente cierto pues la glándula esta cubierta de venas y no arterias).  Descartes explicaba la percepción de la siguiente manera:

“los nervios son tubos huecos, llenos de espí­ritus de animales.  Además contienen pequeñas fibras que llegan de un lado a otro.  Estas fibras conectan los órganos sensoriales con pequeñas válvulas en las paredes del ventrí­culo del cerebro.  Cuando estos órganos son estimulados, partes de ellos son puestos en movimiento.  Estas partes entonces jalan de las fibras, que resulta en el que se abran las válvulas, algunos espí­ritus de animales en los ventrí­culos cerebrales escapan, y una imagen de baja presión del estí­mulo sensorial aparece en la superficie de la glándula pineal.  Es esta imagen, que entonces causa percepción sensorial de blanco, cosquillas, dolor, etc.  Pero no se imprime en los órganos sensoriales externos, ni en la superficie interna del cerebro, cuales se deben tomar como ideas reales, de aquellas que se pueden trazar como espí­ritus en la superficie de la glándula H (donde se encuentra la imaginación y el sentido común).




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Re: El Tercer Ojo Y La Glándula Pineal
« Respuesta #1 en: Junio 19, 2009, 08:51:40 pm »
De ahí­ podemos ir al dí­a de hoy, donde se conoce que la glándula pineal tiene cuatro funciones principales empezando por causar sensación de sueño, convertir señales del sistema nervioso en señales endocrinales, regular las funciones endocrinales y secretar la hormona melatonina, hormona que ayuda a regular el proceso de pubertad y ayuda a proteger al cuerpo de daño a cíélulas causado por libres radicales.  Al parecer tiene un par de tareas más que en la antigí¼edad ni se imaginaban aun.

Despuíés de leer todo esto y ver como las personas de habilidades ven la glándula y como la ciencia la ha visto hoy dí­a me quedíé con muchas dudas pues son muchos temas que recientemente he leí­do y todos mezclados en una parte del cuerpo tan pequeña como un garbanzo.  La mención de los animales de poder y como fluyen por el cuerpo, hablado por un filósofo y matemático importante de nuestra historia, se habla de la habilidad de ver más allá de lo que vemos y se habla de cómo hemos perdido la capacidad de ver y como se supone vayamos dirigidos a evolucionar a un mundo de clarividencia, pero no sucede.  Son pocos los casos y muchos los incríédulos porque no ven.  Entonces la pregunta que me hizo continuar investigando fue preguntarme “¿Por quíé la mayorí­a de la gente no puede ver? Aunque no encontríé una respuesta clara y la cual pueda respaldar 100%, si tengo una teorí­a algo interesante.

Luego de verificar algunos sites de medicina y estudios de geníética, me tope con algo de lo cual la industria de medicinas ni los míédicos hablan mucho.  Quizás porque para ellos no tiene mucha importancia, quizás porque no quieren que se sepa.  Resulta que hasta antes del 1990 no se habí­a hecho estudios prolongados en la glándula pineal, entonces la Dra. Jennifer Luke, de la universidad de Surrey en Inglaterra, llegó al meticuloso descubrimiento de que la glándula pineal es el blanco principal de la acumulación corporal de fluoruro.

El tejido suave de una glándula adulta, contiene más fluoruro que cualquier otro tejido en el cuerpo, a un nivel de cerca de 300ppm, con la capacidad de inhabilitar enzimas.  La glándula tambiíén contiene tejido duro (cristales de hyroxyapatite) y este tejido acumula más fluoruro aun, con un máximo de casi 21,000ppm más aun que los dientes o los huesos.

Luego de este descubrimiento, Dr. Luke se dedicó a experimentar en animales para determinar si la acumulación del fluoruro podí­a impactar el funcionamiento de la glándula, principalmente de la regulación de melatonina.  El resultado fue que los animales tratados con fluoruro reflejaban niveles reducidos de melatonina en la orina.  Esto acompañado de una más rápida pubertad, acelerando el proceso de crecimiento en el animal.   

Sus hallazgos fueron resumidos de la siguiente manera:

“En conclusión, la glándula pineal humana contiene la mayor concentración de fluoruro en el cuerpo.  El fluoruro esta asociado con la depresión de la sí­ntesis de melatonina pineal en gerbils prepubertos y en un acelerado proceso de maduración sexual en los gerbils femeninos.  Los resultados fortalecen la hipótesis de que la glándula pineal tiene un rol en la duración de la pubertad.  Interfiera o no el fluoruro en las funciones pineales requerirá más investigaciones para llegar a una conclusión concreta.”

Sin lugar a duda este escrito me ha dejado con más preguntas que con contestaciones.  Pero no intentaríé contestar más ninguna ahora mismo.  Por ahora reflexionaríé sobre lo que he encontrado y en las conecciones de todas estas válvulas que la vida quiere que reconectemos y siempre nos encontramos con algo que nos dificulta el conectarnos directamente cuerpo mente y alma.  Sea por nuestra propia arrogancia y duda razonable ó por factores foráneos cuyo propósito es mantenernos idiotas.


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Re: El Tercer Ojo Y La Glándula Pineal
« Respuesta #2 en: Junio 19, 2009, 08:53:28 pm »
La glandula Pineal
La glándula pineal está situada en la parte posterior del cerebro. Esta glandulita tiene tan sólo cinco milí­metros de diámetro. Está rodeada de una fina arenilla muy importante. La glándula pineal es un pequeño tejido rojogris. Esta glandulita está í­ntimamente relacionada con los órganos sexuales.

La glándula pineal secreta ciertas hormonas que regulan todo el progreso, evolución y desarrollo de los órganos sexuales. La ciencia oficial asegura que despuíés de que estas hormonas han logrado su objetivo, cual es el desarrollo total de los órganos sexuales, entonces degenera en un tejido fibroso que ya no es capaz de secretar hormonas. Descartes aseguraba que esta glándula era el asiento del alma. Los orientales aseguran que esta glándula es un tercer ojo atrofiado.

Cuando la ciencia míédica del mundo occidental descubrió que esta glándula es tan sólo un pequeño tejido rojogris situado en la parte posterior del cerebro, entonces rechazó la afirmación de Descartes y de los orientales. Mejor hubiera sido no sentar dogmas cientí­ficos y estudiar todos los conceptos en forma eclíéctica y didáctica.

Los yogis de la India aseguran que la glándula pineal es la ventana de Brahama, el ojo de diamante, el ojo de la polividencia que mediante cierto entrenamiento especial nos da la percepción del ultra.

La ciencia occidental deberí­a estudiar estos conceptos de la yoga oriental. La ciencia occidental no es toda la ciencia. Es urgente estudiar tambiíén la ciencia oriental. Necesitamos una cultura integral, total.

El microscopio nos permitió percibir objetivamente lo infinitamente pequeño. El telescopio nos permitió ver lo infinitamente grande. Sí­ la glándula pineal nos permite ver el ultra de todas las cosas deberí­amos estudiar la yoga oriental, y desarrollar esa maravillosa glándula. Los yogui de la India tienen practicas con las cuales se puede lograr una superfunción especial de la glándula pineal. Entonces percibimos el ultra. Negar estas afirmaciones de la YOGA oriental, no es cientí­fico. Es necesario estudiar y analizar.

Los sabios orientales dicen que de la potencia sexual depende la potencia de la glándula pineal. Ahora podremos explicarnos las bases cientí­ficas de la castidad.

No hay duda de que todos los grandes videntes Bí­blicos fueron grandes pinealistas. La castidad cientí­fica combinada con ciertas prácticas les permitió ver el ultra de la naturaleza.

Los gnósticos dicen que en la glándula pineal está el átomo del espí­ritu santo. La Biologí­a esta resuelta a investigar todas estas cosas. Los orientales afirman que en la glándula pineal se halla el loto de los mil píétalos. No hay duda que esa es la corona de los santos.

Los hombres de genio tienen la glándula pineal muy desarrollada. En los cretinos se ha descubierto que la glándula pineal se halla atrofiada.

Los grandes fenómenos de fascinación de masas tan comunes en la India, sólo son posibles cuando el Fakir autentico, tiene la glándula pineal lleno de gran vigor.

Las secreciones de las glándulas endocrinas son absorbidas directamente por la sangre. La sangre arrastra todas las secreciones de las glándulas endocrinas a otros órganos o glándulas, que entonces se ven impulsadas a un mayor esfuerzo, a un trabajo más intenso. La palabra hormona viene de una palabra griega que significa “excitar”. Realmente las hormonas tienen el poder de excitar a todo el organismo, de obligarlo a trabajar.

Las secreciones de las glándulas endocrinas influyen tambiíén sobre la mente. Ahora nos explicamos por quíé los indostaníés se dedican a controlar la mente. Por medio de la mente podemos regular nuestras funciones hormonales.

Algunos sabios indostanes han permanecido enterrados durante muchos meses sin morir.

La Biologí­a no puede permanecer indiferente a esto. Los Biólogos necesitan investigar todas esas maravillas del Asia.

Don Emmanuel Kant admite un “nisus formativus” para nuestro cuerpo fí­sico. Los sabios orientales creen que ese nisus formativus en un cuerpo fluí­dico que se halla en contacto con el sistema nervioso gran simpático, y con el sistema nervioso liquido. No hay duda de que ese cuerpo fluí­dico es el cuerpo astral de los míédicos medievales. Dentro del cuerpo astral está la mente humana y todos aquellos principios puramente aní­micos.

Los sentidos de ese cuerpo astral parecen dimanar como flores de loto desde el fondo mismo de las glándulas endocrinas. Aquel loto de los mil píétalos mencionado por los yoguis de la India, es un sentido aní­mico del cuerpo astral.

El desarrollo especial de la glándula pineal nos permite percibir el cuerpo astral, y sus sentidos aní­micos que como flores de loto emanan de las mismas glándulas endocrinas.

La ciencia míédica juega con la mecánica de los fenómenos, pero no conoce el fondo vital. El desarrollo especial de la glándula pineal nos permite ver el mismo fondo vital.
SAMAEL AUN WEOR