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Autor Tema: La conquista de Amíérica, programada  (Leído 1580 veces)

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La conquista de Amíérica, programada
« en: Julio 02, 2009, 08:49:33 pm »
La conquista programada



A alguien le interesa que la cruz triunfe

El investigador español Manuel Audije —algo más que oficial de la Armada— sustenta la tesis de que el fenómeno de la conquista de Amíérica es inexplicable bajo la consideración de las restringidas posibilidades del invasor español, frente al potencial de los imperios asentados al otro lado del gran mar. Resultaba incomprensible —argumenta— que imperios como el azteca, de gentes acostumbradas a privaciones y luchas por la subsistencia durante cientos de años, sucumbieran ante el empuje de un puñado de hombres, aunque íéstos contasen con aquellos monstruos de cuatro patas que corrí­an como el viento.

Pero es que alguien, desde lo alto, estaba apostando una vez más por la expansión de quienes portaban el signo de la cruz. La historia de los acontecimientos humanos, de la evolución de la especie humana, está escrita ciertamente sobre papel terrestre, pero la pluma que escribe la sostienen en demasiadas ocasiones manos que no son de hombre. ¿Quiíén tiene interíés en que evolucionemos de tal o cual forma? ¿Y por quíé los historiadores acadíémicos cierran sus ojos ante esta realidad? Voy a transcribir a continuación literalmente algunos pasajes extraí­dos de crónicas escritas referidas a la conquista y colonización del continente americano. Las crónicas seleccionadas para este artí­culo —hay bastantes más— no están escritas por cuatro ignorantes ni desconocidos, sino por cuatro reconocidos cronistas de la historia de España, cuales son Bernal Dí­az del Castillo, Pedro de Valdivia, Fray Juní­pero Serra y Pedro de Cieza de León.




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Re: La conquista de Amíérica, programada
« Respuesta #1 en: Julio 02, 2009, 08:51:57 pm »
Los hombres que vinieron del cielo

Pero ya antes que ellos, el propio Colón harí­a alusión al hecho de que los indios americanos parecí­an familiarizados con la idea de que podí­an bajar figuras antropomorfas de los cielos hasta la superficie terrestre.

Así­, leemos en su Diario de a bordo del primer viaje, transcrito por Fray Bartolomíé de las Casas, por cierto y cómo no "In Nomine Domini Nostri Jesus Christi":

"Domingo 14 de octubre de 1492. (...) Otros, cuando veí­an que yo curaba de ir a tierra, se echaban a la mar y nadando vení­an, y entendí­amos que nos preguntaban si íéramos venidos del cielo; y vino uno viejo en el batel dentro, y otros a voces grandes llamaban todos hombres y mujeres: venid a ver los hombres que vinieron del cielo: traedles de comer y de beber."

"Martes 6 de noviembre de 1492. (...) Dijeron que los habí­an recibido con gran solemnidad según su costumbre, y todos así­ hombres como mujeres los vení­an a ver, y aposentáronlos en las mejores casas; los cuales los tocaban y les besaban las manos y los pies, maravillándose y creyendo que vení­an del cielo."


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Re: La conquista de Amíérica, programada
« Respuesta #2 en: Julio 02, 2009, 08:53:46 pm »
La derrota inevitable

Casi 30 años más tarde, Cortíés venció a los indios, entre otras razones, por tres para íél afortunadas coincidencias (¿o no tanto?) que marcaron el ánimo del indí­gena con la propia convicción de su derrota inevitable: el emblema de Cortíés era la cruz, que para el indio era emblema de Quetzalcóatl, el dios-serpiente —portador de plumas que denotaban su facultad de moverse por el aire— instructor descendido y regresado a las alturas estelares; los hombres de Cortíés eran además de tez blanca y barbudos, como los dioses que referí­an las leyendas indias, y por ende Hernán Cortíés desembarcó en el año 1519, que era el año I Acatl, el año consagrado a Quetzalcóatl.

Por su parte, el cronista de Cortíés, Bernal Dí­az del Castillo, refiere en su obra Historia verdadera de la conquista de la Nueva España, en su capí­tulo CI (‘Cómo el gran Montezuma con muchos caciques y principales de la comarca dieron la obediencia a su majestad, y de otras cosas que sobre ello pasaron´):

"Y diríé que en la plática que tuvo el Montezuma con todos los caciques de toda la tierra que habí­a enviado a llamar, que despuíés que les habí­a hecho un parlamento sin estar Cortíés ni ninguno de nosotros delante, salvo Orteguilla el paje, dicen que les dijo que mirasen que de muchos años pasados sabí­an por cierto, por lo que sus antepasados les habí­an dicho, es así­ lo tiene señalado en sus libros de cosas de memorias, que de donde sale el Sol habí­an de venir gentes que habí­an de señorear estas tierras, y que íél tiene entendido, por lo que sus dioses le han dicho, que somos nosotros."

De esta guisa es fácil conquistar y vencer. Máxime cuando además, coincidiendo con la llegada de estos que vení­an de donde sale el Sol, se plantan en el aire objetos voladores que confirman que ellos son los anunciados por la tradición de los antiguos para tomar el relevo del mando de aquella zona del planeta.

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Re: La conquista de Amíérica, programada
« Respuesta #3 en: Julio 02, 2009, 08:54:37 pm »
Ovnis durante la conquista

Así­ lo leemos en el capí­tulo CCXII (‘De las señales y planetas que hubo en el cielo de la Nueva España antes de que en ella entrásemos, y pronósticos de declaración que los indios mexicanos hicieron, diciendo sobre ellos y de una señal que hubo en el cielo, y otras cosas que son de traer a la memoria´) de la misma obra de Bernal Dí­az del Castillo:

"Dijeron los indios mexicanos, que poco tiempo habí­a, antes que viniíésemos a la Nueva España, que vieron una señal en el cielo que era como verde y colorado y redonda como una rueda de carreta" —el cronista español está empleando exactamente la misma expresión que para dicho fenómeno emplearon el historiador italiano Leone Cobelli para el objeto que sobrevoló en agosto de 1487 la villa de Forli, y el autor chino de la obra Notas sobre el cielo para los objetos que los dí­as 16 y 17 de julio del año Dingchou sobrevolaron las regiones orientales del imperio de los hijos del cielo— "y junto a la señal vino otra raya y camino de hacia donde sale el Sol y se vení­a a juntar con la raya colorada; y Montezuma, gran cacique de Míéxico, mandó llamar a sus papas y adivinos, para que mirasen aquella cosa y señal." Más adelante, continúa: "Nosotros nunca las vimos, sino por dicho de mexicanos lo pongo aquí­, porque así­ lo tienen en sus pinturas, las cuales hallamos verdaderas. Lo que yo ví­ y todos cuantos quisieron ver, en el año veinte y siete" —1527— "estaba una señal del cielo de noche a manera de espada larga, como entre la provincia de Pánuco y la ciudad de Tezcuco, y no se mudaba del cielo, a una parte ni a otra, en más de veinte dí­as."

¿Me quieren explicar los doctores de la ciencia, que tanto gustan de atribuir los avistamientos de OVNIs a fenómenos atmosfíéricos inusuales y globos-sonda (en el mejor de los casos) a quíé tipo de fenómeno atmosfíérico inusual obedece la presencia de una forma de espada larga a relativamente baja altura (localizada entre dos puntos geográficos concretos de Míéxico) y en posición fija durante más de veinte dí­as? Porque globos-sonda y chatarra de satíélites en el siglo XVI, no cuela. Y meteoritos en posición fija, menos. Pero no cierren los ojos, porque ahí­ está el testimonio. Por favor, una respuesta coherente de la comunidad cientí­fica acadíémica. Si la tienen, tienen tambiíén la obligación de comunicarla. Y si no la tienen, deberí­an de poseer la suificiente humildad y rigor cientí­fico como para abstenerse de negar aquello que no han investigado. Por ende, quiero recordar que esta misma espada aíérea fue lo que ya notificó —encima de Jerusalíén y fija durante un perí­odo de un año entero— el historiador Flavio Josefo, amíén de otros casos históricos en que se vieron formas de curces (=espadas) en el cielo.


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Re: La conquista de Amíérica, programada
« Respuesta #4 en: Julio 02, 2009, 09:08:02 pm »


Apariciones enigmáticas

Pero continuemos con el testimonio del cronista español Bernal Dí­az del Castillo. En le capí­tulo XCIV (‘Cómo fue la batalla que dieron los capitanes mexicanos a Juan de Escalante, y cómo le mataron a íél y el caballo y a otros seis soldados, y muchos amigos indios Totonaques que tambiíén allí­ murieron´), relata cómo la aparición de una enigmática figura decide la victoria a favor de los españoles (a quienes los indios llaman ‘teules´):

"Y preguntó Montezuma que, siendo ellos muchos millares de guerreros, que cómo no vencieron a tan pocos teules. Y respondieron que no aprovechaban nada sus varas y flechas y buen pelear; que no les pudieron hacer retraer, porque una gran tecleciguata de Castilla vení­a delante de ellos, y que aquella señora poní­a a los mexicanos temor, y decí­a palabras a sus teules que los esforzaba; y el Montezuma entonces creyó que aquella gran señora que era Santa Marí­a y la que le habí­amos dicho que era nuestra abogada, que de antes dimos al gran Montezuma con su precioso Hijo en brazos." El caso de la Virgen no es aislado, sino que otra figuras misteriosas y caí­das del cielo ayudaron a convencer al indio de que no tení­a nada que hacer contra el invasor. Y, ¡asómbrate lector!, vuelve a hacer su aparición aquí­ en apoyo de la cruzada cristiana aquel blanco caballero que sobre corcel blanco pasaba por San Jorge en la lejana Europa, en los enfrentamientos con los moros.

Así­ el extremeño Pedro de Valdivia relata lo siguiente en carta dirigida a Carlos I de España y V de Alemania, y refiriíéndose a un ataque de los nativos contra su fuerte establecido en lo que hoy es tierra chilena, en el año 1541:

"Y parece nuestro Dios quererse servir de su perpetuación para que sea su culto divino en ella honrado y salga el diablo de donde ha sido venerado tanto tiempo; pues según dicen los indios naturales, que el dí­a que vinieron sobre este nuestro fuerte, al tiempo que los de a caballo arremetieron contra ellos, cayó; en medio de sus escuadrones un hombre viejo en un caballo blanco y les dijo: ‘Huid todos, que os matarán estos cristianos´, y que fue tanto el espanto que cobraron, que decidieron  huir."

"Dijeron más: que tres dí­as antes, pasado el rí­o Biubiu para venir sobre nosotros, cayó una cometa entre ellos, un sábado a medio dí­a, y desde el fuerte donde estábamos la vieron muchos cristianos ir para allá con muy mayor resplandor que otras cometas salir, e que caí­da, salió de ella una señora muy hermosa, vestida tambiíén de blanco, y que les dijo: ‘Servid a los cristianos, y no os enfrenteis a ellos, porque son muy valientes y os matarán a todos.´ Y como se fue de entre ellos, vino el diablo, su patrón, y los acaudilló, diciíéndoles que se juntasen muy gran multitud de gente, y que íél vendrí­a con ellos, porque  viendo nosotros tantos juntos, nos caerí­amos muertos de miedo."

Con ligerí­simas variaciones en la forma de exposición, se encuentra este mismo relato en la relación de hechos y noticias que Pedro de Valdivia enví­a a sus apoderados en la Corte. Con gran lucidez dice ahí­ el cronista: "Parece tenerla nuestro Dios de su mano y servirse de nosotros en la conquista y perpetuación de ella."

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Re: La conquista de Amíérica, programada
« Respuesta #5 en: Julio 02, 2009, 09:13:54 pm »

El hombre resplandeciente

Ciertamente se prodigaron en tierras americanas las ayudas extrahumanas a quienes portaban el signo de la cruz. Así­, tambiíén Pedro de Cieza de León escribe en el siglo XVI, en el capí­tulo CXVII de La crónica del Perú, que el clíérigo Marcos Otazo, vecino de Valladolid, le narró la siguiente vivencia:

"Estando yo en este pueblo de Lampaz, un jueves de la Cena vino a mí­ un muchacho mí­o que en la iglesia dormí­a, muy espantado, rogando me levantase y fuese a bautizar a un cacique que en la iglesia estaba hincado de rodillas delante de las imágenes, muy temeroso y espantado; el cual estando la noche pasada, que fue miíércoles de Tinieblas, metido en una guaca, que es donde ellos adoran, decí­a haber visto a un hombre vestido de blanco, el cual le dijo que quíé hací­a allí­ con aquella estatua de piedra. Que se fuese luego, y viniese para mí­ a se volver cristiano. Y cuando fue de dí­a yo me levantíé y recíé mis horas, y no creyendo que era así­, me lleguíé a la iglesia para decir misa, y lo hallíé de la misma manera, hincado de rodillas. Y como me vio se echó a mis pies rogándome mucho le volviese cristiano, a lo cual le respondí­ que sí­ harí­a, y dije misa, la cual oyeron algunos cristianos que allí­ estaban; y dicha, lo bauticíé, y salió con mucha alegrí­a, dando voces, diciendo que íél era cristiano, y no malo, como los indios." (...) "Muchos indios se volvieron cristianos por las persuasiones de este nuevo convertiso. Contaba que el hombre que vio estando en la guaca o templo del diablo era blanco y muy hermoso, y que sus ropas asimismo eran resplandecientes." Se parece sospechosamente a los dos que 16 siglos antes habí­an entrado —descendidos del cielo— en el sepulcro previsto para Jesús.

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Re: La conquista de Amíérica, programada
« Respuesta #6 en: Julio 02, 2009, 09:17:27 pm »
Más ayuda celestial

Finalmente, en el capí­tulo CXIX de la misma Crónica del Perú, Pedro Cieza de León escribe:

"Cuando en el Cuzco generalmente se levantaron los indios contra los cristianos no habí­a más de ciento y ochenta españoles de a pie y de caballo. Pues estando contra ellos Mango inga, con más de doscientos mil indios de guerra, y durante un año entero, milagro es grande escapar de las manos de los indios; pues algunos de ellos mismos afirman que veí­an algunas veces, cuando andaban peleando con los españoles, que junto a ellos andaba una figura celestial que en ellos hací­a gran daño, y vieron los cristianos que los indios pusieron fuego a la ciudad, el cual ardió por muchas partes, y emprendiendo en la iglesia, que era lo que deseaban los indios ver deshechos, tres veces lo encendieron, y tantas se apagó, a dicho de muchos que en el mismo Cuzco de ello me informaron, siendo en donde el fuego poní­an, paja seca sin mezcla alguna."

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Re: La conquista de Amíérica, programada
« Respuesta #7 en: Julio 02, 2009, 09:20:57 pm »

 Y en la íépoca romana

Finalizaríé aquí­ este breve repertorio con un caso extraí­do de la historia de Roma, por cuanto tambiíén aquí­, al igual que en la narración de la isla de Pohnpei, la divinidad implorada acude a la llamada en auxilio del solicitante. El personaje invocado aquí­ es Cástor.

Efectivamente, en el año 498 antes de JC, el exiliado Tarquino se encaminó sobre Roma, con la intención de aplastarla con aliados de treinta y seis ciudades de la Liga latina conducidos por Octavio Manilio. La batalla se libró junto al lago Regilo, cerca de la actual Frascati. Cuando al cabo de algunas horas parecí­a decantarse cierta ventaja en favor de los etruscos, que consiguieron empujar a los romanos, Aulio Postumio, en su desesperación, prometió un templo a Cástor si íéste intercedí­a en la lucha. Repentinamente, en una violenta carga contra el enemigo, se colocaron a la cabeza de la caballerí­a dos extraños y apuestos jinetes de una estatura superior a la humana, que de inmediato se pusieron a dirigirla por ende victoriosa carga.

Fueron solamente algunos ejemplos. Los suficientes, creo, para esta conclusión: dado que los relatos que nos refieren los cronistas de la conquista de Amíérica difieren poco o nada, en algunos casos, de otros testimonios similares recogidos en todas las íépocas y en muchos lugares del planeta por otros historiadores, creo que cabe poca duda acerca de la observación de que alguien está encauzando desde siempre, sin preguntárnoslo, nuestro destino.

Âé Andreas FABER-KAISER
fuente: Web AFK