Ay! Pobrecitos comerciantes textiles. Tenemos que ayudarlos entre todos, gastandonos unos cuantos cientos de euros para que puedan seguir adelante y no cierren sus tiendecitas, que si no se van al paro con una mano delante y otra detrás, igual que sus obreritos con buenos sueldos. Arriesguemos todos nuestros ahorros, la letra de la hipoteca ya la sacaremos de donde sea; hay que apostar por el comercio, ese comercio justo y digno. Ellos que siempre nos han atendido contentándose con ganar moderadamente para vivir.
Moderadamente para vivir....................... al igual que los promotores de viviendas. juas juas juas :016:
Y encima hay que creerse que las rebajas son un esfuerzo sobrehumano para el comercio, y que practicamente no ganan casi nada, cuando no te lo venden a precio costo o incluso perdiendo dinero. Claro, y yo me lo creo.
Las rebajas son lás únicas fechas en que los artículos rebajados están al verdadero precio al que deberían estar el resto del año. Fuera de las rebajas, se ríen de nosotros de una manera aberrante. El comercio, al igual que la vivienda y otros sectores, hace tiempo que ha dejado la senda de un capitalismo humanizado, de un capitalismo moderado, para caer en un capitalismo salvaje. No vale con ganar al mes una cantidad buena para vivir holgadamente; cada año hay que ganar más que al año anterior, si no es una verdadera ruina. Antiguamente los negocios funcionaban cuando tenían unos beneficios que te permitían vivir; fracasaban cuando tenían píérdidas. Hoy fracasan cuando un año tienen beneficios inferiores a 1 cíéntimo al año interior; solo van bien cuando las ganancias aumentan sin control, permitiendo al propietario pasar de una clase media o media-baja, a una clase media-alta, cuando no damos el salto a la clase alta. Más dinero, más coches, más inmuebles, más de todo, aunque no se ponga nada a nombre de uno mismo.
Actuando como sanguijuelas se nutren de la sangre y del dinero de los de siempre: lapoco pudiente pero enorme masa popular, por no decir vulgo.
Un artículo que para ellos el costo es 10, te lo venden en las rebajas a 30 ó 40, y el resto del año a 100 ó 120. Y eso ha mejorado con el gran descubrimiento del lejano oriente, pues lo que les costaba 10 lo que antes se fabricaba en Cataluña, Valencia,... ahora les cuesta 3, 2 ó 1,5, pero los precios en vez de bajar, siempre para arriba. ¿Dónde se ven semejantes márgenes de ganancias?.
La conclusión: así funciona el sistema, que toma a la masa por imbíécil. Los pisos no es que ahora estíén baratos, sino que están cayendo (y todavía les queda) a niveles moderados, reales o íéticos, como se quiera entender. La ropa en rebajas no está barata, está a precios adecuados, a precios que deberían estar todo el año, pues el margen de beneficios es ya bastante amplio. Y que no me lo justifiquen con que sino deben despedir a sus pobrecitos asalariados, porque con ese tipo de chantajes últimamente se pretende justificar muchas cosas injustificables. Relájate, vive la vida; para quíé quieres estar tan forrado y tener tantos bienes, te vas a morir igual, quizás mañana una maceta de geranio te caiga en la cabeza, o un banda de escoria te asalte en tu megachalet. En el mejor de los casos, no habrás hecho más que trabajar como un desgraciado, para acabar criando malvas como cualquier hijo de vecino; el dinero no te lo vas a llevar a la tumba, lo van a disfrutar otros que no habrán hecho más que tocárselos a tu costa, y en el mejor de los casos tu empresa no sobrevivirá cuando a tus malcriados nietos les llegue la hora de tomar el timón.
Gente rica hay mucha, y entre ella mucho amargado e imbíécil. Veo más felicidad entre la gente humilde, que ganando un sueldito justito cada mes vive sin grandes lujos pero sin pasar apuros. Y encima pueden ser ellos mismos, ser naturales.
Así que cuando el negocio caiga en picado y haya que echar el cierre, no me pidas que te tenga pena, por mucho que diga tu federación de comercio. No me pidas que te tenga pena, pues pena me pueden dar tus asalariados o aquellos comerciantes de pueblo o de barrio con unos márgenes reales, pero no tú, que perteneces a esa excesiva mayoría de los que un día os reísteis de todos nosotros.
La avaricia rompe el saco.... y tu saco me importa muy poco