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Autor Tema: La inversión necesita nuevas señales  (Leído 407 veces)

Zorro

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La inversión necesita nuevas señales
« en: Julio 04, 2009, 10:13:10 am »
La inversión necesita nuevas señales

Editorial de Cinco Dí­as

El súbito repunte de las Bolsas mundiales en los tres últimos meses ha abierto los interrogantes tradicionales acerca de su valoración y, por tanto, sobre las posibilidades reales y fundadas de nuevas apreciaciones de las acciones. Todos los grandes í­ndices de los mercados occidentales están ahora en torno al equilibrio desde enero, con píérdidas ligeras en Francia, Alemania, Reino Unido o EE UU, y una ligerí­sima ganancia en el caso de España. Pero hay que recordar que en la primera semana de marzo todos los indicadores bursátiles se acercaron peligrosamente al pánico, en una avalancha de sobreventa que descontaba el peor de los escenarios para la banca mundial. Desde entonces, ha recuperado más del 40% de su valor, cotizando ya la certeza de que la banca será sostenida en todo el mundo por los Gobiernos para evitar el colapso del sistema financiero. Ese era el autíéntico temor aflorado en marzo, y que costó miles de millones de dólares, euros y libras para apuntalar a las entidades sistíémicas con grandes cantidades de activos averiados, que podí­an poner en peligro su solvencia.

De hecho, desde entonces las revalorizaciones de las Bolsas han consistido en muy buena medida en los avances de los bancos y las aseguradoras, una vez despejado el fantasma del colapso. Pero ahora, una vez restablecido el equilibrio en los precios y los í­ndices, la valoración de los mercados comienza a depender de nuevo de los fundamentales de cada mercado, que lo conforman los de cada compañí­a cotizada, en un contexto macroeconómico no del todo esclarecido. Las polí­ticas keynesianas de los Gobiernos de todo el mundo, las apuestas monetarias expansivas de todos los bancos centrales han recompuesto ligeramente el pesimismo y han evitado que la recesión se convirtiera en depresión. Pero las primeras luces que anunciaban el final del túnel de la crisis no alumbran tanto como parecí­a y la simple constatación de la píérdida masiva de empleo en EE UU ha vuelto a poner las cosas en su sitio, y ha devuelto a las Bolsas a la realidad.

Cierto es que en las economí­as emergentes asiáticas comienzan a moverse los indicadores de actividad industrial y exportadora. Pero no hay aún ríéplica en el resto del mundo, y parece que los tempos de la recuperación respetarán el orden tradicional, según el cual EE UU arrancará antes de que lo hagan las economí­as europeas y, por tanto, la española. Y de tal circunstancia depende el comportamiento de las cotizaciones, porque no son ni más ni menos que el reflejo de unos beneficios empresariales esperados, que dependen de la demanda y del crecimiento de la economí­a.

En las próximas semanas serán claves los comportamientos de las cuentas empresariales del segundo trimestre del año, cuando la demanda interna en España, al igual que en los tres primeros meses, ha registrado descensos desconocidos. Las cuentas conocidas hasta ahora no han aflorado aún tal ajuste, e incluso las grandes compañí­as apenas han recortado el reparto del beneficio entre sus socios. Pero todas cuentan con estimaciones contractivas de sus resultados, hechas por los analistas en función del comportamiento de la economí­a.


Las valoraciones fundadas en el PER, que mide el número de veces que el beneficio por acción está incluido en el precio, o, como dicen los clásicos, el número de años que hay que mantener la inversión para recuperar el desembolso a beneficios estables, revelan que hoy el mercado español está relativamente barato. Si históricamente tiene un PER de 14, ahora cotiza con esta variable en 10, aunque seguramente lo más errático de las compañí­as ahora sea determinar el nivel de los beneficios, sobre todo en un í­ndice con alta concentración bancaria y un escenario complicado por las alzas de la morosidad y la intensidad de la crisis económica.

En todo caso, aparte de las valoraciones tíécnicas, los expertos aconsejan esperar aún a que se despejen las dudas sobre la recuperación de la economí­a. Mientras no estíé despejado el horizonte, y tras la súbita revalorización de los últimos meses, puede no ser una buena idea entrar en el mercado, salvo que se haga con criterios muy selectivos, que se concentren en empresas muy solventes, sin deuda, generadoras de caja y con acreditado pago de dividendos. Una vez despejadas las dudas, las valoraciones actuales pueden considerarse baratas y propicias para hacer apuestas por valores de crecimiento sin temor a equivocarse.



Voy del oro a Squirrel Media y tiro porque me toca.