El caso del defraudador confeso Bernard Madoff, quien perpetró el fraude más cuantioso de Estados Unidos, puso al descubierto a otros estafadores que por su osadía quedarán tambiíén registrados en la historia.
Madoff, sentenciado el lunes pasado a 150 años de prisión por haber defraudado 65,000 millones de dólares, no es el único que en Wall Street lucró indebidamente con el exacerbado entusiasmo que despertaron las inversiones financieras.
Destacan los casos de Angelo Mozilo y de Marc Dreier, hijo de un carnicero emigrado de Italia que buscaba que su hijo siguiera su oficio.
Mozilo logró crear un emporio basado en los príéstamos hipotecarios que llegó a valuarse en 200 mil millones de dólares. En 2007, su empresa, Countrywide, ostentaba 13.1% del mercado hipotecario de Estados Unidos y era la más poderosa de su ramo, aunque buena parte de su crecimiento lo logró a partir de príéstamos de difícil recuperación, llamados “subprimeâ€. En 2009, un año despuíés de que explotó el mercado del críédito, Mozilo fue acusado de fraude por la Comisión de Valores de Estados Unidos, que empleó como principal argumento una serie de correos electrónicos enviados por el empresario. Pese a que Mozilo alababa en público la salud financiera de su negocio, en sus correos describía los príéstamos que hacía como “tóxicos†o “venenososâ€. Además, fue acusado de vender acciones por un valor de 140 millones de dólares cuando sabía que su negocio estaba al borde de la quiebra. Mozilo sigue su juicio fuera de prisión aunque su llamativo estilo de vida, caracterizado por lujosos autos, como Rolls Royce bañados con una capa de oro, ya no volverán a ser los mismos. Countrywide Financial Corporation fue absorbida en julio de 2008 por Bank of America. Marc Drier fue llamado por la fiscalía acusado de embolsarse más de 400 millones de dólares como “el Houdini†—en referencia al famoso escapista— de la impostura y los documentos falsificados". Hijo de emigrantes polacos, es un graduado de Harvard y de Yale, que en total logró vender valores falsos por 700 millones de dólares a inversionistas institucionales e individuales. Las ganancias las usaba para mantener un ostentoso estilo de vida, que incluía un departamento en Manhattan de 10 millones de dólares, una colección de arte, varios autos de lujo y un yate de 18 millones de dólares con una tripulación de diez personas. Su empresa, Dreir LLP, de la que sólo íél sabía todos los secretos, cerró sus puertas cuando íél fue llevado a prisión y ninguno de sus empleados, otros más de las víctimas de sus engaños, fue encontrado culpable.Notimex.