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Autor Tema: Banca año 2015: Menos entidades, menos beneficos y vuelta al negocio clásico  (Leído 255 veces)

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 Banca año 2015: Menos entidades, menos beneficos y vuelta al negocio clásico

 
por Alberto Cañabate
Invertia.com

 Aún sin salir de la crisis, aquellos que mejor conocen la sala de máquinas del sector financiero ya han dibujado algunas pinceladas del futuro de la banca comercial española. Menos oficinas, menos empleados, menos entidades, menos volumen de negocio, menos ladrillo, menos deuda y, por el contrario, más depósitos, más Internet, más regulación y más requisitos de capital. En definitiva, se persigue una banca más simple y transparente… hasta que se hinche la siguiente burbuja. 


El modelo bancario actual ha claudicado ante la virulencia de la crisis. Los bajos tipos de interíés derivaron en un sobreapalancamiento de las entidades que, para obtener el mismo beneficio que en el pasado, necesitaban mayor volumen de negocio financiado con deuda. La burbuja de críédito explotó con la crisis de los productos estructurados respaldados por hipotecas subprime. Desde ahí­, el sector ha caminado con paso firme hacia el abismo. Hasta que las instituciones públicas salieron al rescate.

La crisis financiera se transformó en una crisis económica en toda regla,la mayor desde la Gran Depresión de los años 30, según muchos expertos. Y aunque en un principio la banca española parecí­a a salvo de la quema (no tení­a en su balance titulizaciones tóxicas), el aumento del desempleo y la caí­da de la actividad económica pusieron en evidencia las barbaridades cometidas en el boom inmobiliario: críéditos al 120% del precio de tasación, financiaciones masivas a colectivos de riesgo,…

Con una tasa de morosidad que apunta hacia el 7 u 8% para finales de año y un 2010 que se presenta terrorí­fico para muchas de las entidades españolas,el Gobierno tuvo que tomar cartas en el asunto. Primero, con auxilios más tibios destinados a mejorar la liquidez de bancos y cajas, para que pudieran seguir financiándose a tipos bajos por el cierre de los mercados mayoristas. De no hacerlo, la caí­da en los márgenes hubiera sido fatal para soportar el posterior incremento de los impagos.

Pero esas ayudas no se quedan ahí­, sino que el Estado ha preparado un fondo de rescate con capacidad para inyectar capital por 90.000 millones en bancos y cajas. El fondo ayudará a reducir la sobrecapacidad del sistema, ya que los volúmenes de negocio no son los mismos y sobran oficinas y personal. La gravedad de la situación queda patente tambiíén en el último remiendo del Banco de España, que flexibiliza las provisiones para aquellos críéditos hipotecarios que entran en mora y que son de alto riesgo.

El futuro del sistema bancario, su configuración, estructura y funcionamiento, va a depender de “cómo evolucione y se resuelva la crisis actual y de las nuevas reglas del juego que finalmente se adopten”, explicó Miguel Martí­n, presidente de la Asociación Española de Banca (AEB) en unas conferencias en Santander hace pocas semanas. En el caso español, de la libertad que disponga el Banco de España para tomar las decisiones que crea convenientes para crear un sistema más sólido al servicio de la economí­a.

El primer paso es aminorar gastos para aguantar la avalancha de impagos que se viene encima. Diferentes interlocutores expresan que es necesario cerrar entre un 20 y un 25% de las sucursales, lo que llevará aparejado una fuerte reducción de personal. CCM, intervenida por el Banco de España, ya anunció la clausura de 40 oficinas fuera de la comunidad manchega, aquellas menos eficientes. Otros bancos tambiíén están en proceso de adaptación de sufuerza comercial a los nuevos tiempos.

Una forma de recortar el número de sucursales pasa por las fusiones con la ayuda de dinero público. El baile entre las cajas de ahorros ya ha empezado con los noviazgos de Unicaja y Caja Jaíén (íéstas se bastan con sus propios recursos), Caja Duero y Caja España o las tres cajas pequeñas catalanas,mientras que otras como Bancaja, Caja Madrid, las extremeñas, Caja Sol o Caja Granada, por poner algunos ejemplos, han mostrado su disposición aparticipar en esta especie de juego de las sillas musicales.

MENOS SUCURSALES

Por lo tanto, una de las consecuencias más visibles de la crisis será el cambio en la fisonomí­a de algunas calles del paí­s donde se amontonan las sucursales bancarias, muchas de ellas usadas como pica allí­ donde se desarrollaba una promoción de viviendas. Según el Banco de España, a cierre del primer trimestre hay 45.800. Si se cumplen las previsiones de los expertos, dentro pocos años habrá unas 37.000 distribuidas en un número másreducido de marcas y con más personal.

Pero no sólo la caí­da de la actividad bancaria (es conveniente recordar que entre 2004, año del preboom inmobiliario, y 2008 se duplicó la inversión crediticia hasta 1,85 billones de euros, cerca de dos veces elPIB nacional) y el aumento de la mora están detrás del proceso. Tambiíén el cambio en el hábito de los clientes exige una menor presencia de los bancos en las calles.

El uso de Internet para realizar operaciones provoca una menor afluencia alas sucursales. Francisco González, presidente de BBVA, cree que los bancos caminan hacia un modelo de negocio que combina “el mundo fí­sico y la plataforma virtual y en el que el cliente podrá interactuar y cambiar de unos canales a otros para conseguir la solución adecuada”. Para FG, los“bancos deben transformarse en compañí­as de distribución de servicios basadas en el conocimiento y con fuertes compromisos íéticos”.

En todo caso, las entidades españolas intentarán conservar gran parte de esa capilaridad de red de oficinas que tantas alegrí­as le ha reportado durante la crisis. Gracias a la fuerte presencia comercial, las entidades han reforzado su solvencia con la venta de participaciones preferentes a la clientela, ya que el mayorista no las querí­a. Con una red menos densa de oficinas, no lo habrí­a conseguido. En España hay una oficina por cada mil habitantes (en Reino Unido, una por cada 5.000) con 4,5trabajadores por sucursal.

MENOS DEUDA Y MíS DEPí“SITOS = MíS MARGEN

Durante la crisis se ha demostrado que una excesiva dependencia del mercado mayorista para financiar la actividad es contraproducente, como ejemplifica la quiebra del británico Northern Rock. Durante el boom, los bancos y cajas españoles han pedido al mercado grandes cantidades de dinero en forma de bonos, cíédulas y titulizaciones hipotecarias para poder dar más críéditos, ya que la financiación minorista, los depósitos, eran insuficientes. De suponer casi el 100%, los ahorros de los particulares han pasado en pocos años a cubrir en torno al 50% de los críéditos.

Así­, el dinero del particular es cada vez más importante para las entidades financieras, pero no a cualquier precio. Las medidas para dar liquidez a precios de ganga a la banca por parte de Gobiernos y Banco Central Europeo(BCE), con una última inyección de 400.000 millones al 1%, no serán eternas, por lo que bancos y cajas necesitan una buena base de depósitos, siempre más barata que el dinero del mercado. Las nóminas, dinero casi regalado para la banca, son su mejor fuente de recursos.

MíS CAPITAL, PROVISIONES Y REGULACIí“N

Nadie, ni el mercado, ni los Gobiernos, ni los Bancos Centrales, ni los Supervisores, ni las propias entidades, se apercibieron de la catastrófica acumulación de riesgo sistíémico, recuerda la AEB. Polí­ticas macroeconómicas acomodaticias, supervisión financiera atomizada e insuficiente, regulación financiera permisiva y vulnerable e incapacidad para gestionar una crisis internacional o la de una entidad sistíémica.

A ese cúmulo de despropósitos que describe la patronal bancaria hay quesumar la avaricia de los bancos para obtener el mayor beneficio posible en el menor tiempo, por lo que se concedieron una ingente cantidad de críéditos sin una valoración verdaderamente exhaustiva del riesgo. Ahora, los bancos funcionan al contrario: no dan críéditos porque se es mucho más sensible eneste sentido.

Así­, por un lado los organismos reguladores exigirán en un futuro un colchón de capital mayor al actual. En España, ahora está situado en el 8% de los activos de riesgo computables. Cuanto mayor sea el dinero que se guarda para afrontar momentos de crisis, menor es la rentabilidad que obtiene el banco, ya que ese capital no se puede rentabilizar al estar paralizado para las hipotíéticas contingencias.

Además, como recuerda Juan Marí­a Nin, director general de La Caixa, lasexigencias de provisiones anticí­cilicas (conocidas como geníéricas) serán mayores que las actuales si se demuestran insuficientes en la crisis. Además, la caja catalana cree que se conjugarán “nuevas exigencias de calidad de servicio, regulación más exigente y factor diferencial” junto a “nuevas exigencias de cumplimiento normativo, regulación más exigente y en más ámbitos”.
 
 
 
 
 


Voy del oro a Squirrel Media y tiro porque me toca.