PABLO PARDO23 de julio de 2009.- La crisis está siendo injustamente blanda con sus creadores. Los gigantescos 'bonus' de los empleados del sector financiero han vuelto. La mayor parte de los directivos que hundieron la economía mundial siguen en sus puestos. Acaso porque, como explica el ex economista jefe del FMI Simon Johnson en este artículo, el sector financiero de Estados Unidos se ha convertido en una oligarquía que domina a la clase política del país.
Y, quienes acertaron al adivinar que venía una crisis encima, lo hicieron un poco de chiripa. í‰se es el caso de Nouriel Rubini, que llevaba una díécada prediciendo una catástrofe tras otra, siempre desencadenada por los motivos más diversos (incluyendo a veces razones hoy tan exóticas como el 'efecto 2000' en los ordenadores). Hoy todo el mundo alaba a Roubini. Pero hay que recordar que íél predijo no esta crisis, sino otra, desencadenada por el díéficit por cuenta corriente de EEUU. Como me dijo una vez la ex 'número dos' del FMI, y actual profesora en la Universidad Johns Hopkins, Anne Krueger, "Rubini ha predicho diez de las últimas cinco crisis".
Pero hay alguien cuyo prestigio ha salido reforzado: Paul Krugman. El profesor de Princeton y columnista de 'The New York Times' se ha convertido en el santo patrón de todos los que creen que esta crisis debería generar una mayor supervisión por el Estado del sector financiero en particular y de la economía en general.
A Krugman, sus seguidores le perdonan muchas cosas. Su ego, por ejemplo. O el hecho de que íél trabajó para Ronald Reagan (junto con el actual responsable de la política económica de Barack Obama y probable futuro presidente de la Reserva Federal, Larry Summers). Pero hay un caso de amnesia colectiva curiosísimo con Krugman. Es el referente a un artículo publicado hace justo 7 años, el 2 de agosto de 2002. Puede leerlo aquí. No tiene desperdicio.
En íél, Krugman se apoya en el gestor de bonos Paul McCulley, de Pimco (la mayor gestora de renta fija del mundo) para reclamar directamente a Alan Greenspan la creación de "una burbuja inmobiliaria que reemplace a la del NASDAQ".
Curiosas ideas. Hoy, a Krugman sólo le queda pedir el empalamiento público de Alan Greenspan (y su mano derecha durante gran parte de los noventa, Ben Bernanke), por su gestión de la política monetaria durante la burbuja, primero, y durante la crisis, despuíés. Krugman describió al ex presidente de la 'Fed' como "alguien que deja abierta la puerta de la cuadra y luego —despuíés de que el caballo se ha escapado— da una conferencia sobre la importancia de tener a los animales debidamente encerrados".
Se le olvidó decir que íél pidió a Greenspan que abriera la puerta y ahora está dando conferencias sobre el error de dejar que los animales se escapasen.