elmundo.es | Efe
Fráncfort.- El Banco Central Europeo (BCE) observa que cada vez "hay más indicaciones de que la recesión mundial está tocando fondo" y que en la eurozona "el ritmo de contracción se ralentiza claramente", aunque todavía habrá que esperar al próximo año para observar un crecimiento estable de la economía.
Jean-Claude Trichet ya dijo en la última reunión del Consejo de Gobierno que preside que la recesión europea se ha ralentizado "claramente". Sin embargo, en su boletín mensual de agosto, el organismo advierte de que la economía aún es "volátil" y que la actividad "seguirá díébil lo que queda de año".
En cualquier caso, los indicios de recuperación han aumentado el optimismo. "La confianza puede mejorar más rápido de lo esperado", afirma el consejo de Gobierno del organismo monetario.
"La significativa política de estímulo en las principales áreas económicas debe apoyar el crecimiento global, incluida la zona del euro" dice el BCE. Aunque "la incertidumbre sigue siendo alta", en general se han logrado equilibrar los riesgos de la crisis gracias a los estímulos macroeconómicos aplicados por los Gobiernos hasta ahora.
Por ello, el Consejo de Gobierno "acoge con satisfacción la opinión manifestada por el Eurogrupo de que no están justificadas nuevas medidas de estímulo fiscal". Así, el objetivo para el próximo año y 2011 es "elaborar estrategias de salida y de saneamiento presupuestario ambiciosas y realistas conforme al Pacto de Estabilidad y Crecimiento". Es decir, situar de nuevo el díéficit público por debajo del 3% del PIB nacional.
"De cara al próximo año, tras una fase de estabilización, es esperada la recuperación gradual con tasas de crecimiento trimestrales positivas", añade.
"Los datos recientes todavía sugieren que la actividad económica seguirá díébil lo que queda de este año, aunque el ritmo de contracción está ralentizándose claramente", recoge el boletín que, sin embargo, advierte de algunos "efectos retardados" como el que sufrirá el mercado laboral "en los próximos meses".
Respecto al riesgo de una posible deflación, el BCE mantiene el objetivo de inflación en una tasa cercana al 2% a medio plazo. A pesar del episodio de "inflación extremadamente baja o negativa" a corto plazo, la estabilidad de los precios se mantendrá a medio plazo, "apoyando así el poder adquisitivo de los hogares de la zona euro".
"Los resultados del análisis monetario confirman la existencia de presiones inflacionistas reducidas, dado que los agregados monetarios y crediticios siguen desacelerándose", explica.
Según las últimas estimaciones de Eurostat, la agencia de estadística europea, la inflación europea ha caído un 0,6% anual en junio, recorte que fue "anticipado" por el BCE al observar el desplome de los precios de las materias primas, en especial el del petróleo, respecto al verano de 2008.
"En síntesis, la información y los análisis disponibles desde la reunión del Consejo de Gobierno de julio confirman la valoración de que el nivel actual de los tipos de interíés sigue siendo apropiado", añade.
Dificultades en el mercado crediticio
Según la última encuesta del BCE sobre el sector financiero, "el endurecimiento por parte de los prestamistas de las condiciones para la concesión de príéstamos se ha reducido significativamente", aunque "el actual clima de incertidumbre parece haber hecho descender la demanda de financiación por parte de los prestatarios".
Por otra parte, el BCE reclama a los bancos comerciales que tambiíén adopten las medidas necesarias para fortalecer más sus bases de capital y que se aprovechen de las medidas gubernamentales de apoyo al sector financiero, en especial las relacionadas con la recapitalización.
Prudencia, la crisis continúa
El BCE destaca en sus valoraciones negativas de la economía que persiste la preocupación "de que la espiral de reacciones adversas entre la economía real y las turbulencias de los mercados financieros pudiera tener mayor intensidad de lo esperado".
A las turbulencias financieras podría sumarse además "un nuevo incremento de los precios del petróleo y de otras materias primas", tal y como ocurriera el pasado año al juntarse la crisis de las hipotecas basura 'subprime' con el precio del barril de crudo por las nubes.