Leí en el libro “El Inversor Inteligente†de Benjamin Graham (libro que recomiendo, si todavía no lo ha leído) una cita de Blaise Pascal que me parece extraordinaria: “Toda la infelicidad humana tiene un mismo origen: no saber estar tranquilamente sin hacer nada en una habitaciónâ€. Esto no deberíamos interpretarlo como tener que estar inactivos e indolentes, todo lo contrario. Hay que hacer, hay que moverse, hay que formarse, que invertir…, pero siempre con cabeza, con conocimiento. Y si no…, mejor estar tranquilos.
Y yo, cuando estoy tranquilo, releo párrafos marcados de ese libro para que no se me olviden; cosas como íésta: “¿Por quíé cree que los corredores del parquet de la Bolsa de Nueva York siempre prorrumpen en vítores cuando suena la campana al cierre de la jornada, con independencia del comportamiento que haya tenido ese día el mercado?. Porque siempre que usted hace operaciones, ellos ganan dinero, lo gane usted o noâ€.
El psiquiatra canadiense Eric Berne, describió la existencia de lo que llamó juegos psicológicos; a travíés de estos “juegosâ€, hay quienes esperan obtener beneficios por medios insanos, torticeros, porque de lo contrario, esos beneficios no se obtendrían. Entre esos juegos, hay uno cuyo título lo dice todo “Peleemos tú y íélâ€. En íéste, alguien nos enfrenta con un tercero para ganar, solamente ese alguien…, o en el mejor de los casos, en primer lugar íél. Si ese alguien lo sustituimos por un analista “independienteâ€, una agencia x de valores, un banco, y ese tercero es el propio mercado, ahí tenemos entonces todos los datos de la diabólica fórmula. Podemos encontrarnos corriendo detrás del mercado, de un título, de un precio para, al final, quedar casi siempre, irremediablemente pillado, convirtiíéndonos, de forma automática, de†avispado trader que iba a especular a corto plazo en una oportunidad†en “inversor a largo plazoâ€. ¿Y quiíén ha ganado en esta pelea?, fácil: el intermediario.
La bolsa empieza, otra vez, a “estar de modaâ€, a escucharse en los corrillos de “entendidosâ€, de pequeños inversores. Y no es que crea que está mal, simplemente que hay que extremar las precauciones, que tenemos que intentar ser más inteligentes y saber discernir quíé es una buena inversión, una inversión inteligente, de lo que no lo es. O por lo menos, intentarlo.
Aquí os paso, de forma resumida, algunas “normas†de inversión. Con seguridad las habríéis leído o escuchado ya, pero no está de más, creo, refrescarlas. Y Digo algunas porque haber, hay muchas. Unas son de gente a los que considero verdaderos maestros, otras son fruto de mis propios errores. Todas, al fin y a la postre, a mí me ayudan. Espero, humildemente, que tambiíén os puedan servir:
1ª.- Primer objetivo: preservar nuestro patrimonio. Nuestro verdadero enemigo somos nosotros mismos, no el intermediario. Por lo tanto, que no nos influyan ni estos, ni los tiburones, ni las casas de valores, ni la multitud. Empezaremos a ganar si no perdemos o perdemos lo menos posible.
2ª.- Para mí lo importante es el valor, no el precio. El interíés en un valor me la da su análisis fundamental, entro en empresas con valor, líderes en su sector. La señal de cuándo debemos entrar en ese valor, lo da su análisis tíécnico.
3ª.- Aquí no se “juega†a la bolsa. Aquí se trabaja el mercado. ¿Juegos?, hay muchos: bingo, lotería, quinielas…; aquí me acuerdo de la primera norma.
4ª.- Hay que saber ser paciente y disciplinado. Trenes pasan todos los días y seguirán pasando. Debemos saber cuándo entrar por nosotros mismos y siempre con una estrategia previa. Y tan importante como saber entrar es saber salir. Si un valor rompe a la baja y no se comporta como esperábamos, es necesario que previamente hayamos establecido y conocido nuestro umbral de tolerancia máxima de perdida. Y salir perdiendo. No pasa nada. Disciplina.
5ª.- Jamás invierto en nada que no entienda o que requiera de un complicado análisis.
6ª.- Jamás utilices dinero que te vaya a hacer falta ni uses dinero prestado para invertir en bolsa. Si sale bien la inversión con este dinero, estupendo, pero piensa que las cosas pueden torcerse y entonces las píérdidas se multiplicarán.
7ª.- Esto es un negocio, como cualquier otro. Nadie abre una tienda de ropa, por ejemplo, sin informarse previamente del gíénero, un mínimo estudio de mercado, proveedores, etc. Aquí es lo mismo. La formación y la información son algo fundamentales. Leed, formaros, informaros. Esto os ayudará a formar vuestro propio criterio.
Y no se te olvide. El dinero es tuyo y sólo tuyo. Esto es un negocio y no un juego. Recuerda la primera norma. Y si dudas…, mejor estar tranquilo en una habitación, ¿no crees?.
Que se peleen otros, pues.
Vale.
Oberon.