Cuando en el chamanismo no se trabaja con estas pautas, entonces el chamán sólo podrá ver serpientes, sólo podrá ver jaguares, sólo podrá ver musas, pero no podrá ver la Esencia del Espíritu, no podrá realizar un excelente trabajo de autodescubrimiento.
Nuestro interíés debe ser directamente el Espíritu, porque el Espíritu es la llave, es la clave, es como un ubicarse en un lugar estratíégico y desde allí observar y desde esa observación, desde esa contemplación resolver, desde el Espíritu mismo, desde el corazón. Ese es nuestro ideal como seres humanos y a eso llegaremos tarde o temprano y si no es en esta existencia, no importa, llegaremos en otra, pero llegaremos. Esta noticia es una noticia que les servirá para todas sus existencias, es una noticia que ha sido dicha antiguamente y va a ser pronunciada continuamente. Seguro que lo han escuchado más de una vez, pero más de una vez no hemos escuchado realmente..
Un Trabajo Místico podríamos decir que es como aquella capacidad que nos califica para poder conocer otros ámbitos del Espíritu. Un ejemplo de ello son las experiencias con enteógenos. De pronto yo medito, comulgo con la abuelita (ayahuasca) o con el venadito (peyote) y empiezo a sentir unas sensaciones raras y extrañas. Como son sensaciones raras y extrañas mi mente no las tiene registradas y lo que hace la mente inmediatamente es producir miedo. Miedo ante esa sensación rara y extraña. Lo primero que nos preguntamos es '¿Será malo entrar en contacto con plantas sicointegradoras o enteógenos, tendrá contraindicaciones?' Y curiosamente jamás nos hemos preguntado si el ego tiene contraindicaciones. Y el ego es el causante de un gran porcentaje de todas las enfermedades humanas... Entonces cuando empezamos a sentir ese tipo de experiencias viene nuestro temor, pero cuando uno ya ha recorrido ese camino muchas veces, entiende que ese color, que esa emoción o que esa atención obedece al pensamiento del miedo o a un pensamiento negativo, que está en esos momentos invadiendo nuestra mente y nuestra alma y que está impidiendo que nosotros aflojemos los músculos, la mente, la emoción y podamos fluir con tranquilidad hacia el mundo espiritual. Es como cruzar un puente de una orilla a otra. Sabremos que hay una serie de elementos amenazantes, pero sin embargo esos elementos, esas serpientes o dragones, son aspectos ilusorios, son espejismos que están allí precisamente, para apartarnos del camino, para seleccionar a los caminantes...
Entonces cuando uno entra en contacto con una experiencia transpersonal y observa en primer lugar una serpiente, por ejemplo, que uno no comprende, que no entiende, que está amenazando, entonces uno puede tener miedo y el cobarde se retira y el cobarde acaba. Pero sin embargo cuando uno reconoce que es un espejismo o tambiíén cuando uno puede decodificar esa información, decir esta serpiente me está engendrando miedo y yo me relajo, entonces el Espíritu entra a travíés de la intuición y nos dice: "¡Ah, esta serpiente, esta relacionada con un miedo a enfermar", por ejemplo. Pero como estamos desde el corazón, haciendo el viaje desde el corazón, sabremos que no es necesario ese miedo a enfermar, es simplemente un temor irracional que se ha incorporado en nuestra mente, en nuestra sicología, de alguna manera porque quizás nuestra abuela se acaba de morir de cáncer y nosotros tambiíén pensamos que nos va a dar cáncer y que nos vamos a morir de la misma manera y que vamos a morir jóvenes. Entonces lo primero que aparece es el temor más fresco, más reciente: una serpiente, un dolor, un duelo. Son cosas que no existen, no son reales, son una locura. Pero otro hombre inteligente diría: "A ver ¿quíé es esta serpiente?", y descubre que es un temor al miedo, es un ejemplo simplemente, de acuerdo. Pero tambiíén tiene en ese momento la oportunidad de desbaratar ese miedo hacia la enfermedad y entonces continúa caminando y llega a la otra orilla y tiene una experiencia con el Espíritu.
Luego si otra vez aparece la misma serpiente se dirá, "Bueno ya conozco a esta serpiente, ya tengo un recuerdo de lo que es el miedo a enfermar pero continuo adelante", y ese continuar y esa comprensión hace que esa serpiente en la próxima experiencia ya no aparezca. Entonces son como guardianes de nuestros propios egos y curiosamente se constituyen en guardianes de nuestro camino espiritual pero tambiíén como señales de que estamos en ese camino... Es interesante su estudio, el ego es un amo, es un jefecillo que está ordenándonos constantemente hacia aquello que nosotros no deseamos, pero tambiíén está poniendo a prueba nuestra inteligencia. Si nosotros nos achicamos ante el ego, si nos achicamos ante la vida, le damos poder al ego, y la mejor forma de enfrentarse al ego es observarle, porque curiosamente en la investigación que se hace del análisis del ego lo que no le gusta precisamente al ego es que le vean.
Con la abuelita se llega precisamente al centro del Espíritu... Pero ese regalo se nos da simplemente para que nosotros despuíés vayamos haciendo conscientemente ese camino y vayamos construyendo el Camino del Espíritu de una manera consciente, con nuestra experiencia, con la energía de nuestras manos, con nuestro propósito, con nuestra voluntad para que podamos llegar a tener un acceso fácil a nuestro Espíritu interior. (Ir a la trascripción completa de la charla)