El estadounidense Joseph Stiglitz, premio Nobel de Economía en 2001, teme una evolución de la crisis económica en forma de “Wâ€, en la que la mejora actual posterior a la crisis de finales de 2008 podría verse seguida de una recaída, comentó a la AFP en Reikiavik.
“Es difícil saber si habrá o cuándo habrá una ‘W’â€, declaró el economista, que apuntó a los numerosos riesgos que siguen amenazando la economía mundial, empezando por el agotamiento de los cuantiosos planes de reactivación aplicados en todo el mundo.
“Hay una serie de riesgos económicos sustanciales ante nosotros. Un riesgo para el sector financiero, por ejemplo, procedente del sector inmobiliario comercialâ€, afirmó Stiglitz, añadiendo que tambiíén “hay riesgos para la economía real por la falta de ingresos de los Estados†y que “la retirada de los paquetes de estímulo en 2011 supondrá un golpe negativo para la economíaâ€.
El antiguo consejero económico del ex presidente estadounidense Bill Clinton destaca que los hogares están rehaciendo sus ahorros, que en algunos casos pasaron de cero a entre 7 y 9%, y que se está produciendo “un ajuste de inventarios†a medida que las empresas rehacen sus stocks.
Sin embargo advirtió que “el desempleo sigue siendo muy alto†y que las ejecuciones hipotecarias podrían seguir siendo numerosas.
“Si los efectos negativos que he descrito se cumplen, lo que es muy probable cuando termine el reajuste de inventarios, la economía entrará en una segunda caídaâ€, explicó el ex economista jefe del Banco Mundial.
Joseph Stiglitz es conocido por sus críticas a las medidas administradas por el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial a las economías en crisis. Según íél no sirven más que para agravar la situación, y hacen que sea la población quien lleve la carga. Actualmente está invitado en Islandia, país duramente afectado por la crisis.
El sector financiero islandíés, hipertrofiado, se hundió brutalmente el pasado octubre, provocando en el país una crisis económica sin precedentes para la que el gobierno recurrió a un príéstamo de 2.100 millones de dólares del FMI