Sesion de Espiritismo
Hay que tener en cuenta, antes de comenzar nuestra andadura por esta desconocida forma de vida, que los espíritus son seres sensibles y en función del trato que tengamos con ellos lograremos uno u otro resultado. La burla, el desánimo, la incredulidad y no saber cómo realizar las sesiones, nos conducirá no solamente al fracaso sino a consecuencias graves la mayoría de las veces.
Un espíritu burlado puede convertirse en un enemigo terrible aunque no lo manifieste de una manera directa. Tampoco debemos olvidar que la misma dificultad que tenemos nosotros para comunicarnos con ellos la tienen tambiíén los espíritus, pero una vez que logramos el contacto los resultados siempre son interesantes, salvo que nuestra actitud haya sido negligente o burlona. Las voces, los ruidos, las apariciones y hasta la mala suerte continuada, sería la explicación racional de que un espíritu indignado se manifiesta entre nosotros. Para que todo esto cese o nunca llegue a ocurrir, se impone por tanto realizar una nueva sesión seria y con expertos, con el fin de comunicarnos con la entidad causante de los problemas y pedirle las disculpas que sean preceptivas.
Otra aplicación, quizás la más entrañable de todas, sería la de poder comunicar con nuestros seres queridos ya fallecidos. En estas circunstancias hay que diferenciar el hecho de que las sesiones se celebren en la casa del fallecido o en otro lugar, ya que los resultados serán distintos. En el supuesto de que la llamada a algún difunto podamos hacerla en la misma habitación donde dormía o cerca del sofá donde solía descansar, el contacto podrá lograrse incluso en la primera sesión ya que la entidad seguramente no habrá abandonado el lugar que le era familiar.
Lo importante es que el fallecimiento haya ocurrido hace poco tiempo, ya que posteriormente los espíritus se integran en otro orden de vida y se despegan bastante de sus anteriores compañeros. Incluso pretender establecer contacto con algún familiar con el cual nuestra vida no haya sido muy armónica puede provocar su rechazo, ya que le estamos obligando a volver a vivir aquello que le hizo sufrir y esto es algo que a nadie, espíritu o ser vivo, le agrada. Si a pesar de esto insistimos en ello, hay que dejarle notar desde los primeros intentos que no pretendemos molestarle, sino todo lo contrario, pedirle perdón por nuestros errores anteriores. Si no lo hacemos así, un espíritu perjudicado de nuevo puede convertirse en alguien peligroso.
Otra aplicación más factible para una sesión de espiritismo sería poder curar enfermedades, y en esto nos podemos basar en las experiencias de otras entidades que estíén a su alrededor. Lo que ocurre es que en función de la fuente de procedencia -nos referimos al espíritu consultado- así serán las terapias a aplicar y puede ocurrir que para un dolor de muelas nos recomiende masticar esencia de clavo, tomar un antibiótico o coger una pelota con los dedos de los pies. Cualquiera de estos remedios podrá ser efectivo y nunca hay que tomárselos a broma, salvo en caso de autíénticas barbaridades y que pueden ser indicativas de que nos encontramos ante un espíritu burlón o despistado.
No olvidemos tampoco que el espíritu necesita educarse y culturizarse, y si a nosotros nos hace falta experiencia para realizar buenas sesiones a íél tambiíén; por eso, cuando la ayuda que le solicitamos sea importante, debemos utilizar a una entidad adulta, nunca a un novato.
Una aplicación más razonable de estas sesiones es pedir al espíritu la solución de algún problema matemático y sobre todo físico, ya que en estos casos solamente deberán utilizar la lógica, algo de lo que están sobrados. Preguntándoles adecuadamente, y durante varias sesiones, podremos encontrar el fallo que perjudica el buen funcionamiento de nuestra lavadora o automóvil, por poner un ejemplo.
Tambiíén podremos pedirle ayuda para perfeccionar un invento, lo mismo que nos ayudará a encontrar algún objeto perdido, siempre y cuando estíé bajo su zona de influencia. Si no es así, le pediremos que nos ponga en contacto con otra entidad que conozca el lugar.
Lo que ninguna entidad hará es provocar daño a alguna persona que odiemos, puesto que su sentido del honor es muy grande y hasta es posible que se vuelva contra nosotros de manera airada si insistimos. Lo que sí puede indicarnos es la actitud que debemos adoptar con esa persona odiada y quizá tambiíén nos pueda descubrir sus puntos díébiles.