Los Fondos de Ayuda al Desarrollo (FAD) se han convertido en un cajón de sastre en los que, por igual, entra la condonación de la deuda a Bolivia, las ayudas a sistemas de vigilancia de autopistas en un país tan poderoso como China, la reconstrucción de pequeños puentes en Filipinas o las medicinas para atender pandemias en ífrica.
El Gobierno tiene un mandato expreso del Congreso (que expira en dos semanas) para renovar su funcionamiento. Hasta ahora, mantiene el proyecto durmiendo en un cajón.
Este periodo de latencia no ha sido óbice para que en lo que va de año se hayan aprobado programas FAD por un valor de 1.560 millones de euros, según las referencias del Consejo de Ministros. Además, en lo que queda de año, y a pesar de los rigores de la crisis, se podrá llegar hasta los 2.140 millones que están consignados en Presupuestos.
En estos meses, por La Moncloa han pasado un sinfín de proyectos. Hay ayudas a sistemas antipateras en Cabo Verde, promoción de exportaciones españolas a ífrica, subestaciones elíéctricas en China y fuertes desembolsos para organismos internacionales. En estos programas FAD se incluyen condonaciones de deuda, pagos a organismos supranacionales y críéditos en unas condiciones muy favorables. Por ejemplo, los apoyos a China o Marruecos tienen ocho años de gracia y un interíés anual del 0,15%. Se considera, en cualquier caso, deuda de difícil cobro.
Según destacaron fuentes oficiales del Ministerio de Exteriores, en los dos últimos años se ha condonado deuda (tanto parcial como total) a muchos países. Al margen de los 60 millones perdonados al presidente boliviano, Evo Morales, entre los afortunados están: Guinea Ecuatorial, Marruecos, Perú, Ecuador, Honduras, Nicaragua, Jordania, El Salvador, Paraguay y Uruguay, con cantidades que desde Exteriores no supieron concretar. Además, según el Consejo de Ministros, tambiíén se ha condonado a Tanzania y Angola.
La tendencia, además, es creciente. Mientras en el resto de la OCDE se reducen las ayudas al desarrollo, en 2008 el Gobierno español formalizó 198 operaciones FAD por un importe de 2.351,6 millones, un 114,6% más con respecto al año anterior, según se desprende de la Memoria Anual del ICO. Al final del ejercicio 2008, el saldo vivo de los FAD administrado por el ICO se elevaba a 4.834 millones, con un 6,9% más con respecto a lo registrado en el año anterior. China es el país que tiene una cuenta más abultada con España, mientras que si se unen los críéditos FAD y los CESCE, los países que lideran la deuda con España son Cuba y Argentina.
Detrás de la renovación de los FAD y su retraso de un año se vislumbra toda una pelea política con tres ministros implicados. La intención del Ejecutivo era la de separar las ayudas al comercio para las empresas españolas y lo que son apoyos al desarrollo de los países pobres. En una comparecencia de Miguel Sebastián de mediados de junio, el ministro de Industria reconoció que por su parte la renovación de los fondos FAD sería ya un hecho, pero que había unos «ajustes presupuestarios» que retrasaban el acuerdo.
Las fuentes consultadas señalaron que esos ajustes podrían estar relacionados con los cálculos del díéficit. La estructura de críéditos que tienen los FAD hacen que, aunque sea deuda de muy difícil cobro, no compute como díéficit del Estado. Los cambios en este sentido reducirían el margen de maniobra del Gobierno a la hora de abordar decisiones como la de condonar la deuda de Bolivia, un acuerdo que se ha fraguado a lo largo de los 3 últimos años.
Tres ministerios en la misma encrucijada
En los 30 años de historia de los FAD, su definición ambigua ha permitido que se hayan financiado hasta gastos militares, tal como destaca el Observatorio de la Deuda. Hay tres ministerios implicados en su renovación: Economía, Industria y Exteriores. Los fondos destinados el año pasado a la Secretaría de Estado de Economía ascendieron a 360 millones.
Los asignados al departamento de Moratinos alcanzaron los 1.377 millones. El resto, 470, fueron para promover el comercio. En la renovación, se prevíé que los FAD (que pasarán a llamarse Fonprode), tendrán una gestión exclusiva de Exteriores. Este nuevo fondo tendrá por finalidad responder a la política de cooperación al desarrollo siguiendo las directrices y principios consensuados en el seno de la OCDE. Al mismo tiempo se crearía un Fondo para la Internacionalización de Empresas (FIEM), que se dirigirá exclusivamente a la apertura al exterior de firmas locales.
"Algunas veces nos gustaría que las cosas fueran más rápidas", señalaba en junio el ministro Sebastián. En una reciente intervención del PNV se denunciaba que el FAD "es responsable hoy en día de la mitad de la deuda externa que los países del sur han contraído con España, y en muchas ocasiones ha ido dirigido a la compra de bienes y servicios españoles, lo cual agrava el problema del sobreendeudamiento" de los países pobres. Al final se aprobó exigir al Gobierno la modificación.