Elmundo.es/Francisco Núñez
Madrid.- En la versión fiscal de Josíé Blanco, ministro de Fomento y vicesecretario general del PSOE, la mayor parte de la clase política y de los altos cargos del Estado son ricos, porque ganan más de 53.000 euros netos anuales. Es decir, se encuentran en el tramo más alto de la tarifa del IRPF, y a partir de aquí todos sus ingresos deben tributar al tipo marginal máximo, que es del 43%.
í‰sa fue la forma que tuvo el Gobierno de preparar el debate político e ideológico para anunciar una subida de impuestos a las rentas altas declaradas que la vicepresidenta económica, Elena Salgado, echó atrás por el escaso interíés recaudatorio de subir los tipos marginales a este colectivo. La razón de esa marcha atrás es que sólo hay 747.295 contribuyentes (10.580 de ellos con ingresos superiores a 600.000 euros) que declaran rentas elevadas. Representan sólo el 4% de los 18,7 millones de declarantes.
Pero en realidad, ese tipo de rentas son rentas medio-altas y no de ricos, y no están todos los que deberían estar porque el 89,6%, es decir, nueve de cada 10 son rendimientos de trabajo. Aquí se encuentran las nóminas de los altos ejecutivos de las principales empresas y quienes despuíés de una larga carrera profesional consiguen unos ingresos estimables.
Pero se trata de rentas cautivas y pagan una barbaridad en comparación con los países del entorno. Por tanto, no hay más rentas altas declaradas porque el tipo marginal es muy elevado (la media del mundo está en el 29,2% y la de Europa en el 36% frente al 43% español). La razón de más peso es, sobre todo, que en España se produce con pocos ingresos el salto a este tipo máximo.
Renta per cápita
A principios de los años 80, el tipo marginal era del 56%, pero el salto se daba a partir de 22 millones de pesetas de ingresos anuales (más de 132.000 euros anuales). Ahora, el salto se da con 53.000 euros. Es el síéptimo país de Europa que castiga antes a las rentas con el tipo máximo. Sin embargo, entre esos países España es el que menos renta per cápita registra.
Esto quiere decir que, en su conjunto, la Hacienda española aplica uno de los gravámenes más elevados a las rentas altas declaradas. Quien puede se refugia en otro tipo de rentas (por ejemplo en sociedades, con un tipo más benigno, o en estimación objetiva, como hacen los profesionales) para evitar este exceso tributario.
En países con una renta per cápita similar a la española, las rentas elevadas pagan menos al fisco. Por ejemplo, en Italia (con un marginal tambiíén del 43%), el salto al tipo máximo se da con 75.000 euros de ingresos (23.000 más que en España). Mientras, en Francia este tipo (del 40%, tres puntos menos) se aplica a partir de 69.505 euros (casi 17.000 euros más), con la particularidad además de que esta Base Liquidable límite es por cada uno de los cónyuges.
Lo mismo sucede en Alemania, donde el paso al tipo marginal (del 45%) se da nada menos que con 250.000 euros por cada uno (en Estados Unidos es de 278.780 euros y al 35%).
En Luxemburgo, el país con mayor renta per cápita de Europa (y del mundo), el salto se da antes que en España, con 39.885 euros, pero su tipo es más bajo (38,95%).
Para ver la diferencia, puede utilizarse un ejemplo. Si un luxemburguíés ganara 100.000 euros por encima de los 53.407 euros a partir de los cuales un español paga un 43% de marginal, este contribuyente -con su actual límite para dar el salto (39.985 euros)- pagaría unos 51.800 euros (al tener un marginal más elevado) frente a los 43.000 del español. No hay que olvidar, sin embargo, que la renta es muy distinta ya que entre ambos países hay una diferencia de casi 143 puntos.
No obstante, si comparamos este pago neto a Hacienda de las rentas altas españolas con las italianas o francesas, resulta que las primeras pagarían al fisco 33.540 euros y las segundas 34.800, frente a los 43.000 euros de un contribuyente español. Y para tributar por el marginal, un contribuyente alemán todavía necesitaría obtener otros 100.000 euros adicionales de ingresos.
¿Cuánto pagan estas rentas? Salgado ha dicho que subir los tipos a los que más dicen ganar no supondría apenas ingresos para Hacienda. Según Funcas, una subida de siete puntos, hasta un marginal del 50%, aportaría unos 1.300 millones de recaudación, aunque sería menor porque algunos 'contribuyentes', los que no obtengan rendimientos de trabajo, se volatizarían.
Pero lo cierto es que actualmente pagan mucho entre muy pocos. Así, según los resultados de la campaña de la renta de 2007 (últimos datos disponibles), este 4% de contribuyentes, que declaran el 19% del total de las Bases Liquidables, aporta nada menos que el 38% del total de la recaudación por IRPF. Es decir, de cada 100 euros que ingresa el fisco por este impuesto, casi 40 proceden de la tributación de las rentas altas.
De esta forma, estos 747.295 declarantes abonan nada menos que 25.877 millones de euros. Los ricos no están aquí, no figuran en el IRPF, y menos entre los 640.238 contribuyentes (el 85% de esta clase selecta) que declararon ingresos entre 60.000 y 150.000 euros.