No llega la recuperación económica. Por mucho que los países vecinos sí la noten. Los datos de los tíécnicos de Economía echan por tierra toda la anunciada teoría de los brotes verdes del Gobierno.
La teoría de los brotes verdes del Gobierno se cae como un castillo de naipes: los datos internos de Salgado, los que elabora su propio equipo tíécnico, muestran que, lejos de recuperarse o estancarse, el Producto Interior Bruto (PIB), seguirá cayendo en tasa interanual. Peor aún: marca la tasa más baja de su historia, o, al menos, desde que el Ejecutivo ofrece estadísticas, lo que indica que la etapa más dura de la recesión aún no ha pasado.
Es lo que muestra el Indicador Sintíético de Actividad (ISA), que compila los principales datos disponibles actualizados, para revelar una cifra que avance la evolución de la actividad en un horizonte aproximado de seis meses, y que es elaborado internamente en el Ministerio de Economía. ¿Quíé hará el PIB en ese periodo? Las noticias que arroja ese índice no son halagí¼eñas: muestra que el PIB interanual –medida según sus propios baremos– arrojará un descenso una díécima superior a la de los tres meses previos.
Los analistas aconsejan quitar importancia a lo que, en su argot, denominan «la economía de la díécima»: una variación de ese calibre es irrelevante en tíérminos de volumen de la actividad. Lo que sí destacan es la tendencia, pues estos datos muestran que la economía, lejos de iniciar la senda de la reactivación, se agrava, en un entorno en el que la deuda y díéficit no dejan de aumentar.
La inversión se desploma
Por sectores, los bienes de equipo se llevan la peor parte, con caídas que aún se sitúan en el 17%. Este desplome es especialmente preocupante para los expertos, pues consideran estos productos como el pilar de la inversión: las empresas no invierten en ellos (son el primer eslabón de la cadena de consumo) si no consideran que el gasto familiar –en mínimos históricos– pueda volver a repuntar.
La construcción tambiíén sigue su particular caída libre, con retrocesos cercanos al 8%, mientras que tan sólo el sector servicios registra leves subidas que impiden que baje aún más la actividad general.
Las cifras del Indicador Sintíético de Actividad se unen a los análisis que en las últimas semanas han situado a España como uno de los peores alumnos de la Unión Europea e, incluso, de los grandes países desarrollados.
Así, primero Bruselas ha criticado que será la única economía potente que no saldrá de la recesión durante 2009, pues cerrará con una caída del -3,7%. El Ejecutivo defiende que sólo es una díécima más que su estimación (del -3,6%), pero, de nuevo, los analistas quitan relevancia al dato para llamar la atención sobre la tendencia: en un marco en el que todos los grandes países se recuperan, España se queda rezagada.
Junto a Bruselas, en los últimos días, tambiíén Standard&PoorŽs, la OCDE y UBS han lanzado duros mensajes contra Zapatero. Así, la agencia de rating (que, por primera vez desde que analiza a España, se vio obligada a rebajar la calificación de su deuda desde la AAA a AA+) alerta de que la economía española seguirá registrando descensos del Producto Interior Bruto (PIB) en 2010, pese a que las grandes economías de la eurozona asistirán a una mejora generalizada.
UBS tambiíén traslada hasta 2011 la reactivación del crecimiento nacional. Y saldrá de la crisis de forma «lenta, díébil y frágil», en un escenario en el que el número de desempleados puede llegar a 5,4 millones en 2010 si continúa el desplome del sector servicios.
No es el único análisis laboral que asusta y que deja al Ejecutivo de Zapatero en evidencia. Junto al del banco de inversión, la OCDE es especialmente pesimista con España, al estimar que rozará el 20% de paro en diciembre del año que viene. Calcula, además, que la crisis se llevará por delante el empleo de 2,7 millones de personas, tantas como Alemania y Francia juntas.
¿Brotes verdes?
El cuadro de indicadores que elabora el propio Gobierno niega la existencia de brotes verdes en la economía, como muestran las siguientes cifras:
Industria. Según el Ejecutivo, está llamada a ser la esperanza de la recuperación. Pero la producción industrial cae a tasas del 17,4%.
Consumo. Las ventas de las grandes empresas registran descensos cercanos al 12%, lo que deja malas previsiones para el consumo.
Paro. Más que los datos nacionales, destacan las previsiones internacionales, que prevíén tanto paro en España como en Italia y Alemania juntas.
Inflación. Se va recuperando, pero la tendencia europea sigue la tónica contraria: Irlanda y España son las culpables de la deflación europea.
Díéficit. Todo dato nuevo rebasa la previsión anterior. Los analistas esperan un díéficit histórico para este año, que superaría el 10% del PIB.
Vivienda. Ni la antigua receta de poner ladrillos parece hoy una solución. El consumo de cemento o las licitaciones siguen en mínimos.
La clave
El desplome de los bienes de equipo preocupa especialmente a los analistas, al ser el pilar de la inversión: son el primer eslabón del consumo y anticipan que el consumo de las familias no se recuperará por el momento.