Hace poco un amigo mío me hizo llegar un enlace en el Youtube de una ponencia que hizo un bancario, nada ortodoxo por sus mensajes, durante la celebración del “IV Contigo somos + paz†que la Fundación Ananta celebró hace pocos días en Barcelona. Este señor se llama Joan Antoni Melíé y es director territorial de Triodos Bank.
Mis anteriores artículos han sido un desahogo personal por la situación que se está viviendo y que no suelen comentarse libremente en los medios de comunicación. Y si hablamos de libertad y respeto esta página y este foro han sido y son un ejemplo inmejorable.
Hoy quiero compartir con vosotros el mensaje del señor Melíé. Me ha hecho reflexionar. Yo no me imagino al Sr. Botín diciendo lo que a continuación os detallo y que es la filosofía de vida de Joan Antoni Melíé:
El ser humano está sometido al dogma del materialismo; en el fondo, nosotros somos animales y como tales hemos aprendido lo de la teoría de la evolución de las especies, sólo los más fuertes son los que sobreviven, los poderosos. Esto provoca en nuestro interior conflictos que se trasladan al exterior, al fin y a la postre vivimos en un mundo económicamente globalizado.
Hablamos de paz porque existen guerras, y muchas veces olvidamos que detrás de las guerras hay actividad económica y obsesión por la rentabilidad. Esta búsqueda permanente de la rentabilidad nos lleva a intentar conseguir más dinero sin que tengamos que hacer prácticamente nada, con una actitud pasiva, y esto lo califica como una enfermedad de la sociedad.
Esta obsesión por la rentabilidad y por el crecimiento nos empuja a conseguir cada año mayores beneficios. A este permanente objetivo contrapone una idea que me parece muy interesante: la de la madurez frente al crecimiento; de la misma manera que un niño crece y deja de hacerlo en un momento dado para comenzar a madurar, a aprender más cosas, a tener experiencias vitales que le enriquecen, de esa misma forma, la economía actual, las empresas, deberían adentrarse en ello, en madurar, en no buscar de forma ciega el incremento permanente del beneficio. Esto último es lo que nos ha llevado a la actual situación. El dinero no está en el banco, el dinero está en el mundo a la busca y captura del beneficio y en este objetivo pierde el norte y crea burbujas especulativas.
Hace un interesante llamamiento al consumo responsable, ecológico y al comercio justo. Los humanos hemos inventado un verbo que es IRDECOMPRAS. Muchas veces se va a los centros comerciales a ver quíé hay, a mirar quíé compramos. í‰l se pregunta, ¿quíé cosas materiales verdaderamente nos hacen falta?. Vivimos inmersos en una economía basada en el consumo, y sin embargo desechamos las oportunidades de investigar en otros campos, investigación que debe ser fruto de esa maduración en la economía de la que antes hablaba, tales como la cultura, el arte, la ecología, el comercio justo…
Todo lo que hacemos, nos demos cuenta o no, repercute en los demás. Somos seres individuales, somos seres libres y por lo tanto, no deberíamos dejar que con nuestro dinero se hicieran cosas o se financiaran actividades que fueran contrarias a nuestras convicciones personales. Finalmente defendía la implantación, en un futuro no lejano, de la banca íética porque este tipo de iniciativas, poco a poco, acabarían imponiíéndose.
Es un mensaje fresco que me gustó; necesitaba respirar. Ustedes ya me entienden.
Vale.