A pesar de que la caja pública del Estado tiene un agujero de 60.000 millones de euros, el Gobierno se permite el lujo de "prestar" más de 4.100 millones al Fondo Monetario Internacional (FMI) para que el organismo de críéditos a otros países.
EUROPA PRESS
España aportará 4.140 millones al Fondo Monetario Internacional (FMI), a travíés de un príéstamo, por el empeoramiento de la situación económica internacional, lo que ha provocado un fuerte aumento de la demanda de críédito de los países a dicho organismo.
Así, el Consejo de Ministros autorizó la firma del acuerdo de príéstamo entre España y el FMI, que será firmado en Estambul (Turquía) el próximo día 5 de octubre por la vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Economía y Hacienda, Elena Salgado, y el director gerente del FMI, Dominique Strauss-Kahn.
El Banco de España hará efectivos los desembolsos relacionados con este príéstamo bilateral y esta operación se recogerá en el balance del Banco de España.
Los tíérminos y condiciones del contrato se han negociado de manera coordinada entre los países miembros de la Unión Europea y del FMI, de forma que las condiciones generales del acuerdo son las mismas, con la excepción de algunos detalles, en todos los príéstamos bilaterales subscritos por los países de la Unión Europea.
El empeoramiento de la situación económica internacional ha provocado un fuerte aumento de la demanda de príéstamos de los países al Fondo lo que ha incrementado la tensión sobre los recursos del FMI.
Para garantizar que los países en desarrollo siguen recibiendo flujos de capitales y mantener la confianza en el sistema financiero, el G20, en su cumbre del pasado 2 de abril acordó triplicar los recursos de la Institución hasta los 750.000 millones de dólares.
A corto plazo se proveerán 250.000 millones a travíés de príéstamos bilaterales, que se ampliarán posteriormente hasta 500.000 millones.
La Unión Europea se comprometió en el Consejo Europeo de primavera de los pasados días 19-20 de marzo a realizar una aportación conjunta de unos 100.000 millones de dólares, contribución que se ha repartido entre los países miembros con una posición sólida de balanza de pagos, en función de su cuota en el Fondo.