El interíés de Telefónica y Vivendi por la brasileña GVT puede acabar en una guerra de opas. Así, al menos, lo cree el mercado, que ayer impulsó la cotización de GVT por encima de los 48 reales que paga Telefónica en su oferta ante la posibilidad de una contraopa de Vivendi.
Todo apuntaba a una rendición de Vivendi, pero la compañía francesa todavía no ha dicho el no definitivo y el mercado empieza a especular con la posibilidad de que lance una contraopa y se enfrente a Telefónica en una lucha de poder por la operadora brasileña GVT.
Hasta ayer, nadie contaba con ello. Vivendi anunció en septiembre un acuerdo con los accionistas fundadores de la telefónica brasileña para comprar la compañía, a un precio de 42 reales por acción. La cotización subió hasta esa cota y un poco más, porque ya empezaba a especularse con la posibilidad de que alguien presentara una oferta competidora.
Pese a ese temor, Vivendi no formalizó su opa, a la espera de tener el visto bueno de su consejo y de terminar una auditoría sobre la empresa a comprar. Telefónica aprovechó la situación y, el pasado día 7, se adelantó a la francesa con una oferta a 48 euros por acción que sí presentó oficialmente. El mercado premió este precio con la mayor subida en la historia de GVT, un 13,74%. Pero en ningún momento superó el precio ofrecido.
Las primeras informaciones del entorno de Vivendi y de analistas apuntaban a que iba a tirar la toalla. GVT no era un activo estratíégico para ella, puesto que no tiene presencia en Brasil, y Telefónica ya había elevado el precio a 2.550 millones de euros. Cualquier contraopa tenía que mejorar esa cifra.
Ayer, sin embargo, el escenario cambió. Vivendi reunió a su consejo el miíércoles y lo que ha transcendido es que no se renuncia a pelear por GVT, según aseguraba ayer la agencia Bloomberg. Tampoco se ha dicho que se vaya a lanzar una contraopa ni que la decisión estíé tomada, pero sólo el hecho de que no haya tirado la toalla de forma explícita disparó la especulación en la Bolsa.
Poco despuíés de iniciar la cotización, los títulos de GVT emprendieron un camino al alza que los llevó por encima de los 48 reales por primera vez en su historia, lo que implica una apuesta por una nueva oferta a mejor precio que el de Telefónica. Al final, el cierre se produjo en 48,75 reales.
La decisión de Vivendi de seguir adelante con la opa se basaría en su deseo de entrar en mercados emergentes, con más potencial de crecimiento que los saturados países occidentales. Y la francesa sabe algo de eso, ya que es dueña de la mayoría del capital de Maroc Telecom. La diferencia, con todo, es que esta compañía es el ex monopolio de Marruecos, mientras que GVT es una de las más pequeñas operadoras de telefonía fija y banda ancha de Brasil.
Por eso se pensó en que renunciaría a competir con Telefónica por la firma brasileña. GVT es muy complementaria con la filial de telefonía fija de la española en el país, Telesp, y por eso puede elevar el precio, en busca de sinergias y del potencial que le dará tener una cobertura casi nacional de un país con las perspectivas de crecimiento de Brasil.
Pero Vivendi tambiíén es consciente de las ventajas de GVT y por eso todavía no ha renunciado a la pelea.
Una cuota del 5% en banda ancha que se vende cara
GVT no es una compañía muy grande. Dispone de un 2,5% de la cuota de mercado en telefonía fija y del 5,03% en banda ancha. Y eso, pese a lo reducido del número, se está vendiendo caro, sobre todo porque permite asumir una posición desde la que atacar el mercado brasileño en su conjunto.
Para Telefónica, GVT supondría elevar su cuota de mercado por encima del 30% en telefonía fija y banda ancha. Pero más importante es que la española podría salir de Sí£o Paulo, donde opera ahora Telesp, a casi todo el país, con la presencia en 82 ciudades de GVT.
Esta misma expansión es la que permitiría a Vivendi ganar una buena posición de entrada en Brasil.