Sólo cotizan los resultados mejores de lo esperado por el mercado
Publicado en Expansión por Carmen Ramos
Si dan un vistazo al gráfico del Ibex 35 que aparece al pie del texto observarán que la recuperación de nuestro índice no ha sido uniforme, sino que se han alternado subidas vertiginosas con avances cansinos.
Como bien saben, nuestro indicador giró al alza en marzo, a raíz de que diferentes entidades financieras adelantaran que sus cuentas estaban mejorando, y el fuerte ritmo de subida se mantuvo hasta finales de abril porque los resultados del primer trimestre superaron las estimaciones de los expertos.
En mayo y junio se temió que se perdiese lo ganado y por supuesto los bajistas empedernidos, o aquellos que se habían perdido la subida, vaticinaron la fuerte corrección que se nos venía encima, pero las autoridades monetarias y el propio gobierno estadounidense se encargaron de mantener la ilusión de que lo peor podía estar visto, y entraron al quite cada vez que los datos macroeconómicos invitaban al desánimo. El mercado respondió y los índices además de consolidar lo ganado empezaron a explorar nuevas alturas.
Así llegamos al mes de julio. Cuando las fuerzas comenzaban a flojear y se había perforado la base de un pequeño canal alcista. Los resultados del segundo trimestre volvieron a salvar a los índices. Unas cuentas flojas, muy flojas, pero que de nuevo volvían a superar las previsiones efectuadas por los analistas. La historia volvió a repetirse. En esta ocasión, a lo largo de agosto y septiembre, los mensajes de esperanza ya hablaban del final de la recesión y algunos datos económicos mostraban una cierta mejoría.
A la tercera va la vencida, y en eso estamos. Esta semana ha comenzado la presentación de las cuentas del tercer trimestre y, de momento, van ganando las empresas que han superado los pronósticos de los expertos, pero ya no impacta tanto en el mercado. Es lógico ya que, si por una parte, se están comparando con los de hace un año, que fueron desastroso; por otra, los índices ya llevan siete meses subiendo sin parar y más de un inversor comienza a padecer de víértigo.
Hay dinero dispuesto a entrar en bolsa y todo invita a pensar que no va a haber una corrección importante, pero creemos que las carreras pueden haber terminado y que los índices se tomarán un descanso o avanzarán con paso cansino.