El Gobierno de Argentina desistió el viernes de sus planes de cambiar el próximo domingo la hora oficial tras la rebelión de varias provincias a modificar el huso horario y las protestas de comerciantes contra la modificación prevista.
El ministro de Planificación argentino, Julio de Vido, informó a la prensa que "por el momento" no se modificará el huso horario oficial del país para el período estival debido a las menores necesidades de ahorro de energía con respecto a los años anteriores.
"Ante las condiciones en las que se encuentra Argentina no se necesitaría por el momento ningún tipo de cambio. Sería una medida inconducente", dijo el ministro en declaraciones a Radio 10, de Buenos Aires.
De Vido explicó que este año "la circunstancia es muy diferente al período 2007 y 2008" pues Argentina cuenta ahora con un 13 por ciento más de oferta de generación de energía elíéctrica.
Diecisíéis de las veinticuatro provincias argentinas habían adelantado que no se acogerían al cambio de la hora oficial, previsto para el próximo domingo, cuando los argentinos iban a adelantar en una hora sus relojes.
El cambio de la hora oficial se aplica dos veces al año desde 2007 para promover el ahorro de energía en el país, que, al calor de la crisis global, ya no experimenta picos en el consumo de electricidad por actividad industrial.
La negativa de muchas provincias a cambiar la hora se vio alimentada por protestas de asociaciones de gastronómicos, hoteleros y comerciantes, quienes alegaron que al adelantar una hora, anochece más tarde, y la gente retrasa así sus salidas nocturnas, perjudicando el negocio.