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Autor Tema: Rutas para rentabilizar su dinero:¿es realmente el momento de invertir en bolsa?  (Leído 467 veces)

anna

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Rutas para rentabilizar su dinero: ¿es realmente el momento de invertir en bolsa?

Publicado por M.Martí­nez/C. Rosique en Expansión

La crisis inició una fuga de fondos de la bolsa hace dos años. Ahora, el dinero está listo para volver al parquíé, sin perder de vista los bonos corporativos.

El dinero sigue buscando su hueco. Dos años despuíés del estallido de la crisis financiera, la liquidez prosigue su camino a la caza del mejor acomodo. En los últimos 24 meses, las preferencias de los inversores han ido mutando de manera paulatina. Pese a que el entorno económico aún es incierto, las expectativas de rentabilidad de los ahorradores y su tolerancia al riesgo han dado un giro con la llegada de las primeras señales de mejora económica y la superación del miedo a un colapso financiero.

El dinero, que masivamente empezó a salir de la bolsa tras el verano de 2007, ha vuelto a aproximarse a la renta variable, como demuestra la subida del 60% que han registrado, de media, los principales í­ndices bursátiles desde los mí­nimos del pasado mes de marzo. Tras un peregrinaje de más de dos años por distintos activos financieros (depósitos, deuda pública, deuda privada, emisiones de preferentes y bonos convertibles), el dinero fluye de nuevo hacia el parquíé.

Este escenario ha dividido a las firmas. Mientras algunos analistas ven en este movimiento el cierre del cí­rculo, otros piensan que aún pasará tiempo antes de que la bolsa vuelva a convertirse en una de las principales opciones de inversión.

Marcelo Casadejús, director de márketing de Ahorro Corporación, es uno de los expertos que creen que la renta variable ya está lista para tomar el relevo.

Destaca su atractivo "con los tipos de interíés en mí­nimos" y subraya que frente al escenario de finales de 2008 y principios de 2009, cuando la liquidez se dirigió hacia los depósitos y fondos de inversión con un perfil muy conservador, los productos de renta variable han empezado a recibir flujos de dinero.

Los fondos de renta variable europeos han registrado entradas netas de 58.000 millones de euros entre abril y agosto de 2009, frente a los 162.000 millones que vieron salir en 2008, según datos de Lipper y Efama.

Arranque de año
Casadejús matiza, en cualquier caso, que el "momento decisivo" se producirá en el arranque de 2010, coincidiendo con la habitual reordenación de carteras. Si entonces "hay un cierto regusto positivo", la preferencia por la renta variable puede consolidarse, ya sea a travíés de fondos o mediante la inversión directa en bolsa.

En InverSeguros coinciden en situar el precio del dinero como la referencia fundamental. "La bolsa es claramente la mejor opción. Los gestores ya están dando mayor peso a la renta variable", explica Alberto Roldán, director de análisis de la firma.

La última encuesta entre profesionales realizada por Bank of America Merrill Lynch ha mostrado que la distribución de activos está pasando de la liquidez a las acciones, ante el mayor apetito por el riesgo. Las carteras están en sus niveles mí­nimos de efectivo desde principios de 2004, y un 38% de los gestores ya está sobreponderando la bolsa, frente al 27% de septiembre.

Lucas Monjardí­n, director de inversiones de Capital at Work, cree que todaví­a va a seguir fluyendo el dinero hacia los bonos corporativos. Pero tambiíén apunta que la inversión en renta variable es muy baja y tenderá a subir de la mano de la mejora de los resultados empresariales. Eso sí­, el experto piensa que debe haber una salida de valores como los bancos, las constructoras, tecnológicas e inmobiliarias, hacia sectores más defensivos, como elíéctricas, petroleras y farmacíéuticas.

Belíén González, de BNP Paribas Wealth Management, coincide en que hay más tranquilidad entre los inversores, lo que les ha hecho aumentar su apetito por el riesgo y entrar poco a poco en bolsa. Despuíés de tener carteras con un peso importante en monetarios, la escasa rentabilidad de la renta fija les empuja hacia la bolsa. La experta distingue cuatro argumentos que atraerán al dinero.

1) Valores con altos dividendos, "que ofrecen cierta protección ante elevadas volatilidades en los mercados"; 2) Mercados emergentes, porque tienen un alto potencial de crecimiento. Aunque eso sí­, hay fórmulas que permiten proteger buena parte del capital; 3) Materias primas, ya que considera que el recorrido alcista no se ha agotado y 4) Gestión alternativa, porque buscan rentabilidades con independencia de la evolución de los mercados.

Los expertos reconocen, en cualquier caso, que el trasvase a la renta variable se está haciendo con ciertos mecanismos de protección, como stop loss (establecimiento de lí­mites de píérdidas) o cobertura de posiciones con productos derivados. "La realidad [económica] no te permite ser optimista. Pero el ser humano es ambicioso. Existe un pánico comprador [en la bolsa] por el exceso de liquidez provocado por las macroinyecciones de los bancos centrales y la falta de alternativas de inversión. Nadie quiere quedarse fuera de la subida", indica Juan Ramón Caridad, gestor de Atlas Capital.

Monjardí­n añade, que tras la salida de dinero que sufrieron los fondos de inversión alternativa, ahora muchas firmas están potenciando esta ví­a. En un momento de mercado complicado como el actual, van a atraer dinero.

La cautela es aún mayor en el caso de Santos Abascal, experto de Auriga Securities. Desde su punto de vista, la renta variable tendrá un peso marginal en la cartera del inversor medio durante los próximos años. "Los tipos van a subir, pero con un crecimiento económico que no genera empleo ni consumo. Las expectativas del ciudadano sobre su renta no van a mejorar", resalta. "El ahorrador está intentando salvar los muebles y defender su patrimonio. Con lo que ha visto en los últimos dos años, no va a tener propensión a arriesgar", concluye Abascal.

Renta fija
Por esta incertidumbre, el gestor de Auriga cree que la renta fija seguirá siendo la principal referencia y mantendrá los adeptos que ha ganado durante la crisis, frente a los depósitos, que no se prevíé que recuperen el gancho que tuvieron hasta hace un año.

Las imposiciones bancarias fueron el primer refugio que buscaron los ahorradores cuando la crisis se recrudeció en verano de 2007. El dinero que huyó de la bolsa y los fondos de inversión (el Ibex cayó en 2008 más de un 39%, el peor ejercicio de la historia, y los fondos vieron salir casi 60.000 millones ese ejercicio) se resguardó en este activo. Especialmente tras las garantí­as de los gobiernos a los depósitos bancarios.

Las necesidades de liquidez de la banca y los mayores tipos de interíés (en octubre de 2008 estaban en el 4,25% frente al 1% actual) situaron la rentabilidad media del depósito a dos años a las puertas del 5% a finales del pasado año (ahora está en el 3%). Esto propició que el saldo en depósitos de las familias se disparara en diciembre de 2008 hasta 409.500 millones de euros, frente a los 329.500 millones de un año antes.

La aversión al riesgo y el vuelo a la calidad jugaron igualmente a favor de los bonos gubernamentales en los inicios de la crisis. Especialmente, los tí­tulos con plazos más cortos: las letras, en el caso de la deuda española.

Los pequeños inversores llegaron a controlar el pasado año el 12,48% del saldo vivo de estos bonos frente al 5,66% actual.

Pero precisamente el elevado apetito de los ahorradores por estos activos y el recorte de tipos que el BCE inició en octubre de 2008 hicieron corregir la rentabilidad de la deuda pública, que este año ha cedido el protagonismo a los bonos corporativos. Las emisiones de deuda de empresas han alcanzado niveles ríécord y sólo en Europa superaron en los primeros nueve meses del ejercicio los 1,035 billones de dólares (0,691 billones de euros).

Los bonos corporativos han vivido su particular boom en 2009 y los expertos coinciden en que seguirán suscitando interíés en los próximos meses. "El inversor buscó refugio en un primer momento en la deuda de los gobiernos, que ofrecí­a un 5%. Cuando su rentabilidad cayó, se movió al críédito (deuda de empresa), que daba entre un 6% y un 7%", indica Caridad. Posteriormente, el interíés medio de estos tí­tulos disminuyó hasta el 3,5%, con lo que el dinero volvió a moverse hacia los high yield o bonos basura (con una probabilidad de impago significativa).

�Hasta marzo, habí­a fondos [de high yield] con una rentabilidad del 30%. Ahora que se ha reducido hasta el 6-7%, se está produciendo un flujo hacia emergentes para obtener un plus de rentabilidad�, finaliza Caridad.

Deuda de calidad
Los expertos explican, con todo, que la renta fija de paí­ses en desarrollo está reservada para los inversores con mayor perfil de riesgo, por lo que el grueso del dinero seguirá dirigiíéndose hacia la deuda con grado de inversión (con un riesgo de impago reducido).

Pese a la caí­da de las rentabilidades que han sufrido los bonos corporativos de calidad hay firmas de inversión, como Capital at Work, que creen que el dinero va a seguir fluyendo hacia ellos, sobre todo las emisiones a corto plazo (hasta tres años). "Fundamentalmente, bonos de compañí­as del sector energíético, farmacia o telecomunicaciones; empresas que tienen una buena calificación crediticia", detalla, por su parte, Alberto Roldán.

Los inmuebles fueron la inversión estrella hasta el estallido de la crisis subprime e inmobiliaria. Pero los expertos no vislumbran su recuperación a corto plazo y consideran que aún hay riesgo de ver mayores ajustes en los precios de los inmuebles.