Por... Hernán González Rodríguez
Las estadísticas recientemente publicadas en los Estados Unidos señalaron un crecimiento anualizado para el tercer trimestre de 2009 del 3.5 por ciento, con el cual se rompió la sucesión de cuatro trimestres con crecimientos negativos.
Pero algunos comentaristas observan que este crecimiento de la producción bruta ignora algo de mucha significación, cual es el inusitado desempleo de los ingenieros y de los científicos en investigación, en desarrollo de nuevos productos, por culpa de la suspensión de nuevas inversiones y del entrenamiento de nueva mano de obra. Este fenómeno no revestía características tan dramáticas en las recesiones anteriores.
Innumerables compañías de Estados Unidos están sacrificando su futuro en aras de obtener unas buenas utilidades de corto plazo. Las inversiones en investigación y desarrollo se han desplomado un 20 por ciento. El desempleo de los trabajadores aludidos marcha ya por sobre el 4 por ciento, de acuerdo con estudios muy superficiales.
La imposibilidad de reflejar estos efectos negativos en el Producto Interno Bruto de los países, tanto en el pasado como en el futuro, permiten especular que la reactivación de la economía del Tío Sam no marcha todavía sobre terreno firme.
Porque sucede algo más grave aún, no pocas de las actividades mencionadas están siendo exportadas a China e India por las grandes empresas estadounidenses. Por ejemplo, resulta casi imposible encontrar hoy prendas de vestir en los Estados Unidos que no hayan sido confeccionadas en China.
Pero si por allá llueve por acá no escampa. La emigración de la maquila colombiana hacia China es algo que impresiona a quien escribe. No hay mes en el cual no reciba la noticia fatal de que alguna empresa local se clausuró porque la empresa estadounidense para la cual trabajaban resolvió mover su producción a China, culpa de una tasa de cambio destructora.
En estas circunstancias es de esperar una respuesta más efectiva tanto del Ministerio de Hacienda como del Banco de la República de Colombia. Es de esperar que el Gobierno cumpla con su promesa de no traer dólares para cambiarlos por pesos, como acostumbra hacer en forma irresponsable. Se rumora el ingreso de unos 5.000 millones de dólares, indispensables para el Gobierno en 2010. Se espera que el Emisor compre algunos dólares en el mercado. Y que se comprometan con la "meta del superávit estructural", por medio de la cual el Gobierno deberá ahorrar hasta el 1% del PIB. Esperamos tambiíén que adopten la regla de "prudencia fiscal" para que, a la manera de Chile, nos preparemos para ahorrar si es cierto lo de la bonanza minera que se avecina para Colombia. De lo contrario muy pronto nos vamos a asemejar a ífrica, como ya nos advirtieron por ahí.