Por... Alejo Vargas
La visita de Barack Obama a Asia -especialmente a China y la amplia reunión con sus autoridades- refleja muy bien el nuevo eje del poder global. China será a partir del próximo año la segunda economía del mundo y se proyecta como la potencia global que ya es y que aspira a consolidarse.
Y efectivamente estas dos economías representan casi la mitad del crecimiento de la economía mundial y su intercambio comercial duplica al que lo sigue. No hay duda de que Estados Unidos y China son los países más importantes en el mundo globalizado actual. Estados Unidos tiene el mayor díéficit de cuenta corriente y China el mayor superávit.
Xavier Batalla se pregunta en quíé radica el íéxito chino, y para avanzar en una respuesta anota: " Amíérica Latina, como escribió el pasado verano The Economist, 'se está inclinando hacia Asia y alejándose de Estados Unidos'.
Y esta historia se repite en ífrica, donde sólo cuatro de los cincuenta y tres países del continente no han abierto los brazos a los dirigentes chinos. ¿Quíé explica este íéxito geopolítico chino? Los productos baratos que vende a los africanos, sus ayudas a los mandamases y las lecciones de estabilidad, no de democracia".
Para Estados Unidos esta gira asiática tiene una gran importancia, no sólo para mejorar las relaciones con el nuevo gobierno japoníés, que tiene una relación más fría con USA, y que además cuenta con crecientes protestas sociales por el tema de las bases norteamericanas en Japón.
Adicionalmente hay un conjunto de temas por tratar con China, que van desde los económicos -la revaluación o apreciación del yuan, el incremento del consumo de productos norteamericanos, apertura de sus mercados y la relación con el díéficit comercial bilateral-, los de derechos humanos -el caso del Tíbet, el control de redes informáticas, entre otros- pero es probable que sean temas de bajo volumen, entre otros, por la baja credibilidad norteamericana por el caso de las torturas en Irak y Guantánamo, el tema armamentista, hasta conflictos regionales y locales, como el desarme nuclear y normalización de las relaciones con Corea del Norte, o el caso de Irán, temas todos en los cuales la participación conjunta es fundamental para avanzar en soluciones.
Este encuentro entre las dos más importantes potencias del mundo lo analiza muy bien Liu Xuecheng, vicepresidente del Centro de Relaciones China-Estados Unidos y consejero del Gobierno en cuestiones de política asiática y seguridad: "No se trata sólo de un encuentro sobre temas bilaterales sino regionales, y, especialmente, globales, debido a la crisis económica.
Asia puede ser el primer continente en recuperarse. China tiene una responsabilidad internacional para trabajar con Estados Unidos, Europa y otras grandes economías para salir de la crisis. En segundo lugar, está el cambio climático, en el que, aunque compartimos el mismo objetivo, aún tenemos diferencias. Debemos cooperar. Necesitamos nuevas energías y tecnologías. Y en tercer lugar, están las guerras".
Esta reunión entre los dos grandes países de este nuevo período puede estar configurando el estilo de las relaciones en el orden mundial, que seguramente van a estar caracterizadas por la mezcla de rivalidad y cooperación, seguramente con primacía de la segunda, por lo menos por un largo rato.
Un estudio de la Rand Corporation -citado por Robert J. Shapiro -titulado ' Assessing Russias's Decline ' señala a propósito del futuro de China: " China es el único país con los medios y la voluntad para llegar a hacerse oír y que le presten atención en la geopolítica.
Pero China no tendrá ninguna prisa para hacerlo en los próximos diez o quince años, porque sus dirigentes están convencidos de que su autoridad política depende de un rápido progreso económico, lo cual, a su vez, depende vitalmente de mantener buenas relaciones con Estados Unidos".