A propósito de quiíén paga a los piratas.
Interesante artículo de opinión en La Gaceta.
Una de piratas del
índico
S I te fijas, por lo menos antes, y en
todas las películas de la cosa bucanera,
los piratas que se preciaran
de tales eran del Caribe, o sea, que los
que enarbolaban la bandera negra con
la calavera y las dos tibias cruzadas tenían
su territorio bien delimitado, sus
costumbres, sus ritos e imagino que
hasta su sindicato. Hombre, en elmedio
estaban los galeones y otras naos españolas
que regresaban a casa cargaditas
de riquezas del Nuevo
Mundo, objetivo de los piratas.
La verdad es que en todo
eso hay mucha leyenda,
o sea, que un pirata
no tiene por quíé tener la
pata de palo, un lorito en
el hombro y beber exclusivamente ron.
Los piratas más temibles para los barcos
españoles no tenían nada de eso ni
nada parecido: hablaban correctamente
inglíés y no tomaban ron sino whisky
porque, sencillamente, eran hijos de la
Gran Bretaña que navegaban con patente
de corso de la monarquía de turno y
que a SuMajestad servían.
Lo de la vinculación de esta piratería
con la corona británica está documentada
usquam heces y, por si a alguien le cabía
alguna duda, ahí tienen a uno de los
corsarios más famosos de la historia,
Drake, a quien en su día, y por los servicios
prestados, el rey de Inglaterra le
concedió el título de sir, o sea, para la
historia, para la vergonzante historia de
Gran Bretaña y de sus rapiñas, Sir Drake.
Hogaño, los piratas no están en los
mares del Caribe ni son ingleses: actúan
por el mar índico frente a las costas de
Somalia, su país de origen, que ahora
mismo ni es país ni es nada, y sacan
buena tajada de su procelosa actividad.
Ya van 45 días con el atunero “españolâ€
Alakrana secuestrado, aquí se
echan las culpas unos a otros —con Zapatero
missing—, aunque parece que todo
acabará por reconducirse enviando a
los dos piratas detenidos a Kenia para
que cumplan allí condena y, por supuesto,
pagando el rescate. Se habla de 20millones
de euros.
Sí, es posible que al lector le haya
sorprendido que en la primera línea del
párrafo anterior haya entrecomillado la
palabra “españolâ€. Es que, para el que
no lo sepa, cuando el atunero de autos
fue asaltado por los pechelingí¼es somalíes
no llevaba izada la bandera de su
país, norma inamovible del Derecho
Marítimo internacional, sino la ikurriña.
Esos tíos, en cuanto abandonan
aguas nacionales arrían la bandera española
y ponen la de su comunidad autónoma,
pues no se sienten
españoles.
Vamos a ver una cosa:
cada uno es libre de
sentirse lo que le díé la
gana, pero las leyes son
las leyes, y si no son españoles
para navegar y
pescar atunes, tampoco deberían serlo
para pedir ayuda a España, a su Armada
y para que les paguen el rescate, que
lo vamos a pagar usted y yo con nuestros
impuestos.
A estos señores, es un decir, hay que
ayudarles, por supuesto, pero para que
se enteren de lo que vale un peine y de
que las chuladas nacionalistas se pagan,
lo menos que tendría que hacer el
Gobierno es escalfarle al patrón de Alakrana
los 120.000 euros de multa máxima
que marca la ley, tú.