La crisis fuerza a las constructoras a cancelar contratos multimillonarios
Publicado en Expansión por C. Morán & I. Pujol
"El sector concesional en España está muerto". Así define la situación uno de los máximos ejecutivos de uno de los mayores grupos de infraestructuras español.
Las empresas nacionales, líderes en el mercado internacional de las autopistas de peaje, se han visto forzadas a tomar decisiones impensables hace tan sólo un año.
Mientras, el Ministerio de Fomento y las comunidades autónomas se ven superados por la actitud de las empresas, que abandonan el negocio dejando desiertos los últimos concursos convocados por la Administración.
Pero lo más dramático es que la crisis financiera está forzando a las constructoras a rescindir contratos de concesión en vigor con inversiones multimillonarias asociadas. Los casos recientes de Sacyr y Ferrovial, líderes en la gestión de grandes infraestructuras, ilustran la decadente situación del sector en España.
Bancos
La compañía controlada por la familia Del Pino ha sido la primera en recurrir a míétodos radicales ante la píérdida de confianza de los bancos. En Galicia, Ferrovial ha devuelto a la Xunta la autopista de peaje en sombra entre Carballo-Berdoias (Coruña), que requería una inversión de 195 millones de euros.
En verano, la compañía, propietaria de dos de los mayores activos de infraestructuras en el mundo (el aeropuerto de Heathrow y la autopista canadiense ETR 407), tambiíén comunicó a la Comunidad de Madrid la solicitud de la rescisión del contrato, y la petición de compensaciones, de la autopista M-203, un peaje en fase avanzada de construcción entre Alcalá de Henares y Mejorada del Campo, cuya inversión ascendía, inicialmente, a 70 millones de euros.
El caso de Sacyr es mucho más complejo, por los costes asociados al proyecto y por su singularidad (el órgano concedente es el Ministerio de Fomento). La compañía presidida por Luis del Rivero es el accionista de control de la autopista Alto de las Pedrizas-Málaga, adjudicada por la ex ministra Magdalena ílvarez en 2006.
Tres años despuíés, las obras del peaje se encuentran paradas y al 30% de ejecución. Sus accionistas aseguran que no pueden hacer frente a los compromisos porque los bancos que respaldaban la inversión (Banesto y Calyon, entre otros) ya no garantizan la inversión necesaria, unos 400 millones de euros.
Según el departamento que dirige Josíé Blanco, la decisión definitiva "podría adoptarse a finales de este mes". El abanico del Ministerio es estrecho y las opciones barajadas (aportación del Estado mediante críéditos participativos o rescate de la concesión) se traducirán en una nueva carga financiera para el presupuesto público.
Se trata de tres ejemplos que ponen de manifiesto la gravedad de una situación a la que Fomento trata de poner remedio, de momento, de escaso alcance. "Las compensaciones incluidas en los Presupuestos de 2010 para las autopistas radiales de Madrid y las autovías de primera generación sólo son un parche, ya que lo que está en discusión es todo el modelo de negocio", señalan los afectados, que temen que vuelvan a producirse nuevas rescisiones de contratos.
Fomento lo sabe y, por eso, lleva meses de reuniones con las empresas buscando la fórmula que permita, en enero de 2010, preparar una nueva oleada de proyectos basados en las gestión privada por valor de unos 15.000 millones de euros. "Sin la participación de los bancos, este plan no tiene futuro", advierte el sector.
La financiación, la raíz del problema
1. En Galicia, a Ferrovial y su socio los bancos le cerraron la puerta para financiar un proyecto de 195 millones de euros. La Xunta ha recuperado el corredor.
2. En Madrid, Cintra (Ferrovial) lleva meses negociando con la Consejería de Transportes para evitar la devolución y negociar las compensación de la M-203.
3. En Andalucía, Sacyr se enfrenta al riesgo de rescisión del contrato de concesión de la autopista Alto de las Pedrizas-Málaga, adjudicada en 2006.
Incertidumbre
Riesgos en Cataluña
Cedinsa -participada por FCC, Caixa Catalunya, Comsa, Copisa y Copcisa- cerró la pasada semana un críédito de 225 millones para financiar el peaje en sombra del eje Vic-Ripoll. Esta autovía se inaugurará con dos años de retraso. Cedinsa se ha adjudicado cuatro de los seis peajes en la sombra licitados por la Generalitat. Su mayor obra es el desdoblamiento del Eje Transversal, adjudicado en junio de 2007 por 708 millones. El proyecto acumula un retraso de más de un año y medio y la Generalitat todavía no ha cerrado el presupuesto definitivo.
Los bancos no se fían
La banca ha retirado buena parte de la confianza depositada en el sector. El modelo estaba basado, hasta ahora, en que la fuerte generación de caja de las constructoras era suficiente garantía para firmar financiaciones apalancadas, donde el 20% lo ponían los accionistas y el 80% restante lo aportaban los bancos. Hoy, con una caída generalizada del negocio, es difícil que las entidades aporten más del 60% de los recursos necesarios. Esto supone que los accionistas tienen que asumir más riesgos con su propio patrimonio.
Madrid, el eje maldito
En la Comunidad de Madrid, es donde se concentra el mayor riesgo concesional, en la mayoría de los casos, en autopistas de peaje dependientes del Ministerio de Fomento. Ni las radiales (cuatro), ni la autopista Madrid-Toledo, ni la conexión de pago con la T4 del aeropuerto de Barajas ofrecen la rentabilidad esperada. Se trata de una combinación de factores adversos: bajas intensidades de tráfico, sobrecostes por expropiación de suelo y competencia de vías alternativas gratuitas que ponen en riesgo su futuro.
