PRIMER PLANO | Gí‰RARD COMYN
"El principal freno de la telemedicina no es la tecnología''
Este representante europeo cree que la e-salud sólo triunfará cuando se supere la falta de voluntad política y las reticencias de los profesionales
MARíA SíNCHEZ-MONGE
Telemedicina (prestación de servicios de medicina a distancia), e-Salud (salud electrónica) e interoperabilidad (condición que permite que sistemas heterogíéneos intercambien procesos o datos, como pueden ser historias clínicas de ciudadanos de distintos países) son tres de los tíérminos 'predilectos' del jefe de Unidad de la Dirección de Tecnologías de Información y Comunicación de la Unión Europea. Gíérard Comyn (Francia, 1946) tiene plena confianza en su utilidad; lo que no ve tan claro es que se puedan desarrollar plenamente, porque no resulta fácil convencer a los gobernantes de su rentabilidad y de la necesidad de invertir en ellos a pesar de la crisis económica. El representante europeo pronunció una charla en Madrid con motivo de la segunda jornada sobre e-Salud organizada por la Cátedra Sanitas.
Pregunta.- ¿Quíé sucederá en este ámbito durante la próxima presidencia española de la UE?
Respuesta.- En marzo se celebrará una conferencia ministerial en la que se debatirá la decisión de convertir la e-Salud en instrumento central de la política sanitaria. En este sentido, el proyecto epSOS ('European Patients Smart Open Services'), financiado por la Comisión Europea y destinado a generalizar la historia clínica digital, es uno de los principales retos. Hay 12 estados miembros involucrados, entre ellos España. El objetivo es asegurar la movilidad del paciente en toda Europa. Otro desafío es extender la receta electrónica, que avanza lentamente en casi todos los países.
P.- La interoperabilidad es, al parecer, el requisito fundamental para lograr que cualquier míédico, independientemente del país en el que se encuentre, pueda acceder a los datos clínicos de los ciudadanos de otras naciones que acudan a su consulta.
R.- Exacto. Pero no sólo se trata de interoperabilidad tíécnica. La de tipo legal tambiíén es importante, porque si el nivel de protección -por ejemplo, de los datos- no es el mismo en Francia y en España, no se puede intercambiar información. Asimismo, está el problema del idioma. Hay que incorporar míétodos de traducción que tengan en cuenta la semántica, es decir, el significado de cada tíérmino en función del contexto.
P.- Se ha referido a la lentitud en la implantación de la receta electrónica. ¿A quíé se debe?
R.- Lo que supone un mayor problema es la reorganización de los sistemas sanitarios. Hasta hace poco, los farmacíéuticos estaban excluidos. Ahora participan en la toma de decisiones. Por ejemplo, pueden enviar un correo electrónico al míédico si descubren que a un paciente se le ha recetado un fármaco que no es compatible con la enfermedad crónica que padece. Cuando la adopción de una tecnología implica un cambio de organización, cuesta mucho más tiempo porque hay una resistencia al cambio por parte de los profesionales sanitarios.
P.- Entonces, ¿el principal problema no es tecnológico?
R.- No. Es, sobre todo, una cuestión de voluntad política. Tambiíén nos enfrentamos a conflictos legales ya que en muchos países no existe la base jurídica necesaria para que la telemedicina pueda constituir un acto míédico.
P.- ¿Cuáles son las iniciativas relacionadas con la e-Salud que considera más interesantes?
R.- Desde una perspectiva tecnológica, la más atractiva es el paciente virtual, que permitirá visualizar el cuerpo en diferentes niveles (órganos, tejidos, cíélulas) y hacer simulaciones por ordenador de la administración de tratamientos. Desde el punto político, y tal vez más importante, el problema que tenemos que resolver es la telemedicina. Sus posibilidades son inmensas. Así, es un instrumento muy importante para la medicina preventiva. Permite, entre otras cosas, monitorizar a personas con enfermedades crónicas. Puede hacerse con camisetas inteligentes en las que se integran microsistemas que transmiten una señal si el paciente sufre algún problema.
P.- ¿Cómo se sitúa España en la implantación de la e-Salud?
R.- Se puede decir que hay un conjunto de ocho países que podemos considerar el grupo de cabeza. España está en íél. Pero el líder es, sin duda, Dinamarca, donde el 90% de las prescripciones ya se hacen de manera electrónica.