Por... T. BLACK y J.E. GOULD
En una imprenta familiar detrás de un puesto de tacos en el centro de Ciudad de Míéxico, un trabajador llamado Antonio falsifica facturas de restaurantes populares una tarde de octubre.
"Hay de McDonald's, Burger King, todos los restaurantes'', dice Antonio, que se niega a dar su apellido mientras muestra los documentos falsos, que huelen a tinta fresca.
Como muchas imprentas en la plaza de Santo Domingo, la de Antonio vende facturas falsas de hoteles y tiendas por 20 pesos, o $1.50 cada una. Los clientes las utilizan para pagar menos impuestos deduciendo gastos que nunca tuvieron, o presentan las facturas falsas que muestran que pagaron impuestos cuando en realidad no lo hicieron.
El Servicio de Administración Tributaria de Míéxico (SAT) dice que estas artimañas costaron al país 13,000 millones de pesos ($1,000 millones) en ingresos fiscales en el 2009 en un año en que la recesión mundial, los temores de los turistas por la gripe A y los ingresos petroleros perdidos por $23,000 millones se combinaron para que su economía fuera la segunda de peor desempeño despuíés de la de Rusia.
En el primer semestre de 2009 el producto interno bruto cayó un 9.2% contra igual período del 2008. La economía se contrajo un 6.2% en el tercer trimestre.